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Empezar por darles un saludo muy afectuoso a todos los periodistas de los distintos medios que nos están acompañando esta mañana. Un saludo también muy especial a los colombianos y colombianas que están viendo esta transmisión y a quienes la vean después. Esta es una rueda de prensa que se va a centrar fundamentalmente en cuatro aspectos, que voy a detallar.
Lo primero, concluiré anunciando que me propongo acusar formalmente al Presidente Iván Duque ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, que es su juez natural, y al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ante la Procuraduría General de la Nación, por los hechos que voy a detallar en este análisis.
En segundo término señalo que la acusación principal contra el Presidente Duque es porque él violó un mandato expreso del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que le ordenó, es la palabra textual, que las tropas norteamericanas no podían operar en Colombia hasta tanto no lo autorizara el Senado de la República, de acuerdo con la Constitución Nacional. Y hoy esas tropas están operando en Colombia violando nuestra Constitución.
En relación con el ministro de Defensa, es el caso de un funcionario que con todo cálculo, con dolo, diría yo, organiza las cosas en una rueda de prensa para engañar al periodismo colombiano, para mentirles a los medios de comunicación e inducirlos a un titular falaz, que presentaba como si el Senado de la República hubiera autorizado la presencia de las tropas de Estados Unidos, cuando eso no había ocurrido. Ustedes van a ver, porque lo voy a detallar, la actitud mañosa con la que el ministro procede para promover la violación de la ley.
Y como un cuarto aspecto que vale la pena resaltar, digamos que las tropas de Estados Unidos están hoy actuando ilegalmente en Colombia. Su presencia no sólo afecta la soberanía nacional, como es obvio, sino que está afectando también la legalidad, porque no cuentan con autorización legal.
Todos sabemos cómo empezó esta historia. Un buen día la Embajada norteamericana anunció que unas tropas del Comando Sur de Estados Unidos, tropas de élite, ejército de guerra, venían a operar en Colombia. Ellos suavizan la presentación, pero es un hecho que se trata de fuerzas de combate, y enseguida se armó un escándalo nacional e internacional, incluso porque esas tropas se enmarcaban dentro del conjunto de amenazas lanzadas por el gobierno de Estados Unidos en contra de la República de Venezuela. Nosotros advertimos en esos días que incendiar a Venezuela, como podría ocurrir con estas aventuras colonialistas, podía también incendiar a Colombia, y el que termináramos involucrados en una guerra con un país vecino y en un país vecino era un hecho de extrema gravedad.
Ante estos sucesos, un grupo de congresistas de distintas vertientes elevamos una tutela ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, un Tribunal de muy alto nivel, que el 1° de julio tomó tres determinaciones. La primera, tutelar nuestros derechos a la participación política y al debido proceso constitucional. Debido proceso significa que nadie está exento de cumplir con la ley, y es lo que le está diciendo el Tribunal al gobierno nacional. En segundo término, le ordena al señor Presidente de la República, así, “ordenar”, lo dice el Tribunal, no lo digo yo, para que en 48 horas le envíe la información necesaria al Senado de la República, a fin de que el Legislativo “tenga la oportunidad de asumir su función privativa de control político, de conformidad con los artículos” de la Constitución, y el alto Tribunal cita el 173.4.
¿Qué establece el artículo 173.4? “Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República” es potestativo del Senado, permitir o no permitir. Y así lo ordena el Tribunal.
Y tercero, el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca le ordena al señor Presidente de la República suspender en 48 horas la autorización para cualquier actividad de la brigada de tropas norteamericanas, de acuerdo con lo definido en “el punto anterior”.
Me voy a detener ahora en las consideraciones jurídicas hechas por el Tribunal. Los magistrados no solo toman una decisión muy precisa, sino que hacen también una serie de análisis de gran importancia en los que me voy a detener, porque aquí, además del problema de soberanía, aparece manifiesta una violación descarada, flagrante, de las leyes de la República y de la orden de un tribunal de alta jerarquía. Porque el problema no es solo con el Senado, sino también con el Consejo de Estado. El punto 50 del análisis del Tribunal lo plantea con claridad: “no se conoce que el Consejo de Estado haya emitido concepto –dice– pero lo que se destaca es que el Presidente de la República tampoco se lo solicitó”, el concepto al Consejo de Estado. Hay una agresión no sólo contra el Senado, sino también contra el Consejo de Estado, porque el artículo 237 de la Constitución Política inviste al Consejo de Estado como cuerpo supremo consultivo para distintas decisiones, incluido conceptuar sobre el tránsito de tropas extranjeras en el territorio nacional. Y el Presidente Duque ni siquiera le consultó.
Agrega el punto 64 del fallo emitido por el Tribunal de Cundinamarca: “las normas constitucionales no limitan la competencia del Consejo de Estado al tipo de instrumento utilizado”, sino “control material que se aplica al tránsito de tropas extranjeras por el territorio nacional”. El Consejo de Estado es entonces el que en últimas tiene que decir cómo es este asunto del tránsito. Agrega el Tribunal: en conclusión, el permitir el tránsito de tropas extranjeras en territorio colombiano es atribución del Senado de la República, repito, atribución del Senado de la República, y es competencia del Consejo de Estado por la vía de la consulta, como desarrollo del control político que ejercen ambos órganos sobre el Presidente de la República.
Aquí aclaro algo. En estos temas de relaciones internacionales, la propia normativa reconoce que son asuntos de composición compleja y, por ello, requieren de la actuación del Poder Ejecutivo, el Presidente de la República, del Poder Legislativo, el Senado de la República, y del Poder Judicial, en este caso el Consejo de Estado.
Concluye el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, y ojo con esto: “Por lo tanto, la Sala encuentra que la actuación del señor Presidente de la República de omitir el trámite constitucional en un asunto tan sensible como la soberanía nacional y no someter al control político la presencia de una brigada militar extranjera es arrogarse una competencia inexistente para su autoridad”. En palabras del Tribunal, el Presidente de la República no tiene competencia para decidir unilateralmente al respecto. Es el mensaje que le están enviado al Ejecutivo los jueces de la República.
Y esta, señor ministro, así a usted no le guste, es una norma de obligatorio acatamiento por parte del gobierno nacional. Así usted no lo comparta, sólo otra autoridad judicial podrá echar hacia atrás la decisión del Tribunal de Cundinamarca. No siga engañando a los medios de comunicación ni enredándolos con vivezas y con argucias.
Hay que reconocer como hecho cierto que el Presidente de la República y el gobierno suspendieron la actuación de las tropas norteamericanas, que ya estaban haciendo presencia ilegal en Colombia, y la cosa quedó de ese tamaño.
Sin embargo, el 27 de agosto pasado, hace unos pocos días, el ministro de Defensa convocó a una rueda de prensa, muy publicitada, por cierto. En el evento, el ministro anunció que se habían cumplido ya los trámites y por tanto el Presidente de la República había renovado la autorización para que las tropas norteamericanas actuaran en el territorio nacional. Ratificó el ministro, y lo estoy diciendo con mis palabras para hacerme breve, que cumplidos los requisitos y las exigencias hechas por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, “el señor Presidente, en ejercicio de sus competencias constitucionales, autorizó que continuaran” las tareas de los soldados norteamericanos en Colombia.
Pero veamos cómo realmente nunca se cumplió la exigencia hecha perentoriamente por el Tribunal. Lo que hizo el ministro de Defensa en la rueda prensa fue dedicarse de manera calculada y sistemática a engañar a los medios de comunicación, a inducirlos al error, a presentar como ciertas cosas que no lo eran para estos efectos y a acoger una verdad general que no se podía aplicar a este caso específico. Y fue tanta la manipulación sobre los medios de comunicación, que Colprensa y muchos medios titularon así: “Mindefensa aseguró que Congreso autorizó presencia de militares de Estados Unidos” en Colombia.
Voy a pasar a demostrar que es mentira, porque nunca el Senado autorizó la presencia de las tropas de Estados Unidos ni su tránsito por Colombia. Pero los medios concluyeron, a partir de esta falacia montada por el ministro, que Duque autorizó a las tropas de Estados Unidos a actuar en Colombia, repito yo, violando la Constitución y la Ley.
Detallémoslo un poco. Es una simple argucia. Yo les acabo de enviar la transcripción de la rueda prensa para que ustedes vean el alma de astuto, de vivaracho, del ministro de Defensa. ¡Qué miedo tener un personaje como esos de ministro de Defensa, de jefe de la fuerza pública! En trece ocasiones y en apenas dos páginas, el ministro asegura que sesenta y nueve senadores expidieron unas cartas diciendo que sí, que muy bueno que esas tropas vinieran a actuar en Colombia, trece ocasiones y sesenta y nueve senadores de siete partidos políticos distintos, y lo dice también como mucha gracia, pero silenciando que somos catorce los partidos políticos. Y esa sería, digamos, la manera como el Congreso aprobó, todo muy astuto y todo calculado para el engaño, por los silencios que guarda. Y además, en siete de esas trece veces, machaca que esos sesenta y nueve son la mayoría absoluta, suficiente para decidir, transmitiéndole al observador del común, que actúa con honradez y cree en la honradez del ministro, la idea de que entonces el trámite ya se había cumplido y que ya el Senado de la República había aprobado que las tropas actuaran en el territorio nacional.
Pero los que somos más entendidos en estos asuntos sabemos que ni el Senado ni la Cámara toman sus decisiones por cartas de amigos, en este caso, los duquistas del Senado, los amigos del ministro, que o bien le hicieron el mandado o actuaron engañados por él, no sabemos exactamente qué pasó. El Congreso no decide por cartas. El Senado de la República, señor ministro, y usted lo sabe, no engañe a la gente de una manera tan abusiva, el Senado de la República toma decisiones votando, solo votando, y nunca se puso en votación permitir o no permitir el ingreso a Colombia de tropas norteamericanas, como lo exigió el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Nunca se puso en votación. Les cuento a los colombianos que, incluso cuando hay consenso en el Senado para tomar una decisión, incluso cuando todos estamos de acuerdo, se procede a votar para confirmar el consenso. No basta con decir que estamos de acuerdo. No, siempre se vota, y entonces la votación dice que el ciento por ciento de los senadores votaron de una determinada manera.
Los senadores no decidimos por opiniones. Lo que hace el ministro es engatusar y enredar para que los medios titularan: Mindefensa aseguró que Congreso autorizó presencia de militares de Estados Unidos. Y así titularon los medios, y el ministro, sabiendo que era una noticia falsa, porque no era cierto que el Congreso hubiera autorizado, ni siquiera tuvo la delicadeza de haber enviado un boletín de prensa diciendo me interpretaron mal, yo no dije eso, yo lo que dije es que había unos amigos del presidente que habían mandado unas cartas. Claro, no la podía enviar porque él estaba era engañando. Lo tenemos cogido con las manos en la masa, ministro, usted puede seguir enredando. Lo sigo viendo en los medios dedicado a enredar, pero a nosotros no nos viene con esos cuentos, porque sabemos qué es lo qué está pasando.
Al final de la rueda de prensa, un periodista le pregunta al doctor Carlos Holmes Trujillo, oiga, ministro, hay un senador diciendo que esa proposición “nunca se votó en el Congreso”, o sea que el Congreso nunca formalizó, nunca aprobó lo de las tropas norteamericanas. ¿Y saben qué contesta el astuto? “Yo no voy a referirme a detalles, pero entiendo que habrá senadores que no consideren que se dieron los pasos adecuados”, y enseguida cambia de tema. Qué tal el astuto. Esa es prueba de que en la propia rueda de prensa, él sabía que estaba mintiendo y enredando y engañando a los colombianos.
Pero mire lo que les termina pasando al Presidente de la República y al ministro de la Defensa. Hace dos días Lidio García, senador de la República y quien era el presidente del Senado cuando estas cosas sucedían, le mandó una carta al doctor Carlos Holmes Trujillo en la que le pide que rectifique, porque su información es falsa, es una mentira, que se rectifique la posición del Ministerio de Defensa y de los medios de comunicación, en el evento en que los medios hubieran interpretado mal al ministro. Cortésmente le dice, o usted mintió, o usted indujo a los medios de comunicación a hacer una afirmación que no era cierta. En todo caso le dice, rectifique, ministro. Y es tan descarado el ministro que responde, yo no tengo nada que rectificar. Porque claro, el astuto sabe el juego de las palabras para parecer presentando como cierto lo que es falso.
Asegura textualmente el ex presidente del Senado que “no se encuentra ajustado a la verdad que el Congreso de la República hubiese autorizado la presencia de tropas norteamericanas en el territorio nacional”. Oiga, ministro, oiga, doctor Duque, ustedes terminaron dando autorizaciones ilegales, es lo que dice el presidente del Senado. Lo repito: “no se encuentra ajustado a la verdad que el Congreso de la República hubiese autorizado la presencia de tropas norteamericanas en territorio nacional”. Y él hace referencia a una comunicación que cita mucho el ministro como gran prueba, enredando a los que no saben, pero no a los que sí sabemos.
Y aclara también el ex presidente del Senado que en dicha comunicación, a la que tanto se refiere el ministro, simplemente se le informó a la Secretaría Jurídica de la Presidencia que sesenta y nueve senadores, de siete partidos, habían emitido una opinión. Lo explica muy bien Lidio García. Y es cierto. A la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República le llegan unas cartas, simplemente como una información, pero eso no es la prueba de que el Senado de la República hubiera tomado una decisión. Pero sí condena a la Casa de Nariño, porque queda entonces demostrado que la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República es cómplice de toda esta marrulla montada por el ministro de Defensa.
Y concluye afirmando el doctor Lidio García que dicho documento, el que el señor ministro ha citado trece veces, “no tiene ningún alcance jurídico que comprometa al Congreso de la República, porque simplemente se trata de una comunicación de carácter informativo, respecto a la gestión de sesenta y nueve senadores”. Y el ministro es tan descarado que es capaz de aducir que se trató de una decisión formal del Senado de la República. Es un atropello al Senado, una agresión a la dignidad de los congresistas que representamos a esta nación.
Las conclusiones y terminemos. Las tropas norteamericanas están actuando ilegalmente en el territorio nacional, presidente Duque. Usted violó la Constitución y la Ley cuando les autorizó reiniciar actividades, porque el ingreso no lo autorizó el Senado de la República.
El ministro engañó y mintió. Y aquí y en Cafarnaúm, un ministro que engaña y miente debe renunciar inmediatamente a su cargo. Es una desvergüenza, esto no puede suceder. Y más si es ministro de Defensa. ¿No se supone que les inculcan a los soldados y a los suboficiales y oficiales palabras como el honor, la dignidad, el respeto, la veracidad de las actuaciones, no actuar con dolo, ser ciudadanos ejemplares? ¿No se supone que la veracidad es del alma? Se lo pregunto a los generales y a los coroneles de la fuerza pública. Pero ustedes tienen un ministro que representa exactamente lo contrario, y en un asunto tan crucial como el de la soberanía, porque las tropas norteamericanas están en el territorio violando la soberanía nacional, y Colombia en el riesgo de meternos en una guerra internacional.
Duque estuvo en todo con el mindefensa. Es más, yo le mande una carta al Presidente Duque pidiéndole que le exija la renuncia y no se la pide, es una manera de confirmar que están juntos.
Terminó diciendo que voy a acusarlos ante las autoridades a los dos, al Presidente Duque y al ministro de Defensa, para que los investiguen y los juzguen. Aquí cabe un prevaricato, señor Presidente de la República. A usted lo voy a llevar ante la Comisión de Acusaciones. Ahora, no me hago ilusiones, porque es de absoluciones, pero para que por lo menos quede la constancia de que aquí algunos no alcahueteamos estos procedimientos.
Y es evidente que el señor ministro viola de manera flagrante el Código Disciplinario Único, en lo que tiene que ver con los deberes de los servidores públicos. Y en este caso estamos hablando de faltas gravísimas, de haber intentado ocultar el prevaricato que estaba cometiendo el Presidente de la República.
PRUEBAS
1. Lo que dijo el Mindefensa Carlos Holmes en rueda de prensa que indujo a los medios a titular “Mindefensa aseguró que Congreso autorizó presencia de militares de EEUU”, aprobación que nunca ocurrió.
Texto y video: https://bit.ly/3lCgxt7
2. Carta de Lidio Garcia: https://wp.me/a99Bcq-2WH
3. Fallo del Tribunal de Cundinamarca: https://wp.me/a99Bcq-2WG
4. Ideas principales del fallo del tribunal administrativo de cundinamarca: https://www.jorgerobledo.com/ideas-principales-del-fallo-del-tribunal-administrativo-de-cundinamarca/