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LA VERDAD SOBRE TELECOM

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Jorge Enrique Robledo Castillo

Contra la Corriente

Manizales, 7 de julio de 1997

Eduardo Sarmiento Palacio fue uno de los expertos que contrató Telecom para que opinara sobre “La apertura de las telecomunicaciones”, según acuerdo realizado con sus organizaciones de trabajadores. Y Sarmiento, uno de los economistas mejor formados del país, tiene la principal virtud que debe tener un académico de valía: es un intelectual de principios que no se deja llevar por la moda y que no se doblega ante los halagos ni las presiones, aún a costa de sufrir persecuciones como las que ha sufrido por cuenta del doctrinarismo neoliberal. Las siguientes son, en apretado resumen, sus principales conclusiones:

 

Luego de analizar las cifras, Eduardo Sarmiento concluye que estamos ante “un monopolio natural altamente eficiente”, porque “muestra unos de los mejores índices de gestión, medida en tarifas, cobertura, expansión, inversión y productividad. En particular -agrega- este desempeño es muy superior al de Argentina y México, que representan los dos ejemplos sobresalientes de las privatizaciones realizadas a finales de la década anterior, y de ninguna manera son inferiores a las de Chile que regaló las concesiones a los inversionistas privados”.

 

El estudio también demuestra que las pensiones de los trabajadores “son un no problema”, dado que Telecom tiene como atenderlas, en la medida en que no se lo destruya con la apertura.

 

Sobre la pretensión del gobierno de que Telecom coloque sus equipos al servicio de dos competidores a cambio del pago de 300 millones de dólares por una sola vez, el estudio demuestra que eso le provocaría pérdidas a la empresa por dos mil millones de dólares en los próximos ocho años, en tanto que los particulares recibirían rentabilidades más de cinco veces superiores a las corrientes en Colombia. “Es difícil encontrar un negocio más malo para el país y la sociedad”, concluye Sarmiento Palacio.

 

La privatización de Telecóm o la apertura del sector dispararía las tarifas. En Argentina se incrementaron 250 por ciento, mientras en México las locales subieron 800 por ciento y las de larga distancia nacional se elevaron en 60 por ciento. La disminución de los precios de las llamadas internacionales que podría ocurrir le serviría principalmente a los adinerados.

 

Es obvio que si Telecom se quiebra -como sucedería con la apertura del sector- desaparecerían sus inversiones en las muchas localidades donde no son rentables las telecomunicaciones y el gobierno central perdería 210 millones de dólares por impuestos en los próximos años, además de que tendría que asumir el pasivo pensional, el cual ya no podría atender la empresa.

 

El estudio de Sarmiento además señala como lesivo para todos que las telefónicas locales y Telecom compitan entre sí, en vez de complementarse mutuamente.

 

Sarmiento también plantea los asuntos de fondo del debate con los neoliberales. Demuestra que en sectores como “telecomunicaciones, energía eléctrica, combustibles, etc.”, inevitablemente produce a menores costos quien logra establecer economías de escala, por lo que “la competencia deja de existir”, como lo explican “los cursos más elementales de finanzas públicas, economía industrial y microeconomía”. Prueba que en estos casos la competencia genera mayores costos y, además, conduce a condiciones monopólicas que, en últimas, obligan a escoger entre el monopolio público o el privado. Y explica que “el monopolio público está en capacidad de operar con menores márgenes que el monopolio privado o el oligopolio privado”. Para rematar, su análisis explica por qué ocurre otra cosa que ya han visto los colombianos y que tiene que ver con las realidades de producir para grandes mercados: los particulares sólo adquieren los activos públicos si el  Estado los vende por debajo de su costo de oportunidad.

 

Concluye Sarmiento: “¿Cuáles son entonces las razones que han llevado a la privatización de las telecomunicaciones y de las actividades afines? Entre los múltiples factores, sin duda, los más importantes son los intereses creados (…) La lucha para adquirir los activos no es una competencia para ofrecer los servicios en la forma más eficiente y a menores costos, sino para obtener las rentas monopólicas”.

 

Coletilla: es obvio que este análisis le cae como anillo al dedo al caso de la privatización de la telefónica de Manizales.