Oficina de Prensa Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, agosto 28 de 2007
De los tres escenarios posibles para proyectar los ingresos de Ecopetrol con miras a ir vendiéndola por partes a los privados, el gobierno eligió el peor, denunció hoy ante la Comisión Quinta el senador Jorge Enrique Robledo al ratificar que la empresa estatal será feriada muy por debajo de su valor real. “Hasta autorizados corredores de bolsa han dicho que el precio es ‘muy conservador’, porque el barril del crudo supera hoy los 70 dólares en el mercado planetario. Otros analistas –agregó Robledo– han dicho que las utilidades de los compradores llegarán al 100 por ciento en 24 meses, ganancia extraordinaria que se origina en la venta a menos precio de la empresa.”
El gobierno solo tuvo en cuenta el escenario de un precio promedio de entre 45 y 50 dólares por barril, descartando los otros dos escenarios posibles, el uno entre 55 y 70 dólares y el otro entre 70 y 90 dólares.
Otro hecho no menos grave pone al desnudo el negociado, añadió el congresista del Polo. En la valoración de las reservas se le embolataron al Estado 5.000 millones de dólares, pues el barril se tasó a 15,85 dólares, cuando el promedio internacional está en 17,11 dólares, 1.26 dólares menos, para este tipo de operaciones. Además, a Ecopetrol no le fueron certificados 181 millones de barriles de reservas, lo que las disminuye de 1.752 a 1.571 millones de barriles. Las reservas embolatadas equivalen a la producción de crudo del país en un año, y a precios de exportación valen la bicoca de 11.000 millones de dólares, casi la mitad de las exportaciones totales de Colombia.
El derrame de crudo en Norte de Santander
Al analizar el derrame de crudo ocurrido el 2 de junio en el río Pamplonita, que dejó sin agua durante 16 días a Cúcuta y su área metropolitana, Robledo señaló que ante “un desastre de tal magnitud, que afectó la vida de más medio millón de personas, Ecopetrol respondió con ligereza, al decir que como los causantes del derrame fueron unos ladrones de combustibles, a la empresa no le cabía responsabilidad alguna. ¿Será que Ecopetrol y Oxy, dueñas del oleoducto Caño Limón, no fueron las que diseñaron el trazado, que en el punto del derrame pasa a escasos doce kilómetros de la bocatoma del acueducto de Cúcuta? ¿Por qué no funcionaron ninguno de los estándares internacionales de seguridad, como el de unas piscinas que eviten que los derrames afecten los cuerpos de agua?”
Robledo concluyó: “No puede seguir haciendo carrera que los altos funcionarios nunca asumen las responsabilidades derivadas de sus acciones u omisiones. Lo del río Pamplonita fue un desastre ambiental, económico y social de inmensas proporciones, y los altos funcionarios salen ‘alegres’ a decir que a ellos no les cabe ninguna responsabilidad”.
