Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 13 de noviembre de 2008
Vale la pena meditar en la historia que trajo a colación Carlos Gaviria acerca de que a las fuerzas políticas tradicionales colombianas les gusta que en las elecciones corran varios caballos, pero si todos son de sus caballerizas. Porque este es el gran dilema del Polo Democrático Alternativo (PDA). ¿Nos proponemos actuar por cuenta propia, con el objetivo de crear el más amplio proyecto de unidad nacional que nos lleve a la victoria, para transformar profundamente a Colombia? ¿O queremos ser otro caballo de propiedad de los mismos que se han servido del poder en contra de los intereses nacionales, de manera que cuando triunfemos en realidad ganen ellos y todo siga igual? ¿Cuándo hablamos de unir en el Polo desde los colombianos más pobres hasta empresarios, es para mantener el statu quo?
La respuesta a estas preguntas dirá quiénes pueden hacer parte del proyecto unitario del Polo. Que el PDA debe tener las puertas abiertas para acrecentar su fuerza y vencer, no ofrece dudas. Pero es obvio que están de par en par para quienes compartan el programa que aprobó por unanimidad el Congreso de fundación del Partido. Cambiar nuestros objetivos por los de la derecha podrá conseguir nuevos adherentes, pero al costo de convertirnos en otro caballo más de los mismos dueños y abandonar los intereses del pueblo. Y eso, como indica la experiencia, es capaz de destruir al Polo. Si alguien de las fuerzas políticas tradicionales quiere entrar al Polo Democrático, bienvenido, pero que si se compromete con nuestro ideario y a actuar de acuerdo con su nueva militancia. ¿No sería hasta ridículo que hubiera una tendencia uribista en el Polo?
Y esto no es sectarismo. ¿Por qué va a ser sectarismo delimitar el espacio político que configuran unas concepciones sobre lo que debe ser Colombia? ¿No es el colmo de lo sectario establecer que la izquierda democrática no tiene derecho a consolidar un proyecto unitario con sus puntos de vista? ¿No tenemos derecho a repudiar que quieran convertirnos en un fraude para engañar a los colombianos y hacer lo que a la derecha le cuesta cada vez más trabajo hacer?
Ahora más que nunca los derechistas de todos los matices carecen de autoridad moral para querer borrar del mapa nuestras concepciones. La crisis económica internacional prueba la descomunal incapacidad de Washington para resolver los problemas del mundo. Según los datos del PNUD 2007-2008, entre 177 países, a Colombia solo lo superan seis en la peor desigualdad del ingreso. El trato dado a las luchas sociales confirma que es deber de la izquierda mantener sus concepciones, para ganar y gobernar con ellas.
Además, la crisis económica mundial no conducirá a que el imperialismo y las trasnacionales abandonen su rapacidad, como dicen avispados e ingenuos. Por el contrario, aumentarán sus esfuerzos para oprimir y saquear más a países como Colombia. Luego al Polo le tocará aumentar su trabajo para dirigir la resistencia de la nación, defendiendo la soberanía, el trabajo, la producción y la democracia auténtica.