Compañeros y compañeras, muy buenos días. Un saludo muy cariñoso y especial. Empezar por congratularnos, esto está saliendo supremamente bien. Le decía ahora a Sergio, la mejor prueba de que esto está saliendo súper bien es que imagínense la cara que deben tener nuestros contradictores, esos que nos maltratan de tantas maneras.
Empiezo por hacer un reconocimiento a todos quienes construyeron este proyecto. Esto no ha sido fácil, ha sido un trabajo largo, en ese sentido felicitar a quienes estaban en Dignidad y a quienes estaban en Compromiso Ciudadano y permitieron construir esto con años de esfuerzos. Pero además, quiero saludar también al nuevo Comité Ejecutivo que hemos nombrado aquí. Todos ellos son dirigentes y sin ellos no podríamos hacer lo que estamos haciendo.
Saludar, por supuesto, a nuestros copresidentes, a Sara Moreno y a Juan Manuel Ospina. Yo sé que lo van a hacer súper bien. Va a ser una llave que nos va a asegurar muchísimas cosas muy positivas. Saludar también a Alba Luz Pinilla, nuestra vicepresidenta de Dignidad, que jugó un papel súper clave en toda esta historia y lo va a seguir jugando. A Gustavo Triana mis saludos, a Jennifer Pedraza, nuestra representante a la Cámara de Dignidad y ahora de Dignidad y Compromiso. Un saludo a muchas personas más, a todos ustedes, pero a propósito dejé al final a Sergio Fajardo, porque Sergio Fajardo ha jugado en toda esta historia y está jugando y jugará un papel de gran importancia.
Y quiero hacer una reflexión entre las muchas que podría hacer en relación con un hecho supremamente importante en la personalidad de Sergio Fajardo, característica que si no se tiene en política las cosas no pueden terminar bien. Recordemos que él era un profesor universitario y decide irse a la lucha política, que es de las cosas más difíciles del mundo. Como alcalde de Medellín, termina la alcaldía y se convirtió en una figura nacional y desde esos días, estamos hablando del 2007, todo el tiempo ha sido asediado por las fuerzas más retardatarias de Colombia, más reaccionarias, por lo peor de este país para cooptarlo. Y le han ofrecido de todo. Y si hubiera dado un paso en esa dirección, nadie sabe a dónde iría en su carrera política. Pero ha sido una persona de principios, ha puesto unos linderos, unos límites y dice yo voy hasta aquí y de ahí para allá no voy, así eso me cueste los sacrificios que tengan que costarme. Eso yo creo que tenemos que convertirlo en una especie de pensamiento guía de lo que hacemos nosotros aquí. Hay límites que no pasamos, claro, la flexibilidad de la política, pero no andamos con los mismos con las mismas. Porque no es cierto el cuento de que haya que ganar a cualquier precio y que entonces los mismos con las mismas terminan haciendo lo que uno les dice que haga. Eso no sucede y lo estamos viendo hoy, no entran sin mermelada, pero tampoco entran sin sus puntos de vista retardatarios y regresivos y contrarios al progreso de Colombia. Esa es la realidad. Entonces quiero empezar por resaltar esto, entre otras cosas que podría resaltar de la personalidad de Sergio Fajardo.
Señalar además, que lo que estamos creando, como ya se ha mencionado aquí, es una tercera fuerza. No es cierto que Colombia esté condenada a escoger entre quienes tienen como su guía o como su caudillo a Álvaro Uribe y a Gustavo Petro. No es cierto. Esas son dos opciones de la política nacional. Nosotros estamos construyendo una tercera posibilidad, no de ahora, lo nuevo es esta formalidad, pero en la práctica lo venimos trabajando desde antes. Y estamos en esto porque los hechos ya han demostrado, en algún caso hasta la saciedad y en otros cada día está quedando más claro, no son capaces de resolver los problemas nacionales, no son capaces, pueden montar sus combos, irles muy bien, tantas cosas, oropeles y lo que sea, pero se supone que aquí lo que estamos llegando a cambiar a Colombia porque este país está demasiado mal, cada día peor. Eso hay que reconocerlo como una realidad, como una tragedia dolorosísima que estamos viviendo los colombianos. Entre otras cosas, no son capaces de cambiarlo porque son incapaces de unir al país. Los países solo salen adelante si son capaces de encontrar razones en torno a las cuales unirse. Razones, claro, de progreso, de civilización, de desarrollo, de mejorar las condiciones de vida de la gente.
Dentro de esto mencionemos tres temas. El tema de los estatutos, de nuestra concepción democrática. Este no es un asunto menor. Aquí estamos en este evento, dando una batalla contra una cosa que cada vez es más profunda y perniciosa en Colombia, que son los caudillos reemplazando a los partidos. Y comentaba ahora con Juan Manuel y con Sergio: no conozco caudillismos que no hayan terminado siendo estériles. Esa es la triste realidad. Aquí estamos construyendo un partido, un partido de afiliados, con directivos, con estatutos, con democracia interna. Nadie es propietario de esto. Y esa democracia como una manera de dirigir la política, es lo mejor que ha podido crear el género humano en todas sus experiencias y en toda su civilización.
Y eso es lo que somos nosotros y lo que estamos haciendo aquí. Decisiones democráticas, participación de todos los tipos, los detalles especializados. Resaltemos esto: es un partido que crea unos estatutos que tienen que ver con nuestra realidad, con nuestra historia de las desigualdades. Entonces aquí hay juegos particulares, hay discriminaciones positivas, por ejemplo para mujeres, para afros, para indígenas, para LGBTIQ+, para jóvenes, etcétera, porque tenemos una visión de las cosas y la promovemos desde el principio, desde de la propia concepción estatutaria.
El otro asunto que quiero mencionar es que tenemos unos principios, como ya se ha resaltado. Aquí no les jalamos a cualquier cosa, tenemos límites, tenemos principios, que en política no son fáciles de tener, cuestan, pero los tenemos. Eso es lo que nosotros somos. Me voy a referir brevemente al tema de la corrupción, como una de las cosas que atacamos de frente, son muchas malas que podría mencionar, pero por razones del tiempo no hay como hacerlo.
Me voy a detener en la corrupción, porque en Colombia nos han querido meter el cuento de que fulanito “roba, pero hace”. No. Si roba, no hace. O sea, si es corrupto no hace. Puede que ponga un bulto de cemento u otra una cosa, pero es que no estamos hablando de eso, porque además eso es un instrumento de la corrupción y del soborno. Yo no puedo creer que se esté de verdad por el progreso de su país, que ame de verdad a su país –un requisito sin el cual no se puede servir–, una persona que se robe la comida de los niños o la plata de la educación de esta nación, o de la salud. No es posible que esa persona se oriente en la vida por la idea de construir un gran país, un país respetable en el concierto internacional, que nos haga sentir orgullosos, tan buenos como los mejores del mundo. No es posible que esa gente actúe con esa convicción. No es posible.
Pero además, porque matan la democracia. Parte del problema con los reyes es que se heredaba sin importar las calidades y cualidades del heredero, podía ser bobo, bruto, el más corrupto, sanguinario. Pero como era el hijo del rey y representaba a Dios en la tierra, aguántense. Uno de los grandes avances de la Revolución Industrial, de la economía de mercado, es haber creado las democracias. ¿Cuál es el encanto? No son perfectas, pero permiten reemplazar a los que no hacen las cosas bien. Por lo menos esa es la teoría. Y la corrupción política lo que hace es permitir que los peores puedan ganar y ganar y ganar y destruir y destruir a sus países, que es a lo que estamos asistiendo en Colombia. Es la realidad a lo que estamos sometidos. Entonces este tema de la lucha contra la corrupción tiene un contenido político muy profundo al que no podemos renunciar de ninguna manera.
Mencionemos un tercer aspecto que está muy planteado en nuestro programa, voy a mencionar unos cuantos asuntos para sacar después una conclusión. Por ejemplo, todos decimos educación universal, pública y gratuita, un sueño, una mira que ponemos. No puede haber progreso donde los pobres tienen una educación de pacotilla. Decía Humberto de la Calle que la educación privada de alto nivel se nos volvió una nueva sangre azul. O sea, una especie de regresión a las concepciones medievales.
El tema del cuidado ambiental. Claro que tenemos que cuidarlo, pero también hay que cuidarlo con rigor y seriedad. No puede ser un instrumento de la politiquería. A ver quién se inventa la mentira más grande para salir a engañar incautos, también como el mesías. Ese es un tema que, si ustedes miran ese párrafo, está súper bien planteado, reconociendo el problema, pero reconociendo también que abordarlo no es nada fácil, no es soplar y hacer botellas.
El tema de la seguridad alimentaria lo planteamos también. Es una vergüenza que un país de este tamaño, con las tierras, las aguas, la gente que tiene y hemos perdido nuestra seguridad y nuestra soberanía alimentaria, estamos importando una suma absolutamente absurda de productos agropecuarios. Nos metieron la mentira cuando empezaron con esas cosas, que es que van a ser muy baratos. Mintieron también. No son baratos, no pueden ser baratos porque son producto del monopolio. Los pongo como otro ejemplo de cosas sobre las que tenemos que tratar.
Pero además sobre una cosa que hemos comentado con Sergio Fajardo. Uno de los líos más graves que tiene el desarrollo nacional es el inmenso subdesarrollo que tenemos. Uno puede decir lo que quiera en educación, pero y dónde están los recursos. ¿Los tenemos? En respaldo al agro, dónde están los recursos. En todas las cosas, dónde están los recursos. Entonces le voy a dar una cifra para que ojalá no se les olvide. Colombia es un país con un capitalismo de míseros 6.000 dólares de producto por habitante. Les hago la comparación, un gringo promedio, crea 70.400 dólares al año, un alemán promedio, 50.800 dólares al año, un francés promedio, 43.500 dólares al año y nosotros en 6.000. Y claro, todos soñamos con vivir como viven en los países desarrollados. Y qué hacemos frente a este problema. Y nos metieron a competir con ellos, en condición de desigualdad con los gringos. Y resulta que un gringo promedio produce 11 veces más riqueza que nosotros al año. Y en el estrellón de los países, porque la competencia internacional es entre países, saben cuál es la diferencia, la economía de Estados Unidos es 72 veces más grande que la de Colombia. No me digan que no es mucha ficción decirle a un empresario nuestro, a un campesino nuestro, a un productor, que si no compite con un caimacán de ese tamaño, 72 veces más poderoso, es por su culpa. Esos países no se construyeron así. Las soberanías nacionales las logramos los países, incluido Estados Unidos, fue reclamando la posibilidad de desarrollarse. Y sino no serían lo que son. Es más, los avances que tenemos nosotros, con todo y los limitados, tienen que ver que también con que un día nos independizamos de España y decidimos construir un país diferente.
Y miren esta experiencia. Cuáles son los dos únicos países del mundo que se han desarrollado de verdad en los últimos años. De los grandes, porque hay unas particularidades. Se llaman Corea y China, con todas sus limitaciones también. Pero el salto adelante es enorme. Entonces en qué queda la teoría racista que nos venden aquí en Colombia diciendo que somos subdesarrollados es porque somos brutos, vagos y perezosos, porque venimos de indios, negros y españoles, ni siquiera alemanes, me decía alguien un día. Y cómo se explica lo que les pasó a esos dos países, ¿fue qué les cambiaron el equipaje genético? No. Tomaron decisiones políticas y económicas diferentes, que son muy fáciles, imitaron los éxitos de los que habían tenido éxito, porque uno no tiene por qué andar inventando la bicicleta. O sea, sin industrialización no hay progreso serio de los países y eso nos está matando.
Y entonces aquí aparece una pregunta, que yo sé que puede ser discutible, pero lo quiero plantear. Nosotros tenemos un capítulo muy robusto de relaciones internacionales. Léanlo en el Programa, muy juicioso y muy democrático. Nosotros partimos de la base de que Colombia se tiene que relacionar con todos los países del mundo, sin excepción, pero tienen que ser relaciones de beneficio recíproco, de respeto mutuo, donde ellos ganen y nosotros ganemos, y de respeto a las soberanías nacionales. O sino qué sentido tiene el asunto.
Y entonces por qué estamos cómo estamos. Les voy a decir algo que sé que se puede prestar a controversias, pero lo planteo. ¿Quién manda en Colombia, quién ha sido el jefe de los mismos con las mismas, me refiero a los gobiernos nacionales, a lo largo de 78 años? No es que estemos ensayando ahora, no, ¡van 78 años!, se llama el Fondo Monetario Internacional, el FMI, creado después de la Segunda Guerra Mundial. Aquí no se cae la hoja de un árbol en el poder económico del país sin que ellos tengan que ver. Y resulta que el Fondo Monetario Internacional no es ningún poder económico neutral. O sea, estamos en el capitalismo, en la economía de mercado, las relaciones entre las personas y entre los países están signadas por la competencia y la ganancia. Y entonces, si nosotros no somos capaces de relacionarnos con el mundo, en economía de mercado, diciendo ¡nosotros –los colombianos– cómo vamos en el negocio!
Nos han dicho nos vamos a desarrollar por la deuda externa y vamos en 180 mil millones de dólares de deuda externa. Ya no hay con que pagarla. Y miren cómo estamos. ¿Lo qué nos viene en los próximos 20 años son otros 180 mil millones de dólares de deuda externa? La deuda en exceso arruina, es parte de su característica.
Hay que hacer un esfuerzo muy grande para que entendamos todos que hay que crear riqueza y empleo, riqueza y empleo, riqueza y empleo y más riqueza y empleo. Colombia no puede seguir siendo un país que ha expulsado en los últimos años 5 millones de personas. Si toda riqueza proviene del trabajo, ¿puede haber peor crimen contra un país que expulsar a su gente? Uno de los secretos del desarrollo de Europa y de Estados Unidos es que reciben y reciben y reciben migrantes, que los convierten en el gran negocio de esos países. Y nosotros aquí expulsamos y expulsamos y expulsamos y ese no es tema de discusión. Estos son asuntos que tenemos que mirar con atención y discutir a fondo.
La Tercera Fuerza política en Colombia, eso es lo que somos. Nosotros somos los cimientos de la Tercera Fuerza, en medio de mil debates y controversias y énfasis, entiendo muy bien que estamos creando una fuerza democrática en sus concepciones, en sus prácticas, no tengo en eso ninguna duda. Pero además somos como el cimiento de la Tercera Fuerza. Pero la Tercera Fuerza tiene que ser mucho más grande que nosotros. Y entonces parte de lo que se viene, como ya lo mencionó Sara, es que tenemos que unirnos con toda Colombia, hay que invitar a la gente a que se vincule, gentes buenas que quieran hacer parte de nuestra organización, bienvenidas. Pero también bienvenidas las coaliciones, alianzas y acuerdos con gentes buenas, que también las hay y que no necesariamente hacen parte de nuestro partido. Ese es el trabajo que se nos viene.
Y por último, esto compañeros y compañeras: estoy convencido de que nosotros tenemos más razón que nadie en Colombia. No voy a decir que somos perfectos, pero tenemos más razón que nadie en Colombia, pero con eso solo tampoco se hace la política, tampoco se ganan las votaciones, que es al final lo que hay que hacer.
Entonces mi invitación muy cordial, compañeras y compañeros, a todos, a los dirigentes de todos los niveles, vamos a trabajar duro, súper duro, recontra duro. Sergio ha dicho que no va a ser candidato a nada y yo tampoco voy a ser candidato a nada, pero vamos a recorrer este país, cargando el maletín, respaldando candidaturas como si fueran las nuestras. Nuestros candidatos y candidatas, que le juegan el pellejo o la vida a esto, porque ser candidato en Colombia es una cosa complicada, lo menos que necesitan de nosotros es todo el respaldo, toda la generosidad y todo el entusiasmo.
Y con esas condiciones vamos a obtener enormes triunfos en las elecciones de este año. Muchas gracias.