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RUEDA DE PRENSA SENADOR DEL JORGE ENRIQUE ROBLEDO SOBRE CARLOS VALDÉS Y SU MANIPULACIÓN DE LA CAUSA DE LA MUERTE DE JORGE ENRIQUE PIZANO

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Lo que voy a hacer hoy aquí es acusar formalmente ante la Procuraduría y ante la Fiscalía a Carlos Valdés, el ex director de Medicina Legal, y a otras personas indeterminadas, en las que debe estar también el señor Fiscal, Martínez Neira, en relación con todo el manejo que se le ha dado en estos meses a un caso muy sonado, y con razón: cómo murió o por qué murió Jorge Enrique Pizano.

Y voy a demostrar cómo el doctor Valdés, con la aquiescencia del Fiscal Martínez Neira –tuvo que ser, como cosa obvia, porque Valdés era subalterno del Fiscal y él lo dejó allí en ese cargo–, se dedicaron a meternos a los colombianos el cuento de que había certeza, certeza, de que Pizano no había muerto envenenado. Se dedicaron a eso. Y voy a demostrar cómo, científicamente, no era posible establecer ese hecho con certeza ni se podía deducir de las pruebas existentes. De eso se va a tratar esta rueda de prensa. Todo con el propósito de que se conozca la verdad y que se abra una investigación formal, y entiendo que ya algo se está adelantando en ese sentido en la Procuraduría, pero pido que además la Fiscalía lo investigue.

Hay puntos que voy a decir como afirmaciones porque tengo las pruebas y otros solo como preguntas, para que se investigue, y ojalá también lo hagan los medios de comunicación.

Repasemos algunos antecedentes que sirvan de contexto y sin los cuales no se entiende el asunto. El primero, todos lo sabemos, es que el doctor Martínez Neira, el Fiscal General, está untado hasta el alma en la corrupción del caso Ruta del Sol-Odebrecht-Grupo Aval. Lo segundo, como ya lo anoté, que Valdés era subalterno del Fiscal Martínez. Lo tercero, también sabido, que Jorge Enrique Pizano, quien fuera el controller o auditor de la Ruta del Sol, murió en una actitud de acusar al Fiscal Martínez de complicidad o por lo menos de alcahuetería con la corrupción que se daba en la Ruta del Sol, acusándolo, sí, y además, teniéndolo miedo al Fiscal Martínez, tal como quedó claro en la información de Noticias Uno. Recordemos que Pizano grabó con este noticiero una serie de hechos que le habían ocurrido a él, advirtiéndoles a los periodistas que solo los podían publicar después de su muerte o luego de que él lograra salir de Colombia. Y recordemos también que la Fiscalía estaba encima de Jorge Enrique Pizano, o sea, que no eche más cuentos el doctor Martínez de que Pizano era su amigo. Pudo ser su amigo alguna vez, pero murió en las circunstancias que acabo de mencionar. 

El otro hecho, irrefutable, es que Alejandro Pizano, el hijo de Jorge Enrique Pizano, murió por cianuro. No está en discusión y la historia es además conocida. Después de las exequias de su padre, él va a la casa de su padre, entra a su estudio, toma agua de una botella que estaba allí y se desploma. Medicina Legal estableció que había muerto por cianuro, porque en esa botella de agua había cianuro. Hay tres posibilidades con lo que le pasó ¿Qué le ocurrió a Alejandro Pizano? Hay varias posibilidades. Una, absolutamente remota, y la planteo porque se trata de hacer un análisis completo, es que se hubiera suicidado. La segunda, seguramente la más acorde con la realidad, es que tomó el agua sin saber que contenía cianuro. Un hecho lamentable, y voy a insistir en mi expresión de solidaridad con su familia. Otra, que la botella la hubiera puesto allí Jorge Enrique Pizano, porque él iba después a suicidarse ingiriendo cianuro. Y hay una última posibilidad, no descartable, y es que alguien la hubiera puesto allí con el propósito de matar a Jorge Enrique Pizano. Yo realmente no sé, estoy planteando las cosas tal como se pueden ver. En resumen, que Alejandro Pizano muera por accidente, por tomarse algo que no era para él, pero hay las demás posibilidades que ya he mencionado.

Ahora, hay un hecho que aquí no podemos olvidar y es parte de los análisis. Jorge Enrique Pizano, y así lo tituló la revista Semana, sabía demasiado. Sabía demasiado sobre el hecho de corrupción más grande de la historia de Colombia, con sumas absolutamente astronómicas y apenas equiparables con las que se roban en salud, y con inmensos poderes económicos y políticos detrás. No es una exageración de parte mía. El mundo entero lo comenta, porque el hecho se volvió una noticia internacional y lo sigue siendo. Hoy el ABB News afirma: qué pasa en Colombia, que las cosas no se aclaran. Y es obvio, porque no sorprende que una corrupción de ese calibre, con cianuro, dos muertos, denuncias contra el Fiscal Martínez, cause tal conmoción.

¿De qué murió Jorge Enrique Pizano? Hay dos posibilidades. De muerte natural o envenenado. Si murió envenenado, resultaría bastante negativo para Odebrecht, el Grupo Aval, el Fiscal Martínez y demás implicados en este escándalo de corrupción. Si murió de muerte natural, es, digamos, un asunto que los favorecería a ellos, quitándoles presión. Voy entonces a analizar cómo se está moviendo esta realidad.

Jorge Enrique Pizano muere, según dicen algunos, porque se cae en el baño. Lo llevan al Centro de Salud de Subachoque, adonde entra ya sin signos vitales, según se afirma. Lo ingresan después al Hospital de Facatativá, donde le practican una necropsia clínica. Ojo. Esto es importante. Una necropsia clínica es lo que se hace cuando se presume que la persona ha fallecido de muerte natural. Es entonces un tipo de necropsia que solo mira ciertas cosas, y como se había dicho que era un infarto agudo del miocardio, pues la necropsia da ese resultado. La lleva a cabo el doctor Pedro Emilio Morales, que había sido patólogo de Medicina Legal y es casualmente el médico que tiene contratado la EPS de Pizano para hacer este tipo de cosas. Quiero aquí enfatizar que la necropsia termina estableciendo muerte natural, infarto agudo del miocardio.

Y las muestras que se toman del cuerpo de Pizano no son muestras pensando en cianuro, sino pensando en muerte natural y los tejidos los ponen en formol. Esto del formol es muy importante, échenle ojo, porque el formol destruye el cianuro. No es posible encontrar cianuro en una muestra biológica si ha estado en formol, porque el formol destruye el cianuro.

Una vez muere Alejandro Pizano envenenado con cianuro, salta a la vista un obvio interrogante, porque los hechos superan la necropsia clínica de Facatativá, y es, bueno: ¿qué pasó con Jorge Enrique Pizano? Y creo yo, aun cuando no tenga la certeza, que es la Fiscalía la que le pide a Medicina Legal que aclare qué pasó. 

Y es a partir de ese momento, como lo voy a demostrar, que Carlos Valdés se dedica, no a contarnos a los colombianos qué pasó hasta donde se lo permitía la ciencia, sino por el contrario a meternos el cuento de que había certeza de que Pizano no había muerto por cianuro. Pero la ciencia no le permitía hacer esa afirmación. Y él no nos advierte que estaba creando un “falso negativo”, como es llamado en patología. Hay estudios que dan negativo para cianuro u otras sustancias, pero son conocidos como “falsos negativos” porque la muestra no permite sacar esa conclusión.

Vamos a ver por las noticias cómo Valdés logra confundirnos a los colombianos, y entre ellos me incluyo yo. Solo empecé a entender lo que estaba ocurriendo cuando un médico de Medicina Legal, y dirigente sindical, sale a denunciar, ya empezando diciembre, que lo que está haciendo Valdés es contra la ciencia. Y miren ustedes cómo las cosas se empiezan a dirigir desde el principio hacia donde no es. Voy a leer algunos titulares, ustedes pueden hacer el ejercicio en Google. Repito, no había certeza de lo que estaba sucediendo. Es más, que una muestra dé que hay o no cianuro, no significa necesariamente que el cuerpo lo tenga, científicamente hablando, porque son cosas que hay que ir tramitando por partes.

Noviembre 16, después de que habla Valdés, y casi todas son noticias de noviembre 16. Semana: “Confirman que no hay rastro de cianuro en muestras de Jorge Enrique Pizano”. En muestras. La noticia está bien. Las muestras daban que no había cianuro. Pero miren ustedes cómo se empieza el hecho a deformar. El Heraldo, del mismo día: “No había cianuro en el cuerpo de Jorge Enrique Pizano, dice Medicina Legal”. En el cuerpo. Colprensa, en El Universal, de ese mismo día: “No había cianuro en el cadáver de Pizano”. En el cadáver. Nada se corresponde con la realidad, porque no se explica la diferencia entre la muestra y el cuerpo. El Nuevo Siglo: “No encontraron cianuro en cuerpo de Pizano”. ¿Sí estamos entendiendo? W Radio: “Tejidos del cuerpo de Jorge Enrique Pizano no contenían cianuro”. CM&, incluso aún más concluyente: “Jorge Enrique Pizano no ingirió cianuro, Medicina Legal”. Red Más: “Medicina Legal no encontró cianuro en cuerpo de Jorge Enrique”.

No estoy acusando a los medios de nada. Estoy señalando cómo Valdés está teniendo éxito en dirigir la investigación hacia donde no es. De dos maneras, primero, porque induce la idea de que es en el cuerpo, y no en la muestra. Pero está dando además una certeza científica sobre la inexistencia de cianuro, certeza que no existía. Y yo me imagino riéndose a Néstor Humberto Martínez allá en su oficina, ji, ji, ji. Porque esto era lo que él necesitaba. 

Hay un segundo hecho, el relacionado con la famosa toalla. ¿Si se acuerdan? La Fiscalía hace un allanamiento a la casa de Pizano y encuentra una toalla con una mancha marrón, y la Fiscalía le pide entonces a Medicina Legal aclarar qué es la mancha. Entonces salen los resultados de otros supuestos estudios científicos. Semana titula, noviembre 26: “No hay manos criminales en la muerte de Jorge Enrique Pizano”. Fíjense cómo los están induciendo en la dirección que se quiere. Carlos Valdés lo reafirma “La mancha no contiene cianuro”. Ojo a lo que está diciendo, porque Valdés va a tener después que renunciar por esta mentira. Allá voy a llegar. Él dice textualmente: “La mancha no contiene cianuro. Este hallazgo es muy importante porque coincide con las muestras entregadas por el hospital de Faca tomadas del cadáver y cuyo reporte indicó que no había cianuro”. ¡Falso! En Faca no investigaron sobre cianuro, porque presumían que era una muerte natural.

El País, Colprensa: “Nuevo examen confirma que Jorge Enrique Pizano no tenía cianuro en su cuerpo”. Aquí se vuelve a pasar de la muestra al cuerpo, dos cosas distintas. Agrega: “Para la Fiscalía la muerte es natural”, la Fiscalía ya sacando sus conclusiones, “Producto de un paro cardíaco”. Repito, no había cómo establecerlo con ese grado de certeza. Concluye: “Es decir, no hubo manos criminales, así lo señala la investigación”. Canal Capital: “Segunda prueba ratifica que Jorge Enrique Pizano no ingirió cianuro”. Vamos a ver cómo todo es mentira. La Patria: “Jorge Enrique Pizano no tenía cianuro en su cuerpo”. Exitosamente se sigue llevando al país a pensar en contra de las evidencias.

Pero el mentiroso, como el pez, cae por la boca. Cuál es la mala suerte del doctor Valdés y del Fiscal Martínez. Y aquí yo le hago un reconocimiento al valor civil del doctor Javier Oviedo, médico de Medicina Legal y presidente de uno de los sindicatos, quien le sale a la discusión afirmando, ustedes están haciendo afirmaciones no acordes con la ciencia. Su argumento es poderosísimo: “No es posible encontrar cianuro en muestras formolizadas”. Y monta un debate científico. Agrega: las muestras recogidas en Faca eran muy flojas para buscar cianuro, así no hubieran estado formalizadas. Y advierte el doctor Oviedo, a quien, repito, le hago un reconocimiento por su valor civil: “Culpables no son los peritos ni el Instituto de Medicina Legal, es el director”. Lo subrayo como bien importante, porque en algún momento Valdés me acusó a mí de estar hablando mal del Instituto. No, yo no estoy hablando mal del Instituto ni de sus técnicos, a quienes respeto. Tengo una discusión con la conducta del director, con su comportamiento.

Aquí por fin algunos medios empiezan a entender qué es lo que está pasando. La FM rectifica: “Medicina legal no puede precisar si ingeniero Pizano murió envenenado o no”. Se comienza a comprender el fondo del asunto por el debate científico que ha montado el doctor Oviedo. Caracol Radio: “Medicina Legal no puede confirmar si Jorge Enrique Pizano murió envenenado o no”. Los reporteros llaman a Valdés, que aun cuando intenta refutar a Oviedo, le toca reconocer las verdades, las mismas que yo estoy diciendo aquí, y entonces, la conclusión del periodismo empieza a cambiar.

Voy a detallar un poco ahora el debate científico, un tema que debe quedar claro de verdad, pues ya me imagino al doctor Ji Ji Ji quién sabe con qué cuentos nos va a salir, en lo que sin duda es experto. La doctora Claudia García Fino, que trabaja en Medicina Legal y es muy cercana a Valdés, se enredó en una especie de controversia con Semana, porque la revista empieza a descubrir un montón de inconsistencias. En esa discusión, la doctora García Fino revela: “Se recolectaron tejidos de Pizano en Facatativá como hígado, vaso, páncreas, pulmón”. Es importante, y lo repito, hígado, vaso, páncreas, pulmón. Y Semana le replica a la doctora García Fino: lo que usted nos está diciendo no corresponde con un documento que orienta Medicina Legal para estos casos, llamado el PET, Procedimiento Estandarizado de Trabajo. Ojo, importantísimo. En Medicina Legal, los expertos no pueden hacer los exámenes que se les dé la gana. Ellos están sujetos a unos protocolos de carácter científico, qué se puede hacer, qué no, dónde se puede encontrar una cosa, dónde no. Y en el PET queda claro que hay muestras que no son aptas para investigarlas. No cualquier muestra es apta para ser investigada. El PET señala textualmente en un subtítulo: “Cuando la muestra no sea apta para el procesamiento, en el informe pericial se debe indicar la causa para no efectuar el análisis”. Porque un análisis hecho con una muestra que no sirve conduce a una conclusión falsa. Si yo mañana cojo muestras de Tutankamón, el faraón egipcio, le hago un examen y titulo, negativo para cianuro, es una información falsa, porque no puede haber cianuro después de tantos miles de años. Es una verdad a medias y, para la ciencia, una mentira. Bueno entonces, dejemos esto claro, dejemos esto claro.

Y el PET no autoriza buscar tóxicos, por ejemplo cianuro, en muestras formolizadas. Se lo dicen también los de Semana a García Fino y a Valdés. Y recordemos que Medicina Legal es un servicio público donde solo se pueden hacer aquellas cosas que están autorizadas. 

De todos modos, ah, bueno, y digamos otra cosa más, Valdés ese día no les dijo a los periodistas una cosa que ha debido decirles, y que descubrimos en estos días. Además del PET, existe en Medicina Legal la Guía DGM25, otro instrumento para analizar muestras toxicológicas. La DGM25 señala expresamente en el punto 7.11 como siete u ocho muestras no aptas para análisis toxicológicos. Voy a leer una sola, la sexta: “Muestra en formol”. Legalmente, Medicina Legal dispone de una guía para hacer análisis toxicológicos, cuyo punto 7.11 establece, taxativamente, que no es apta para análisis toxicológico una muestra en formol. Liquidado, doctor Valdés. Es evidente que usted lo ha debido mencionar en ese debate con Semana.

Pero vamos más allá. Hablé con el doctor Jorge Ariel Martínez, jefe del Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional y quien además trabajó nueve años en Medicina Legal, o sea, un experto en estos temas. El doctor Martínez está produciendo un documento sobre este asunto en el periódico de la Universidad Nacional. Advierte el doctor Martínez: “Se debe prestar especial atención a lo que se puede y a lo que no se debe hacer para analizar tóxicos en matrices biológicas”. Agrega: “Las muestras formolizadas, por ejemplo, no se pueden analizar porque el cianuro que está unido a la hemoglobina entra en contacto con el ácido fórmico produciendo un gas (…) altamente volátil, lo cual hace que desaparezca casi de inmediato cual muestra biológica”. Y explica acto seguido el concepto que ya mencioné de los falsos negativos. Y el día en que hablamos me hizo una afirmación que a mi juicio es la pilar. Me dijo, es ridículo buscar cianuro en una muestra formolizada. Ridículo. Pero en Medicina Legal lo hizo el doctor Valdés.

Y el día en que conversaban con Semana, Valdés insistió en que, en casos excepcionales se podía mirar, aun cuando la muestra no fuera la debida. Se lo voy a aceptar, en gracia de discusión. Aceptemos que a pesar de todo lo dicho, se podía mirar. Pero Valdés tenía un deber moral, ético, con los colombianos, y era habernos dicho a los colombianos que las muestras adolecían de esa debilidad. Decirnos, la muestra está dando falso para cianuro y dará falso para cianuro por los siglos y los siglo, pero ojo, no es la muestra ideal. Y que está haciendo una excepción a los protocolos de Medicina Legal. Y dele la explicación que sea, por ejemplo, de índole político, pero todo se lo oculta Valdés al país.

Y claro, de esto se pega de inmediato la Fiscalía. Martínez tiró a un fiscal muy importante a que se moviera para hacer la misma inducción. El fiscal, Luis González, director de Seguridad Ciudadana, empezó de pronto a salir a los medios, ustedes se deben acordar, pontificando, con Valdés al lado. Titula entonces Semana: “No hay manos criminales en la muerte de Jorge Enrique Pizano: Fiscalía”. Lo reafirma el doctor González: “No hay manos criminales en la muerte de Jorge Enrique Pizano, se trató de una muerte por causas naturales, concluyó”. 

Veamos el último caso, el de la toalla. Detallémoslo. Ya lo conté. Se trata de una toalla que aparece en el baño de la casa de Jorge Enrique Pizano con una muestra, una mancha café, marrón. Veamos cómo lo presenta el fiscal Luis González. Dice que cuando ellos hacen un allanamiento a la morada, una empleada del servicio observó una mancha café. Para la Fiscalía, explica González, fue muy importante esta información. Los investigadores y los criminalísticos recogieron, embalaron y custodiaron la toalla, un operativo de una precisión inmensa. Y se la enviaron a Medicina Legal, porque por primera vez la Fiscalía tenía en su poder sangre de Jorge Enrique Pizano. Y recordemos que la sangre es el mejor medio para encontrar cianuro, sangre y jugos gástricos, alimentos en los intestinos, las dos mejores muestras. Entonces, mire usted, sale la Fiscalía y afirma, tenemos sangre. Mentira. Lo único que tenía en ese momento era una toalla con una mancha café, y muchas cosas dan manchas marrón, pero la presenta como sangre. Y Valdés, que estaba al lado, dice: “Los resultados de la toalla que nos entregaron en las últimas horas se obtuvieron hace pocos minutos”, una manera curiosa de hablar, “en primer lugar, se trata de sangre humana”, es una mentira como una catedral, “en segundo lugar el ADN recuperado de allí corresponde al del señor Pizano”. No voy a entrar en detalles, pero tampoco es una prueba del ciento por ciento, pero bueno, aceptemos que era de Jorge Enrique Pizano. “En tercer lugar, la mancha no contiene cianuro”. Imagínense si iba a aparecer cianuro en una mancha café que se supone que era de sangre, pero seca de semanas, a lo Tutankamón. “En tercer lugar, este hallazgo es muy importante –dice Valdés–, porque coincide con los tejidos que nos había aportado el hospital de Facatativá en el sentido de que tampoco había cianuro”. Siempre direccionando al público hacia la muerte natural, siempre a la muerte natural, siempre a la muerte natural.

Otra vez tan de malas el doctor Valdés, que la W descubrió el informe de biología forense sobre la famosa toalla, registrado con un número larguísimo, como de 20 números, no se lo voy a leer, pero es muy fácil de encontrar. Qué reveló el informe de biología forense de Medicina Legal: “Se observan manchas de color marrón”. No especifica que sean de sangre, simplemente de color marrón. Y agrega: “La presencia de color de lila a morado se interpreta como negativo para sangre (…) la presencia de una banda de color púrpura en la ventana del casete (…) se interpreta como negativo para sangre humana”. Porque sobre esto también enredaron, qué era que había dado, sí, no, había dado negativo para todas las sangres, y sin embargo, el director de Medicina Legal ha salido a los medios a decir que era sangre y que no se había encontrado cianuro, agregando que daba positivo para saliva. Pero no más.

Cuando la W lo desmiente, sale corriendo el doctor Valdés para donde el doctor Néstor Humberto Martínez, ¡y ahora qué vamos a hacer! Inevitable. Ya el colmo habría sido que hubieran hecho cosa distinta. Valdés renuncia al cargo. Apuntémoslo como una novedad. Creo que es la primera vez en la historia de Colombia que un importante funcionario renuncia. Eso aquí está prohibido por toda la manguala corrupta que maneja este país. Bueno, renunció el doctor Valdés, pero ojo, siguió manipulando: “Soy el único responsable de haber informado a la opinión pública que la mancha de sangre de que trata ese informe era una mancha de sangre humana”. Curiosa manera de desdecirse afirmando entre líneas lo que dice negar. Sigue hablando de sangre y de sangre humana, cuando no había sangre humana ni sangre de nada. Y agrega: “Mi equivocación obedeció a que por las características iniciales de la mancha que se trataba de una mancha humana”. No. Las características iniciales no decían nada distinto a que era una mancha marrón. “Y cometí el error de nunca preguntar su origen en los laboratorios y solamente me concentré en los resultados forenses de sí había allí o no cianuro”.

¡Cómo así! ¿El director de Medicina Legal salió a decir en público que allí había sangre y no había cianuro sin siquiera haber leído los resultados de la biología que hizo su propio Instituto? ¿Y sin haberle preguntado a cualquiera de los peritos, todos muy buenos, oiga, doctor, dígame qué salió en el resultado? No. A mí no me mete ese cuento. Es una decisión que él toma a sabiendas de que estaba faltando a la verdad. Esa es mi acusación, y es lo que debe investigar la justicia. Y finalmente agrega: “Pero el resultado conserva su validez”. ¿Cuál resultado y validez de qué? ¿De que no murió por cianuro? Ese es el cuento que él nos sigue metiendo. Todo se le ha hundido y sin embargo se empecina en mentir.

Me hago incluso aquí una pregunta, una de las que le hago a la Procuraduría y a la Fiscalía. Creo que si el examen de biología dio que no era sangre, yo no creo que el examen de toxicología hubiera buscado cianuro. Y también supongo que no debieron de haber buscado si era de Pizano, pues qué sentido tiene hacer otro examen, dos más, uno de toxicología y uno de genética, para buscar en una mancha de plátano, que debió de haber sido lo que había ahí, o de mamoncillo, que también mancha marrón. Todo esto se debe investigar.

A lo anterior se le suma otro hecho no menos grave. Cualquier día la Fiscalía allana la casa de Pizano y saca de allí el tarro de cianuro, dos teléfonos celulares y dos discos duros, en total 30 evidencias. Y resulta que la Fiscalía estaba obligada a legalizar el procedimiento y las pruebas en un término perentorio de 36 horas, y apenas lo hace después de cien horas. Entonces, el juez de garantías del municipio de El Rosal les dijo, yo no les acepto legalizar eso. Y ellos apelan y el juez de Funza respalda el de El Rosal, pero obvio, y la Procuraduría también, obvio, cómo así que ustedes van a legalizar un allanamiento y las pruebas 70 horas después de vencido el tiempo. Pero qué es lo más grave. No solo la chapucería de la Fiscalía, o mejor, la avivatada del señor Fiscal de intentar legalizar unas pruebas, sino que miren lo que pasó aquí de carambola: uno, quedaron en manos del Fiscal Martínez Neira los teléfonos y los computadores de Pizano, y nadie tiene acceso a ellos. Gravísimo, porque Pizano contó muchas cosas, pero nunca supimos si lo contó todo. Otro ji, ji, ji. 

Pero además, con una advertencia, no menos grave. Advierte la Procuraduría: “Los elementos no fueron presentados en el plazo y deben declararse inexistentes”. ¿Qué quiere decir? Que desaparecen como pruebas. Es de una gravedad en un proceso, la que ustedes quieran. De aquí puede concluirse que todas las grabaciones que le hizo Pizano a Martínez Neira pierdan su validez legal. Debe estar de fiesta el doctor Martínez. Los alcances son de una gravedad inaudita. ¡Cómo así que una Fiscalía tiene las manos libres para actuar de esta manera! Qué miedo, qué miedo que estas cosas estén pasando en Colombia.

Termino preguntando a la Procuraduría y a la Fiscalía, para que lo investiguen, además de los interrogantes ya formulados antes, ¿dónde está el resultado de la necropsia clínica que se supone se hizo en Faca? ¿Quién conoce el análisis de la histopatología de esa necropsia? ¿Se cumplió el debido proceso de esa necropsia? O sea, sí se hizo como se debería hacer, porque cualquier necropsia mal hecha se tira todo. ¿Sí eran muestras de Pizano las que se examinaron? ¿Se respetó la cadena de custodia? En estos procedimientos tan delicados tiene que haber cadena de custodia, porque es muy fácil cambiar una muestra por otra. ¿Quién ordenó llevar las muestras formolizadas a Medicina Legal? ¿Por qué pidieron a Medicina Legal intervenir sobre unas muestras que se sabe que no se necesitaban? Se dice que la Fiscalía, pero la Fiscalía tiene que saber sobre formolizados. Lo sé yo, no lo van saber los del CTI. ¿Se respetó la cadena de custodia en su traslado a Bogotá? ¿Se aseguraron que fueran de Pizano? ¿Se cumplieron todos los protocolos de Medicina Legal? Hay una serie de protocolos bien establecidos. ¿Se anotó en los exámenes toxicológicos qué pasaba con las muestras?

Cuando habla de las muestras, Valdés siempre habla de humor vítreo. Pero en las muestras de las que habla García Fino, y que yo leí, ahí no aparece humor vítreo. Humor vítreo es un líquido que hay en los ojos. Entonces la pregunta que hago yo aquí, señores de Procuraduría y de Fiscalía, ¿había humor vítreo? ¿Por qué insisto en el punto como muy importante? Porque, según me lo indica alguien que sabe de estas cosas, el humor vítreo no se analiza en infartos, y se supone que el primer diagnóstico sobre Pizano era infarto agudo del miocardio. Y la necropsia lo que estaba era confirmando el infarto. ¿Tuvo el patólogo alguna sospecha, vio algo que no casaba allí y dijo, mejor tomemos humor vítreo, que puede servir para cianuro o para otros tóxicos? Yo no sé, realmente. Y si sospechó el patólogo de algo que no concordaba con el infarto, ¿por qué tomó unas muestras tan flojas para esos efectos y por qué las formolizó? Era un patólogo ducho, venía de varios años en Medicina Legal.

Yo me uno a las voces, muchas, que están planteando que el caso debe ser sometido a una revisión de laboratorios internacionales, para irse a fondo. Porque aquí puede haber de todo. 

Agreguemos que Coronell tiene razón en toda esa discusión con Néstor Humberto Martínez sobre cómo mutilaron las pruebas de la DEA para ocultar el nombre de Néstor Humberto Martínez en las grabaciones. Está probado hasta la saciedad. Además, fuentes tan serias como DeJusticia y la Comisión Colombiana de Juristas, le piden al Consejo de Estado estudiar una nulidad sobre la elección del Fiscal, porque es evidente que Martínez llega al cargo mintiendo, y esa es causal de nulidad, porque hay falsa motivación. Y con una velocidad inaudita, el Consejo de Estado niega el asunto por razones de forma. ¿Qué dice el Consejo de Estado? Que la demanda la han debido poner a los 30 días de nombrado. ¡Háganme el favor! Los de DeJusticia y los de la Comisión Colombiana de Juristas tenían que ser adivinos para saber que al mentiroso lo iban a coger dos años después. No, señores del Consejo de Estado, estamos hablando de ilícitos demasiado graves para que ustedes nos vengan con la argucia de que no se puede ni estudiar una nulidad porque no la presentaron a las pocas semanas de haberse hecho el nombramiento. ¡Es una vergüenza de país al que estamos asistiendo!

Concluyo. Valdés, como lo he demostrado, condujo a los colombianos al error de manera calculada. Lo que él ha dicho sobre el cianuro se llama en patología un “falso negativo”. O sea, da negativo, pero no hay certeza, no hay certeza. No creo que se haya equivocado. Fue un engaño calculado. Le hizo un mandado a Néstor Humberto Martínez. ¿Por su cuenta y riesgo, según Néstor Humberto Martínez, u obligado por el poderoso Fiscal? Bueno, son cosas que deberían estudiar las autoridades. Lo cierto fue que le sirvió a Martínez.No hay certeza de que Pizano no haya muerto por cianuro. No la hay, no la hay. Dados los antecedentes, pudo morir por cianuro. Dadas las circunstancias, pudo morir envenenado. La Procuraduría y la Fiscalía deben investigar. La pregunta es, ¿se imaginan ustedes al doctor Martínez corriendo a ordenarles a los subordinados, me abren investigación? ¿Sí se lo imaginan? Todo en la Ruta del Sol, Odebrecht, Grupo Aval, Fiscal Martínez, tiene su torcido. Llevamos dos años de torcido tras torcido. Por el caso Valdés, también Martínez debería renunciar, es que es su subalterno. En cualquier país medianamente civilizado del mundo se cae todo el mundo. Pero aquí no, ¿por qué? Porque a Martínez, y esto sí que ha estado claro en estas semanas, lo está sosteniendo la gran manguala de la que yo vengo hablando, el gran pacto de impunidad encabezado por Duque. Todos los grandes cacaos de la política nacional están dedicados a sostener a Néstor Humberto Martínez, porque si se cae, es un triunfo de la oposición. Hágame el favor la manera cómo se gobierna este país, la politiquería más ramplona, la politiquería más barata. Es que si se cae el doctor Martínez Neira, de pronto alguien se gana un voto. ¿Así piensa el doctor Duque, así piensan todos los cacaos de la política nacional