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EL DE COLOMBIA ES EL PEOR TLC DE AMÉRICA

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Jorge Enrique Robledo

Bogotá, 22 de septiembre de 2006.

Por gentileza de Oxfam y Planeta Paz, hace unos días me correspondió presentar el libro “Evaluación de la Negociación Agropecuaria en el TLC Colombia – Estados Unidos”, realizado con abundancia de cifras por Luis Jorge Garay, Fernando Barberi e Iván Mauricio Cardona. Estos, junto con otros, hace unos años también le hicieron al ministerio de Agricultura el extenso estudio que demostró las enormes desigualdades entre el agro colombiano y el estadounidense, entre ellas los famosos subsidios por 71.269 millones de dólares al año. Se trata, entonces, de un balance efectuado por especialistas que el gobierno no tiene cómo descalificar.

 

Garay y compañía muestran que Colombia perderá en trigo, cebada, maíz, arroz, sorgo, fríjol, soya y en carnes de pollo y de cerdo. También dicen que, por efecto de la sustitución por importaciones de soya y de sus derivados, le irá mal a la palma africana, hasta el punto de que “el área cosechada, el empleo y los ingresos laborales serían inferiores en un 19 por ciento”. Agregan que también habrá reemplazo de carnes de res y cerdo por pollo importado del orden del 6 y 24 por ciento, respectivamente, y eso asumiendo que el precio del pollo baje solo el 30 por ciento, situación que será peor porque estos sectores también perderán precio y mercado frente a las compras de carnes de marranos y bovinos gringos. Y porque, y ante esto calló el minagricultura en el último debate en la Comisión Quinta del senado, la Casa Blanca impuso importaciones con cero arancel de pollo sin pellejo y troceado mecánicamente.

 

Estos agregan que “a pesar de la opinión expresada por el gobierno y los gremios, de la lectura del texto no se derivan obligaciones concretas para las partes que garanticen que a la luz de los puntos incluidos, puedan solucionarse los problemas de índole sanitaria y fitosanitaria de Colombia y abrirse así oportunidades de exportación para varios productos colombianos, tales como los cárnicos, las frutas y las hortalizas”. Además explican que Estados Unidos mantendrá los subsidios llamados ayudas internas y una parte de los catalogados como de respaldo a las exportaciones. ¿Insistirán los ministros Arias y Botero en que Colombia consiguió “acceso real” al mercado de Estados Unidos y en que este eliminó los subsidios a las exportaciones?

 

Pero lo más llamativo del estudio es que de él se deduce que el gobierno de Colombia fracasó en conseguir la casi totalidad de lo que se propuso (no obstante lo mediocre) y que aceptó un TLC peor que los otros que Washington ha suscrito en América, lo que ya es mucho decir, porque aquellos también han sido pésimos para los otros países satélites.

 

Mientras la Casa Blanca les permitió a los centroamericanos en el Cafta exceptuar algunos productos y mantener requisitos de desempeño, a Colombia no; en tanto el 4,9 por ciento de los productos colombianos quedaron con desgravación a más de 10 años, así quedaron el 32,2 por ciento de los de Costa Rica, el 27,1 por ciento de los de Nicaragua, el 25,8 por ciento de los de Honduras, el 20,6 por ciento de los de El Salvador y el 18,7 por ciento de los de Guatemala. Y mientras el valor de las importaciones de Estados Unidos a Colombia que quedó con desgravación inmediata ascendió al 94,5 por ciento, las de los centroamericanos sumaron 69,4 por ciento. Además, a diferencia del TLC con Chile, Colombia se comprometió a no utilizar el Sistema Andino de Franjas de Precios desde el inicio del Tratado. Y “debió renunciar a la posibilidad de aplicar cualquier tipo de salvaguardia especial agropecuaria que se acuerde en un futuro en el marco de la OMC, compromiso que no había adquirido ningún otro socio comercial de los EEUU, salvo Perú”.

 

Y sumándoles a las pérdidas económicas la indignidad de un trato no recíproco que tampoco quedó en el Cafta, Washington estableció que si Colombia suscribe un acuerdo agrario con otro país en el que le otorgue más privilegios que los que le concedió a Estados Unidos en el TLC, tendrá que dárselos también a este. Pero que si es la Casa Blanca la que otorga más ventajas a un tercero, no tendrá que concedérselas a Colombia.

 

Coletilla: ¿no es el colmo que sean los mismos medios que no informan sobre lo que hace el Polo Democrático Alternativo los que lo critican porque, dicen, hace poco?