Declaración, Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 19 de febrero de 2009
El trágico accidente ocurrido hace unos días en la carretera Medellín-Quibdó, la llamada “Trocha de la Muerte”, en el que perecieron más de cuarenta personas, colmó la paciencia del medio millón de chocoanos, que se aprestan a lanzar hoy un paro cívico departamental por la dignidad pisoteada y por el respeto a su integridad territorial. Expreso mi entusiasta respaldo a la justa y pacífica protesta y llamo al resto de los colombianos a solidarizarse con ella.
El Comité Cívico por la Salvación y la Dignidad del Chocó ha elevado a las autoridades un pliego de nueve puntos, en el que demandan la pavimentación de los 98 kilómetros entre Quibdó y El Siete, en límites con Antioquia; pavimentación de la vía Las Ánimas-Santa Cecilia, que une al Chocó con Risaralda y el Eje Cafetero; construcción de la vía al mar entre Nuquí y Cupirijo; terminación de la vía Cartago-Nóvita; dragado de las Bocas del Atrato para facilitar la navegación y controlar las frecuentes inundaciones; fortalecimiento de la red pública de salud, en estado de lamentable deterioro; interconexión eléctrica con el Baudó, la Costa Pacífica, el Medio y Bajo Atrato y el Bajo San Juan; definir que Belén de Bajirá pertenece al Chocó y, por último, devolución al Chocó de los recursos pagados por concepto de las deudas que correspondían al antiguo FER.
El Chocó solo ha recibido del Estado promesas incumplidas o mendaces. Ha causado especial indignación entre la ciudadanía lo afirmado por el presidente Uribe Vélez en su reciente visita a la capital del departamento, al anunciar que el gobierno central destinaría 70 mil millones de pesos para sacar a licitación el tramo El Siete-Quibdó, pero ocultando que en el documento Conpes 3536, de julio 18 de 2008, el gobierno ya se había comprometido a dar 130 mil millones de pesos. Lo que Uribe notificó fue en realidad un recorte de casi el ciento por ciento, pero presentado en forma cínica a los chocoanos y al país como un aporte generoso.
El Chocó, la región más discriminada de Colombia, se encuentra en bancarrota y los índices de hambre, pobreza, indigencia, analfabetismo, desempleo y mortalidad infantil avanzan en forma alarmante, además de ser peores que el promedio nacional. El sector educativo tiene un déficit financiero que supera los 40 mil millones de pesos y los hospitales se hallan en estado agónico. Abriga por ello toda la razón el Comité Cívico cuando asevera que el paro es un asunto de dignidad. Los chocoanos merecen todo nuestro apoyo.