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Santos mintió cuando dijo que acabaría con las EPS

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VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=hnxWOlwWOHo

El ministro Lizarralde violó la ley para encubrir que también la había violado antes. Juan Manuel Santos es el presidente de las EPS. La reforma mantiene básicamente las cosas como están con el truco del cambio de los nombres: las EPS se llamarán Gestores y el POS recortado, Mi Plan. La reforma golpea la tutela de manera inmisericorde. Los colombianos perdimos una ocasión histórica, porque la capacidad de manipulación de este gobierno ha sido superior a la de los anteriores. 

Antes de entrar en materia, una información muy breve de un hecho gravísimo que le interesa al Congreso. Ayer habíamos citado en la Comisión Quinta al señor ministro de Agricultura y nos mandó una carta diciendo que él no atendía la citación porque se negaba a hablar de asuntos de su vida privada antes de posesionarse como ministro. Llamo la atención al Congreso sobre la gravedad de lo que esto implica. Primero, porque un ministro no puede negarse a asistir a un debate de control político. Esto no es a la carta. Y segundo, porque es obvio que los servidores públicos estamos obligados a responder por el pasado, incluida la trayectoria en la empresa privada, y más cuando he reunido pruebas de que el ministro Lizarralde, siendo gerente de Indupalma, violó la ley que prohíbe acumular baldíos. Entonces aquí públicamente llamo al Congreso a que tome note de la gravedad de lo que intenta el doctor Lizarralde, violando la Ley 5a. de manera flagrante.

Entrando en materia, hay una confusión grande hoy en Colombia, senadores y colombianos. Como las mayorías del Senado no vinieron en estos días a tramitar la ley de salud, la ley entonces era buena. Astutos sobran en Colombia. Como los congresistas son malas personas y no quieren aprobar la norma, entonces la norma es buena. Y resulta que no, no vinieron por otras razones y voy a demostrar que la norma es pésima. Formulo un llamado a quienes aúpan desde los medios de comunicación astucias que no resultan ser ciertas.

Diría que este es uno de los peores momentos de la historia de Colombia, porque hace un año el país había entendido por fin el desastre de la salud. Hace un año los colombianos entendieron a la perfección que el sistema de salud navegaba en un mar de pus. Hace un año los colombianos entendieron a la perfección que el maltrato a la red pública hospitalaria y a las propias IPS privadas era descomunal. Hace un año se hizo conciencia inmensa de que el sistema de salud maltrataba laboralmente a los médicos y a las enfermeras. Hace un año se hizo conciencia de que el sistema estaba quebrado en lo financiero. Y sobre todo se hizo conciencia de que a los colombianos ya no nos mataban las enfermedades del corazón o de los riñones, sino el sistema de salud. Los colombianos nos seguimos muriendo de males que la medicina sabe curar. Y hace un año quedó claro que la responsabilidad fundamental del desastre era un sistema montado en beneficio de las EPS.

Hoy no tenemos un sistema de salud que apunte a darles salud a los colombianos, sino una ley que beneficia el negocio con la salud de los colombianos. Hace un año, entonces, las cosas estaban maduras para acabar con las EPS, unas entidades parásitas que sobran en Colombia, como sobran en Canadá y en muchos otros países del mundo, donde no existen EPS. Lo único bueno que le había pasado al sistema de salud desde la aprobación de la Ley 100 de 1993, se entendió así hace un año, era la tutela, consagrada como un mecanismo excepcional para defenderles la salud a los colombianos. Luego hoy el presidente Santos y el ministro Gaviria tenían todas las condiciones políticas para haber propuesto una reforma estructural al sistema de salud. Todo estaba a favor y se había podido aprobar cualquier reforma estructural que acabara con las EPS.

Pero como resulta que el presidente de la República es el presidente de las EPS y este es un gobierno cuyo gabinete ministerial y cuyas mayorías congresionales tienen fuertes vínculos con las EPS, con esta ley y con la ley estatutaria no aprovecharon para hacer una reforma estructural de fondo, sino para echarle pañitos de agua tibia a un sistema desastroso y seguir con lo mismo.

Incluso el trámite empezó supremamente mal, con una frase del presidente Juan Manuel Santos, que no era cierta. Se acabarán las EPS, dijo el jefe del Estado. Esto solo, en otro país, probablemente lo habría tumbado, porque hoy ya está perfectamente claro que eso nunca se intentó. Y dijo el ministro Cárdenas, ministro de Hacienda, el mismo día en que el ministro de Salud presentó la reforma, que la norma se orientaba contra las tutela, discurso que desde siempre ha agenciado el doctor Alejandro Gaviria.

Con esos prolegómenos qué terminó entonces sucediendo: una reforma a la salud que mantiene básicamente las cosas como están con el truco del cambio de los nombres. Es un irrespeto a los colombianos, les digo a los amigos del gobierno nacional, que el proyecto se limite a cambiar los nombres para transmitir la idea de que son cosas diferentes. Entonces ya no se llamarán EPS, sino Gestoras. El POS se llamará MiPlan, pero todo seguirá igual. Las Gestoras seguirán siendo intermediarias financieras y se embolsillarán los recursos de la salud que deberían ir a médicos, a medicamentos y a procedimientos quirúrgicos y hospitalarios. El POS seguirá siendo un POS recortado, un POS que nos seguirá negando cantidades de derechos. Luego los colombianos nos seguiremos enfermando y muriendo de males que la medicina sabe curar, porque aquí nos enfermamos y nos morimos, no de males incurables, sino de los males que la medicina sabe curar y que no se curan porque las EPS se quedan con la plata del sistema de salud.

Y como si fuera poco, se mantienen el negocio de las EPS y el POS recortado. No menos grave, la reforma estatutaria y esta de ahora golpean de manera inmisericorde la tutela. Como son astutos, no dicen literalmente “golpéese la tutela” o “acábese la tutela”. Ellos saben que la gente los tumbaría si se atrevieran a tanto. Pero minan el camino con una serie de artículos calculados para que el día de mañana los jueces nieguen las tutelas, para que el día de mañana los médicos no puedan recetar correctamente, como lo deben hacer.

En ese sentido, la bancada del Polo Democrático Alternativo anuncia desde ya su voto totalmente negativo en contra de este proyecto, que debe hundirse, porque es indeseable y porque está calculado para que Colombi siga siendo el país de las EPS y el gobierno del presidente Santos, el gobierno de las EPS.

Una última reflexión a los colombianos que tanto hemos luchado por lograr una reforma profunda. Ocurrió en el último año un hecho lamentable y fue que perdimos una ocasión histórica para haber ganado las reformas estructurales que se necesitaban. Y perdimos una ocasión histórica, porque lamentablemente la capacidad de manipulación, la capacidad de confundir y de engañar del gobierno del presidente Santos ha sido superior a la de los demás. Y entonces la desmovilización cundió. Las falsas esperanzas cifradas en el doctor Gaviria, pensando que sí iba a promover una reforma contraria a sus concepciones neoliberales y del libre comercio, hizo que la desmovilización cundiera y estamos ante la inminencia de que las mayorías santistas aprueben otra pésima ley sobre el sistema de salud.

Con el paso de los meses, los colombianos descubrirán que fueron nuevamente engañados, con el coro de los grandes medios de comunicación explicando las cosas como no son. Los ciudadanos tarde o temprano acabarán por descubrirlo y tarde o temprano la lucha volverá a levantar al pueblo. Tarde o temprano los colombianos entenderán que solo podrán acabar con este sistema inicuo de salud en la medida en que dejen de elegir a los mismos responsables del drama socialy humano que padece el país. Y adelantando movilizaciones sociales lo suficientemente grandes que sean incluso capaces de arrancarle al gobierno de las EPS, sea el de Santos u otro cualquiera, la modificación estructural que se requiere.

Mientras tanto, el Polo Democrático Alternativo seguirá hablando con franqueza, seguirá diciendo las cosas claras, seguirá soportando los ataques del propio presidente en contra de nuestras personas y nuestros puntos de vista. Pero no cejaremos en la batalla por tener la salud que los colombianos necesitan. Lo que hay es inicuo y habrá que transformarlo tarde o temprano. Y en esa lucha cuenten los colombianos con que el Polo Democrático Alternativo, cada hombre y mujer de este Partido, estará con el ciudadano del común buscando las profundas transformaciones que nuestra sociedad está demandando.