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Respuestas a cinco preguntas sobre el plebiscito por la paz

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Por: Senador Jorge Enrique Robledo

¿Es malo que haya plebiscito?

No. Por el contrario. Es mejor que se nos consulte a que no se nos consulte. Y el plebiscito constituye un paso en la dirección correcta, porque acerca el día en el que las Farc renunciarán a la lucha armada y se reintegrarán a la vida civil, luego de que sus armas hayan sido destruidas por la ONU, dándole fin a un conflicto muy doloroso que nada bueno le dejó al país

¿Qué se votará en el plebiscito?

Lo que se pondrá en votación no será si a los colombianos nos gusta el gobierno de Juan Manuel Santos. Porque sí así fuere, este senador y el Polo Democrático Alternativo votaríamos en contra, en razón de que somos la más profunda oposición a su gobierno y en eso no vamos a cambiar ni ahora ni después. Lo que en verdad se votará es si estamos a favor o en contra del pronto desarme de las Farc y de su reintegro a la vida civil. Por ello, Proceso de paz Sí; Gobierno de Santos No.

¿Cómo decidir si se respalda o no el proceso de paz?

Estos procesos son por definición complejos y casi todos sus aspectos pueden generar debates. Pero si en un lado de la balanza se ponen las críticas al proceso y en el otro el desarme de las Farc y el fin de una violencia tan larga, es seguro que pesará más el lado positivo, lo que debe llevar a votar por el sí en el plebiscito.

¿Con el triunfo del sí se arreglarán todos los problemas del país?

No. Quien lo diga está echando cuentos. Tan parecido seguirá el país, que Santos seguirá de Presidente. Y continuarán la pérdida de la soberanía, la pobreza, el desempleo, la falta de salud y educación, la crisis agraria e industrial, otras violencias y un régimen muy corrupto. Pero esta realidad –que no debe verse como una crítica al proceso– no le quita la inmensa importancia al hecho de desarmar a las Farc y poner fin a este conflicto armado. Luego el voto por el sí sigue siendo la mejor decisión. Y está paz también es muy importante porque facilitará la lucha democrática que hay que adelantar para el día de mañana vencer a todos los juanmanueles y, ahí sí, transformar a Colombia.

¿Todo vale en defensa del sí?

No. Debe debatirse con razones; no con improperios. Es errado reemplazar el debate sobre los hechos por los ataques a las personas. Los colombianos pueden entender nuestros argumentos de por qué es mejor votar por el sí. Persuadámoslos. El debate debe ser civilizado por otra razón: Colombia también necesita el desarme de los espíritus, que significa que las inevitables controversias –por ejemplo, que el Polo seguirá en la oposición a Santos ahora y después– deberán darse dentro de formas que en nada propicien confrontaciones armadas.

 

Bogotá, julio 2016.