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EL POLO DEBE MANTENER SU RUMBO Y SU UNIDAD

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Jorge Enrique Robledo

Bogotá, 29 de agosto de 2008.

Algo se sabe sobre los debates preparatorios de las elecciones del Polo Democrático Alternativo (PDA) del 26 de octubre, en las que se escogerán los delegados a su II Congreso Nacional, en febrero próximo, evento que definirá el rumbo del partido y sus orientaciones para los comicios de 2010. Dado que las informaciones han sido fragmentarias o afectadas por los contrincantes del Polo, no sobran unos detalles.

 

Como es natural en un proceso democrático de una organización que no tiene dueño, van semanas de conversaciones entre las numerosas tendencias del Polo con el propósito de hacer acuerdos que permitan influir más en las decisiones del II Congreso. En ese proceso, los senadores Jaime Dussán, Iván Moreno, Jesús Bernal y Parmenio Cuéllar acordaron hacer una sola lista con Luis Eduardo (Lucho) Garzón y los senadores Gustavo Petro y Jorge Guevara. Pero a poco dicho acuerdo se desbarató y los senadores Dussán, Moreno, Bernal y Cuéllar expidieron una declaración en la que anunciaron que ellos mantendrán una lista unificada, expresan su “total respaldo” a Carlos Gaviria como presidente del Partido y advierten: “No nos anima ningún propósito hegemónico o excluyente. Creemos que el PDA, como partido democrático, no puede aceptar el sectarismo ni la exclusión de ningún sector que aceptando nuestros ideales de izquierda democrática quiera hermanar con nosotros esta lucha por transformar a Colombia”.

 

El hecho que precipitó el rompimiento de la primera lista fueron unas declaraciones de Garzón en las que dijo que el objetivo era tomarse el congreso del Polo para descabezar a Calos Gaviria y excluir a varias de las tendencias que hacen parte del partido. Cuatro días antes había escrito: “Si el congreso (del Polo) es para hacer más de lo mismo, es mejor hacer como en los matrimonios con desavenencias permanentes, es decir, cada uno por su lado” (El Espectador, 21.08.08).

 

La idea de Luis Eduardo Garzón de dividir al PDA no es nueva. La primera vez lo planteó a finales de 2007, cuando habló de construir el Partido de la Calle (El Tiempo, 09.12.07). Luego anunció que participaría en la consulta del Partido Liberal para seleccionar candidato a la Presidencia de la República. En efecto, en El Tiempo del 22 de junio de 2008 dijo: “Voy a esa, con o sin el Polo. Y me someto a lo que sea. Lo que propongo es que el Partido Liberal nos preste la casa”. Ese día César Gaviria explicó que ese plan era con los principios liberales y que Garzón tendría que retirarse del Polo, porque “no creo que pueda estar en los dos proyectos”.

 

Quien haya seguido las opiniones de Garzón recordará dos constantes que explican por qué mantiene la carta de la división del Polo en la mano. La primera, público y sistemático desacuerdo con las posiciones del PDA, al que le niega cualquier acierto y le exige replanteamientos de fondo, a la par con ataques a Carlos Gaviria. Y la segunda, elogios o por lo menos una actitud comprensiva hacia el gobierno de Álvaro Uribe, al que si mucho le critica aspectos de sus concepciones políticas pero en lo fundamental le respalda su orientación económica y social, a pesar de que esta es, como se sabe, la neoliberal que impone el FMI.

 

En su propósito de mover al Polo de la izquierda democrática hacia la derecha, que es en lo que se sintetiza el pleito de fondo, Garzón dice cosas que no son ciertas. Por ejemplo: que el partido “niega cualquier posibilidad de coaliciones”, cuando en alianza programática votamos por los gobernadores de Atlántico, Cesar y Santander. También ha insinuado que no aspiramos a gobernar, cargo con el que sugiere que somos bobos y quiere justificar acuerdos en torno a programas contrarios a los del PDA. Y lo que es más grave, porque con ello le ayuda a las barras bravas uribistas, dice que vacilamos frente a la lucha armada y el secuestro, pero sin poder mostrar ni una posición del Polo que demuestre esa afirmación.

 

Ojalá Garzón entienda que solo un gobierno de izquierda democrática puede empezar a resolver los graves problemas sociales de Colombia y que el único que puede encabezar ese proceso es el Polo Democrático, de manera que se decida a respaldar su programa y su unidad. Si ello no ocurre, esperemos que aumente todavía más su soledad dentro del partido, porque ya, entre otros muchos dirigentes, casi todos los parlamentarios del Polo respaldamos a Carlos Gaviria como el jefe indiscutible del partido.