Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate al ministro de Minas y al presidente de Ecopetrol sobre autosuficiencia petrolera, Comisión Quinta del Senado, 3 de junio de 2008
Por cada mil pesos que el ciudadano paga en gasolina, 400 son impuestos
Vienen cayendo desde el año 2000 la producción de crudo y las reservas. ¿Una persona natural manejando más de cincuenta mil millones de pesos en acciones de Ecopetrol? Voceros de las regiones le piden al gobierno echar atrás el decreto que prohíbe la venta de leche cruda. Gobierno autorizó importar alcohol carburante. En la privatización de Ecopetrol se defraudó el interés nacional. Los impuestos a la gasolina son regresivos. Les suben los impuestos a los pobres y las capas medias y se los bajan a los monopolios. Gabelas al capital foráneo en desmedro del interés de la nación. Con tal de que vengan los inversionistas extranjeros, ¿Colombia debe ponerse de rodillas y regalarles todo? ¿Cuánta plata ha perdido la nación por los malos negocios?
Me uno al reclamo hecho por el senador Serrano con respecto al tipo de debate, porque entendí que era sobre la autosuficiencia petrolera y el problema muy grave de que Colombia termine perdiéndola. Todos sabemos que el lío grueso del petróleo es que llegue el momento en que Colombia, que ya la tiene perdida en cierto sentido –porque depende de cómo se defina–, acabe de perderla en forma absoluta. En ese sentido tengo que lamentar que el citante no haya señalado que la estamos perdiendo. Las cifras que tengo aquí, de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, indican que la producción de petróleo en Colombia viene cayendo y sigue cayendo. Está cayendo desde hace mucho rato, desde del 2000, cuando disminuyó de 687.000 a 531.000 barriles diarios. Desde el 2000 estamos perdiendo la autosuficiencia. Y también las reservas vienen cayendo. Que ahora estén cayendo con algo más de lentitud que antes se lo puedo aceptar al gobierno. Que podría ser peor, bueno, cualquier cosa, por mala que sea, es susceptible de empeorarse. Pero que se está perdiendo la autosuficiencia petrolera se está perdiendo, es un hecho irrefutable, y en ese sentido, las medidas que ha tomado el gobierno nacional han fracasado. Digámoslo con todas letras, senador Mora, el fracaso había que señalarlo en el debate como un punto crucial, o si no, los colombianos no saben de qué estamos hablando. Porque lo cierto es que no aparece petróleo en cantidad suficiente para evitar un problema que puede terminar convirtiéndose en uno los más graves para el país.
Lo segundo es precisar cuántas acciones de Ecopetrol se podían comprar. Legalmente, en plata, 70 millones de pesos por persona financiadas y 2.865 millones de pesos sin financiación, o sea, lo de los tres mil millones (comprados por alguien), senador Mora, es bien posible que haya sucedido. Para no mencionar el muy común uso de ‘toños’ en Colombia para todo tipo de negocios, porque fulanito compra, la señora compra, pero uno solo podía comprar 2.800 millones de pesos. No estoy dando nombres de nada, sino dejando en claro que sí se podían comprar cerca de tres mil millones de pesos, tal como lo señaló el senador Hugo Serrano. Quién los haya comprado es en este momento un asunto menor. Es un debate que vamos a hacer después. Ya la prensa ha registrado que hay inversionistas colombianos, personas naturales, manejando más de cincuenta mil millones de pesos en acciones. Quiero simplemente hacer esas precisiones para que no quede en el aire que el senador Serrano, persona supremamente cuidadosa en las cifras y en los análisis, está diciendo cosas que no son.
Paréntesis sobre la leche
Antes de entrar al tema que nos ocupa, quiero dejar aquí, señor presidente, dos cartas, una de la Asamblea Departamental del Quindío y otra encabezada por el gobernador del departamento del Caquetá, la alcaldesa de Florencia, todos los diputados y muchas asociaciones de ese departamento en las que piden al presidente de la República y al ministro de Agricultura no empecinarse en sostener el decreto que prohíbe el comercio de leche cruda en Colombia, porque van a arruinar un número grande de comerciantes de la leche y ganaderos. Les piden que por favor se bajen de la soberbia y lo echen atrás, por ser un decreto inconveniente. Señor presidente de la Comisión, le dejo ambos documentos, suscritos seguramente por gente cercana al gobierno, pero que está defendiendo el interés de sus regiones. Senador Manzur, usted que estuvo de acuerdo conmigo en ese debate, sería bueno que moviera sus influencias para impedir que esa atrocidad de decreto se mantenga vigente.
¡Importaciones de alcohol carburante!
Me uno a las voces que están impresionadísimas por el hecho de que Colombia haya anunciado la importación de alcohol carburante. Esa fue una de mis preocupaciones. Cuando empezaron estos debates hace tres años, ustedes lo recuerdan, dije que a mí lo que más me preocupaba de la ley era que permitía hacer la mezcla obligatoria con alcohol importado, y concluí: que no suceda que los subsidios que pagamos los colombianos para hacer agrocombustibles terminen afianzando, no la producción nacional, sino la extranjera. Llamo la atención sobre la gravedad de esta medida, porque podría suceder que por razones de competitividad a Colombia la invadieran el día de mañana de agrodiesel y agroalcohol importado pagado con nuestros subsidios. Sería absolutamente monstruoso que Colombia terminara subsidiando a los productores extranjeros. Fue una preocupación que planteé hace más de tres años.
En la privatización de Ecopetrol se defraudó el interés nacional
Me da pena, ministro, refutarlo. No es que Ecopetrol se haya valorizado en 50 billones de pesos. No, no se valorizó en 50 billones, senadores. La vendieron subvalorada en esa suma, como aquí lo explicó el senador Serrano, lo expliqué yo, lo explicaron otros. Cuando hoy se dice que Ecopetrol vale 58 mil millones de dólares y antes valía la mitad, alrededor de 25.000 millones de dólares, estamos hablando de que los privatizadores la vendieron a la mitad de su valor, lo he dicho veinte veces y lo repito, defraudando el interés nacional. Es un debate que habrá que hacer a fondo, porque no pueden mostrarme nada distinto al alza del precio de los combustibles que explique esa valoración, pero con una advertencia, la sola alza de los combustibles no explica esa valoración. Advertimos en forma oportuna, además, que el gobierno había calculado un precio de los combustibles muy inferior al que todo el mundo tenía en sus cálculos, porque todo el mundo sabía, menos el gobierno, que el precio iba a subir.
Voy a denunciar también aquí lo de los impuestos a la gasolina. En Colombia la gasolina paga impuestos del orden del 40%, otro hecho muy grave. Cuando una persona le echa a un vehículo mil pesos de gasolina, 400 son impuestos. Cuando la gasolina estaba a 20 dólares, ese 40% equivalía a ocho dólares, pero con gasolina a cien dólares los impuestos cuestan ya 40 dólares. Y el gobierno ni se inmuta, claro, pescándose esa plata en río revuelto. Ustedes ahora me dirán, no, ese es un impuesto a los ricos. Pues no, lo sostengo una vez más, es un impuesto a los pobres. Aquí lo hemos demostrado estadísticamente: la mayor parte de la gasolina que se consume en Colombia la paga el transporte público de pasajeros y de carga, es decir, la pagan principalmente los pobres. Y entre el grueso de la gente con carro, la casi totalidad no son oligarcas, sino personas que tienen por ahí un pichirilo con el cual trabajan o pasean de pronto el fin de semana, gente a la que el gobierno no puede cargarle la mano, como lo viene haciendo, con el cuento de que son los ricos de Colombia. No es verdad, repito, ese es un impuesto profundamente regresivo que hoy está pagando la mayoría de los ciudadanos rasos.
Y como si fuera poco, el doctor Uribe ha salido a decir que también le va a clavar impuesto al gas vehicular. Hace un par de años me dijo un amigo, Jorge Enrique, le voy a poner gas a mi carro, un carro grandote y viejo que él tiene, porque está muy barato. Yo le respondí: que no suceda, fulano, que apenas haya harto colombiano metido en lo del gas vehicular, al gobierno se le ocurra subirle los impuestos.
Ocurre lo de siempre con estos gobiernos. Una vez puesta la carnada y una vez mordida, jalan el anzuelo y enganchan a un poco de pobres. Es absolutamente inaudito, porque en el mismo instante en que les están subiendo los impuestos a los pobres y a las capas medias en proporciones escandalosas, se los están bajando a los monopolios y a las trasnacionales. Eso fue la última reforma tributaria.
Gabelas al capital foráneo en desmedro del interés de la nación
Están firmando con las propias compañías petroleras contratos de estabilidad jurídica, senador Hugo Serrano, en que el gobierno se obliga a no cambiarles sus condiciones del momento de la inversión. Y yo pregunto: ¿quién les da seguridad jurídica a los pobres de Colombia, a las capas medias, a los empresarios no monopolistas? Por qué a los monopolios y a las trasnacionales y al capital extranjero les dan una estabilidad jurídica que incluye congelamiento de los impuestos en general y no se la dan a los pobres de Colombia. A esos sí les pueden subir los impuestos a como sea, y ya están alertando hacendistas como Juan Camilo Restrepo, que no es del Polo, qué puede suceder si se cae la economía nacional y hay que subir los impuestos, a quién se los van a subir: ¿a los monopolios y a las trasnacionales, a los que ya el gobierno les dio contratos de estabilidad jurídica en que se obliga a no subirles los impuestos? ¿O de nuevo a los pobres de Colombia, mediante el IVA, el impuesto la gasolina, la sobretasa de los servicios públicos domiciliarios, etc., etc.? Esta es de las políticas más retardatarias que haya habido en Colombia, un país que, aquí también como en el caso de Carimagua, funciona como Robin Hood pero al revés. El gobierno les sube los impuestos a los pobres y se los baja a los monopolios y a las trasnacionales.
Ya lo mencionaron aquí. Cómo es posible que el barril de petróleo vaya en más de cien dólares y a nadie en el gobierno se le ocurre intentar renegociar los contratos con las trasnacionales que se están enchapando en oro en este negocio. Los están replanteando en todas partes del mundo, y ahora aquí van a salir a decir, no, la estabilidad jurídica, senador Robledo, la estabilidad jurídica. Como a las trasnacionales y el capital extranjero nada los puede perturbar, no importa que el petróleo multiplique su precio por cinco, por seis o por siete, y si sube a 200 dólares tampoco se van a mosquear. Como usted bien dijo, senador Serrano, les eliminaron el impuesto de remesas, que por eso solo lado les mejoró sus utilidades en 7%. ¿Y en donde quedan los intereses nacionales en este tipo de negocios? Y como si fuera poco, oye aquí uno a un senador decir que estuvo muy bien que se hubiera sacado a Ecopetrol de los negocios de asociación y que no le hubieran revertido algunas de las asociaciones a las que tenía derecho. Fue otro debate que perdieron. Ustedes pueden sacar en las encuestas lo que saquen, pero eso no les da la razón. Con el senador Serrano les advertimos: no cometan ese error de Chuchupa, no regalen el interés nacional, un gas que tenía que revertirle a la nación y se lo dejaron graciosamente a la Chevron-Texaco, a pesar de que se sabía que el gas estaba ahí, a pesar de que valía muy poco hacer la explotación y a pesar de que ya se sabía que los precios del gas se iban a disparar. El caso de Cravo Norte es exactamente el mismo. Fueron advertidos aquí en esta Comisión de lo que iba a pasar. Ustedes sacaron, ustedes todos, el uribismo todo, sacó a Ecopetrol de una parte fundamental del negocio petrolero cuando el negocio petrolero nunca antes había sido tan bueno. Eso solo tumbaría al gobierno en un país distinto a este. Repito, ustedes todos sacaron a Ecopetrol de una parte principalísima del negocio petrolero en el mejor momento del negocio en la historia de la humanidad. Y me dicen que no pasa nada. Yo le pregunto a cualquiera de ustedes: un gerente de una de sus empresas les hace una hazaña de esas ¿y lo dejan en el cargo? ¿Le pegan una palmadita en la espalda y le dicen, no, fulanito, tranquilo, eso no lo podía prever nadie? Pero aquí lo advertimos oportunamente. Repito, tercera vez, sacaron a Ecopetrol de una parte principalísima del negocio petrolero, cuando estaba en la mejor de sus épocas, no conozco los detalles, pero probablemente no haya en la historia de la humanidad un mayor auge del negocio petrolero. Y fue en ese momento cuando ustedes sacaron a Ecopetrol de una parte considerable del negocio. Y me dicen que quienes planifican la política de hidrocarburos son unos genios y que el senador Serrano y yo no entendemos, porque somos muy negativistas, no propositivos, como dice el senador Mora, que, según él, sí es muy propositivo. No, señores, yo a eso no le jalo, a ser propositivo para defraudar el interés nacional en el caso de Ecopetrol y hacer negocios malos como los de Cravo Norte y Chuchupa.
Y entonces me vienen con el cuento de que es que no hay plata. En el mundo lo único que hay es plata y lo que es escaso es el recurso. ¿Quién me discute a mí esto, señor gerente de Ecopetrol? Discútame qué es lo que sobra en el mundo ¿los recursos naturales o el dinero? Qué es lo que abunda en el mundo entero ¿la plata o los recursos? Todos sabemos que es la plata. No saben qué hacer con ella y es evidente que escasean todas las materias primas, no sólo el petróleo, el gas, el acero, el carbón, la comida. Y en ese momento la genialidad de quienes dirigen a Colombia es decir, no, con tal de que venga el capital extranjero, hay que ponernos de rodillas y regalarles todo. Inaudito, inaudito. Vuelvo y les hago la pregunta, sobre todo a quienes de ustedes sean adinerados: ¿así manejan sus negocios personales? ¿Con esa lógica de menospreciar lo que tenemos y es escaso, para valorizar lo que supuestamente no tenemos y está en abundancia? ¿Por qué la estabilidad al capital extranjero Colombia en este negocio del petróleo y en todos los negocios? No es por las gabelas que el presidente Uribe le da, ni por la plata que le regala. Viene porque tiene que venir, por eso viene. Con barril de petróleo a 130 dólares ¿no va a venir? Con costos de producción del orden de ocho dólares, 10 dólares, 15 dólares ¿no va a venir? Lo de Cravo Norte clama al cielo: un petróleo de calidad superlativa, a cuatro dólares el barril, y el gobierno se lo regala a la trasnacional, y después nos dicen que es una genialidad. No, así no se puede gobernar este país, caballeros, me da muchísima pena, lo están destruyendo, se están moviendo en contra del progreso de la nación. Yo estoy aquí hablando de capitalismo, pero ustedes no están actuando como gerentes de empresas capitalistas, sino en contra exactamente de esos intereses, que son, en este caso, los intereses de la nación colombiana. ¡Y nos dicen que aquí no está pasando absolutamente nada!
¿Cuánta plata ha perdido la nación por los malos negocios?
Por último, desde ya les anunciamos un debate. Con el senador Serrano, vamos a sentarnos a hacerles cuentas de la plata que ha perdido la nación en los últimos años en los negocios de hidrocarburos. Vamos a mirar con minucioso detenimiento cuánto se perdió en Chuchupa, cuánto en Cravo Norte, cuánto en Ecopetrol. Vamos a mirar con detalle el caso de la Refinería de Cartagena, vamos a mirar el caso de Propilco. ¿Por que se compró Propilco? ¿No nos dijeron, señor ministro, que la plata de la privatización de Ecopetrol era para hacer cosas nuevas e invertir en exploración? Y van y se compran una empresa vieja. A cuenta de qué, ¿no tenían nada más qué hacer con la plata? Bien curioso que uno privatice una empresa como esa simplemente para desenhuesar a alguien que andaba encartado, porque si la empresa era tan buen negocio, por qué se la entregan a Ecopetrol y para qué la compra Ecopetrol. Qué es lo que eso le suma realmente a la política de hidrocarburos en Colombia.
Esto lo plantean a partir de la privatización de la empresa. Que no había plata para pagar la Refinería de Cartagena por cuenta de Ecopetrol, y la plata del FAEP se la tumbaron literalmente. La cogió el gobierno central y se la tumbó a Ecopetrol. Puede que no se llame robo y probablemente sea absolutamente legal, pero es evidente que una plata que era de Ecopetrol, con la que se había podido ampliar la Refinería de Cartagena sin meter a la Glencore y sin regalarle un montón de plata, un buen día el Ministerio de Hacienda se la embolsilla y la transfiere. ¿Para qué? Bueno, todos lo sabemos: para hacer asistencialismo, para hacer clientelismo, para respaldar el tercer gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez. No lo llamo ni asistencialismo, porque el asistencialismo es una política que modifica las cosas para que los pobres salgan de la miseria. Pero cuando uno les hace el regalo a los pobres, o les entrega el “subsidio”, para mantenerlos sumidos en la pobreza como producto de las propias políticas que se establecen, ya no se llama asistencialismo sino clientelismo mondo y lirondo y apunta a sostener unas políticas absolutamente retardatarias.
Y en el debate que hagamos en agosto habrá que mirar también con detenimiento todo lo referente a las térmicas. Pero desde ya les digo que tampoco me sorprende que nos encontremos con grandes pérdidas. Recién llegados a esta Comisión, denunciamos el tumbado de los famosos contratos de PPA, unos contratos en que se enchaparon en oro unos dueños de unas térmicas. Todavía se están pagando algunas de ellas. Si mal no recuerdo, tan solo la Central Hidroeléctrica de Caldas pagaba 30 mil millones de pesos al año por Termodorada, una empresa que prácticamente nunca se prendió. A mí no me sorprendería lo que afirma el senador Serrano, que la térmica se monte a sabiendas de que no tiene que funcionar técnicamente bien, porque nunca va a ser exigida y porque, además, está diseñada es para entrar a operar en caso de emergencia. Pero yo puedo hacer las cuentas para saber que nunca va a entrar a operar. Las térmicas que se hicieron después del apagón no operaron en general y en esos contratos de PPA, tristemente famosos, el Estado colombiano perdió hasta la camisa. Lo que está apareciendo es un nuevo tipo de capitalismo, un capitalismo en el que el inversionista no arriesga. En alcohol y en agrodiesel le garantizan el precio al capitalista, y en las carreteras con los peajes, de tal modo que si no pasan los carros calculados, la nación de todos modos le pone la plata. Las famosas térmicas, préndanse o no, se ganan una plata. Un curioso tipo de capitalismo. Mientras lo normal en el capitalismo, sobre todo el caso de los no monopolistas, es entrar al negocio y arriesgar y probablemente perder algunas veces, aquí se están inventando un nuevo tipo de capitalismo en el que el riesgo no existe. El Estado les garantiza la estabilidad absoluta de todos los negocios de manera que siempre ganen. Así podrán enriquecerse tres o cuatro, pero así jamás se desarrollará Colombia y el país seguirá sumido en una situación en la que los que tienen más, y estoy hablando de monopolistas y trasnacionales, cada vez se enriquecen más y más y más. Y en el otro polo de la contradicción, los pobres tienen cada vez menos y menos y menos. Ese es el tipo economía que estamos presenciando.
Réplica del senador Robledo al ministro de Minas y al presidente de Ecopetrol
Me confirmo en lo dicho. Ya está perdida la autosuficiencia petrolera de Ecopetrol. Estamos cargando las refinerías, en parte, con crudo de las trasnacionales, comprándoles a las trasnacionales. Ese es un tipo de autosuficiencia perdido. Y se puede perder el resto de la autosuficiencia, en el sentido en que no podrán cargarse ni siquiera con crudos producidos en el territorio nacional. Las cifras dicen que va bajando la producción y que van bajando las reservas. Ahora, que podrían bajar más rápido y que podría ser peor, bueno, estoy de acuerdo con ustedes en que podría ser peor. Pero tal como está no está bien. Y sobre todo no está bien, y llevamos seis años en esta discusión, que una parte muy grande de la plata de Ecopetrol se la lleven para otros asuntos diferentes. En vez de intentar resolver el problema de la autosuficiencia, uno de los problemas más graves de Colombia, le sacan demasiado a Ecopetrol. Las cifras últimas indican que a la empresa, de 15 billones de utilidades, le quitan 13, esa es la dimensión de lo que estamos discutiendo. Y además, le quitaron la plata del FAEP. Para qué entonces la capitalizan si le quitan la plata.
¿Para qué? Para hacer clientelismo. Cuando estamos hablando de que la autosuficiencia petrolera se está perdiendo en parte y se puede perder del todo, me parece horrible que se saque la plata de la empresa para otras destinaciones cuando el problema puede llegar a ser tan grave. Aquí nos dan unas cifras absolutas que parecen ser mucha plata, pero que en términos relativos es muy poca. Me ratifico entonces en que la política no resuelve el lío de la autosuficiencia petrolera, aunque puede que sea muy buena para conseguirse unos votos y cuadrar unos amigos en Ciudad Bolívar. Porque de lo que estamos hablando es de petróleo y de autosuficiencia. No solo este gobierno, sino también los anteriores, han estado ordeñando en exceso a Ecopetrol y esa es en buena medida la causa de su debilitamiento. Este gobierno ha mantenido la política.
Denuncié que había subsidios al alcohol carburante importado y me ratifico en la idea, que podemos mirar después con más detenimiento. Y hay subsidios porque ese alcohol importado se va a consumir sin pagar IVA, ni sobretasa, ni global, y eso envuelve un tipo de subsidio. Podemos discutir si se llama así o no, pero el hecho cierto es que sin eliminar el IVA, la sobretasa y el global no habría consumo de alcohol carburante en Colombia, ni nacional ni importado. Me ratifico también en la idea de que ese alcohol importado no va a favorecer la producción y el trabajo nacionales, sino la producción y el trabajo extranjeros. Lo que aquí nos dijeron toda la vida era que el etanol y el agrodiesel eran buenos porque iban a servir para respaldar el agro nacional y si no van a respaldar el agro nacional, sino el agro brasileño o el gringo, es un asunto que por lo menos debemos discutir.
Excusarse con que el problema es mundial no se compadece con los hechos. Cierto, el incremento de los precios del petróleo es un problema mundial, pero la decisión del gobierno colombiano de cobrar el crudo de Ecopetrol a precios internacionales –y estamos hablando de una gasolina que consumen principalmente los pobres– da pie a toda una discusión que no tiene nada que ver con los precios internacionales. Y dos, que en Colombia los impuestos a la gasolina sean del orden del 40% y los del ACPM sean del orden del 30%, un poquito menos, tampoco es una decisión mundial, sino una decisión de otros gobiernos, y que este que se empeña en mantener. A mí me parece una monstruosidad que a un ciudadano de Ciudad Bolívar le cobren 40% de impuestos por la gasolina que consume cuando se monta por ahí en un bus o en un jeep. Me parece el colmo que a un taxista o al dueño de un camioncito le cobren 40% de impuestos. Me parece el colmo que a un profesor universitario, un profesor de colegio, el dueño de una panadería o a cualquier otro ciudadano que ahorró toda su vida y se compró un carrito le carguen unos impuestos que no se los cobran a ningún monopolio ni a ninguna trasnacional. En Colombia las zonas francas especiales están pagando una renta irrisoria del 15%, que, con los demás descuentos, se baja a 9%. ¿Por qué? Eso sí tiene que ver con lo internacional, en la medida en que son órdenes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y de las trasnacionales, pero digamos que formalmente son decisiones internas. No puede entonces echársele todo el cuento a que los precios internacionales subieron. Claro, sí subieron, pero aquí hay otras telas de donde cortar.
Di otro argumento contra la privatización de Ecopetrol. Precisamente, que se perdía el manejo público de la empresa, porque cuando aparece un privado se tiene que empezar a funcionar con la lógica de la empresa privada y eso pone a aguantar más hambre a los pobres de Colombia. Es fue uno de los argumentos que dimos. Les voy a proponer otra fórmula sencilla: que separemos las utilidades de ese 10% de las acciones de las del otro 90%, que es del Estado, y entremos a hacer el análisis. El debate del que no me pueden sacar es que son los pobres de Colombia y las capas medias los que pagan ese petróleo más caro y esos impuestos más altos, mientras les bajan los impuestos a los monopolios y a las trasnacionales. Ese es el manejo que estamos discutiendo.
Sobre agrocombustibles, señor ministro, no es lo mismo consumir combustibles más baratos que más caros. Y no es lo mismo que el subsidio beneficie a los productores nacionales que a los productores extranjeros. Porque si estamos aquí en la situación en que a un ministro le da lo mismo que el alcohol carburante se produzca en Colombia o que se traiga de Brasil, sí estamos en un lío, señor ministro de Minas y Energía. Porque si a usted eso le da exactamente lo mismo, no me quedaría otra alternativa que pedirle la renuncia. Lo que estoy anotando es el hecho cierto de que no puede ser lo mismo.
¿Qué es lo que estamos discutiendo? Si la política de obligar a una mezcla con agrocombustible es más costosa, en términos generales, que la de los combustibles tradicionales, y si ese subsidio, porque ahí hay un subsidio, da lo mismo pagárselo a productores nacionales que a productores extranjeros. Y ese es el lío que usted tiene. Usted va a importar agrocombustibles subsidiando a los brasileños y eso se lo va a tener que explicar al país.