Entrevista del periódico La Nación, Neiva, agosto 29 de 2008
Para el senador del Polo Democrático Alternativo, Jorge Enrique Robledo, la presencia de un fiscal de la Corte Penal Internacional en Colombia no es gratuita y se debe a que el país está enviando el mensaje de que el Gobierno está entrabando la justicia.
La declaración fue hecha en una entrevista con LA NACIÓN durante la visita del dirigente político a la capital del Huila ayer. El parlamentario insistió en que el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, debe renunciar por el escándalo del hermano, pero no se va precisamente para continuar protegiéndolo desde el cargo.
¿Cómo ve los hechos que han vuelto a desatar tensiones entre el Gobierno y la oposición?
Yo no sé qué es más vergonzoso, si como dijo el doctor Parmenio Cuéllar, convertir la Casa de Nariño en una casa de citas con delincuentes reconocidos, el horror de que el hermano del Ministro de Justicia esté comprometido con criminales del corte de los que estamos hablando, que ya es muy grave, o la actitud del Presidente de la República de salir a disparar contra todo el mundo con un solo propósito: ocultar la gravedad de hechos que confirman que aquí sí hay parauribismo y que se mueven cosas supremamente tenebrosas.
Al final todas las locuras del Presidente tienen un solo propósito: callar a la Corte, a la oposición, someter al país a sus desmanes, pero que además nadie pueda decir nada para que siga imperando la impunidad.
El ataque a Gustavo Petro es para tapar las otras cosas, porque no se ha acabado de aclarar qué fue lo que pasó con el hermano de Fabio Valencia Cossio, que Fabio Valencia entre otras cosas renuncie para que se pueda saber qué pasó con su hermano; ni se ha acabado de aclarar cómo es el asunto de narcotraficantes en reuniones con altos directivos de la Casa de Nariño para conspirar contra la Corte Suprema de Justicia. El nueve de septiembre habrá un debate sobre eso en la plenaria del Senado.
¿Y cómo ve la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional a Colombia?
Primero digamos por qué anda por aquí, que es el primer hecho muy grave: la Corte Penal Internacional sólo actúa en aquellos países donde hay crímenes de lesa humanidad y la justicia no actúa bien porque no quiere o porque no la dejan.
El primer mensaje que manda es que se estaba entrabando el funcionamiento de la justicia, y lo segundo es que la presencia de la Corte Penal Internacional puede ser muy complicada para Colombia, puede acabar de enredar el logro de la paz en este país de proporciones inmensas en ese sentido.
Si el Gobierno fuera sensato, dejaría de perseguir a la justicia porque si al final la Corte Penal Internacional termina interviniendo en Colombia, se van a complicar todavía más las cosas en este país.
¿Por qué el Presidente dice que lo quieren llevar ante esa Corte?
Él es el que se estaba autollevando. Pensar que la Corte Penal Internacional anda por aquí porque alguien del Polo o liberal haya dicho algo es una exageración. Es el mismo caso de pensar que los demócratas no le dan TLC a Uribe por culpa del Polo. No, son sus propias actuaciones las que generan esas cosas. Se imaginan la cara del Fiscal de la Corte Penal Internacional con ese berrinche del doctor Uribe hace tres días en la televisión, lo que pensará de las garantías que tienen los colombianos en lo que tiene que ver con justicia.
¿Y el compromiso del Gobierno con ese fiscal de no interferir en la justicia?
Eso es un engaño. Es un acto de cinismo. Uno no puede pararse sobre el cuello de la Corte Suprema de Justicia, no puede participar en conspiraciones como la de Tasmania o como la de los visitantes de la ’Casa de Nari’, como dicen esos tipos, y salirle a decir a la Corte Penal Internacional que aquí no está pasando nada, no.
Él le puede decir lo que le diga al Fiscal y este por razones diplomáticas podrá decir alguna cosa amable, pero hay sospechas, evidentes sospechas, y con toda razón de la Corte Penal Internacional, sobre que Uribe está impidiendo que la justicia actúe.
¿Insiste el Polo en marginarse de la reforma a la justicia?
Creo que nosotros no debemos tramitar reformas a la justicia con un ministro sub júdice en el sentido de lo moral, lo ético y lo político, que se llama Fabio Valencia Cossio. Él debe renunciar aquí y en Cafarnaún; hace rato ha debido renunciar; que respeten al pueblo colombiano, que no desacrediten más a este país. Si a la cúpula uribista no le da vergüenza sus conductas y sus actos, que aunque sea por misericordia con el resto de los colombianos proceda de una manera diferente.
No conozco el nuevo proyecto porque lo entregaron ayer o anteayer, pero el anterior, y creo que éste, tiene como cosa principal golpear a la Corte Suprema de Justicia para sacar a los parauribistas de la cárcel. Eso es una cosa que está absolutamente clara, y es otro acto de desvergüenza del Gobierno Nacional. Colombia no necesita esa reforma a la justicia. La necesitan los amigos del Presidente, que es otra cosa, y creo que debemos rechazarla.
¿Y la reforma política?
Tampoco la conozco bien. Habrá que mirarla, pero por las dos o tres cosas que alcancé a mirar nada se dirige en serio contra la parapolítica, nada; en cambio sí por ejemplo ataca la circunscripción nacional electoral, la reduce, que es una manera de favorecer para que se abaraten los costos de la compraventa de votos y que sigan funcionando las circunscripciones podridas de tipo regional.
¿Cuál sería la incidencia de un senado departamental?
A quienes tenemos solo voto de opinión, congresistas que sacamos votos regados por todas partes, porque no son de puestos ni de contratos ni de clientelismo, se nos vuelve prácticamente imposible salir.
Segundo. Se pierde la visión nacional del Congreso. Se necesita una visión nacional de los asuntos, porque el Huila no va a salir adelante si no cambiamos a Colombia.
La idea es que el Senado haga esfuerzos por tener un enfoque nacional, que es por ejemplo el que yo tengo, es decir, yo no soy el senador de Caldas ni del Huila: soy el senador de Colombia, y me duelen todos los departamentos por igual. Ese enfoque no creo que sea correcto perderlo.
Y lo otro es que en la medida que haya menos competencia nacional hay un efecto práctico, y es que se baja el precio de los votos, entonces ya a la gente ni siquiera le quieren pagar bien los votos, sino que los venden baratos para fortalecer la corrupción.
El punto de fondo es que se supone que la reforma es para perseguir la corrupción, pero yo pido que alguien me explique ¿por qué menos parapolíticos van a salir elegidos porque se golpee la circunscripción nacional? Por supuesto que eso no tiene nada que ver.
¿En todo caso, las reformas podrán aprobarse sin el respaldo del Polo y del liberalismo?
Puede que al final lo aprueben, no sabemos, pero es una decisión de índole política para expresar de manera dura y grave el repudio que nos merece lo que viene sucediendo en este Gobierno, y particularmente con Fabio Valencia Cossio. Es que esa idea de que aquí no pasa nada, de que todo se puede y que no vale la pena, y que hagámonos los locos, es una idea corruptora.
La base de mantener a Fabio Valencia en el Ministerio del Interior es una idea corrupta, de alcahuetería, de dejar pasar, de que aquí no pasa nada, de tapémonos las narices ante la pestilencia; eso es lo que está de fondo, y por nuestra postura la vamos a defender como un problema de principios.
El señor debe salir, pero, ¿para qué lo dejan, por qué hay que dejarlo? Hay que dejarlo para que proteja al hermanito.
No nos van a meter el cuento de que es que el único dirigente conservador que hay en Colombia que puede reemplazar a Fabio Valencia es nadie. No, que nos respeten. El Partido Conservador tiene que tener con qué remplazarlo, y si no hay en el partido conservador, en todo el uribismo tiene que haber con quién reemplazarlo.
Entonces, ¿por qué hay que dejarlo? Para que proteja a su hermanito, es así de simple, y para que el presidente Uribe le ayude a proteger al hermanito, porque son todos del mismo combo y lo que vemos de este Gobierno es protegiendo a sus amigos todo el tiempo, ¿o no es eso a lo que están dedicados?