Boletín de prensa
Por su peligrosidad, solo debe desminar la fuerza pública. La “ayuda” extranjera obliga a que el desminado se haga con civiles. En la erradicación manual de la coca van 190 campesinos muertos y 674 heridos, en su gran mayoría, por minas antipersona.
El senador Jorge Enrique Robledo lamentó la muerte del soldado Wilson Martínez, víctima de una mina antipersona cuando realizaba el peligrosísimo desminado. Otra muerte entre las incontables víctimas de una larguísima violencia estéril.
“Esta tragedia debe servir para que el gobierno de Santos acabe con el programa de desminado con campesinos colombianos, en razón de que esa labor en extremo peligrosa debe realizarla la fuerza pública”, agregó Robledo.
El senador del Polo rechazó también que el desminado con campesinos obedezca a que la Unión Europea exige que su llamada “ayuda” para financiar este programa se ejecute con población civil y empresas privadas, como la británica The Halo Trust que opera en Colombia. Es el colmo que se aprovechen de la pobreza de los campesinos y jornaleros colombianos para inducirlos a realizar tareas que por razones obvias deberían realizar especialistas de la fuerza pública. Y constituye una burla llamarlo programa de Desminado Humanitario.
Debería cesar también el programa de erradicar cultivos de coca con el trabajo manual de los campesinos. Y la razón es simple: en los últimos diez años van más de 190 erradicadores de coca muertos y 674 heridos, en su gran mayoría, por minas antipersona.
El abogado Manuel Sarmiento explicó que esta práctica política viola el Derecho Internacional Humanitario, que le prohíbe al gobierno vincular a la población civil en el conflicto. Señaló además que esta advertencia fue hecha en su momento por la Procuraduría pero que de manera extraña el Ministerio Público cambió su concepto.
Robledo recordó que el Polo se opuso a la ley que autorizó el desminado con campesinos.
Oficina de Prensa
Senador Jorge Enrique Robledo
16 de julio de 2015
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