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¡Colombianos, derrotemos el pacto de corrupción e impunidad¡ [Transcripción + Video]

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Debate en el Senado

 

¡Colombianos, derrotemos el pacto de corrupción e impunidad!

 

Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate sobre la corrupción en los casos Odebrecht, Cartel de las Togas y Fiscal Martínez Neira.

Plenaria del Senado, 17 de octubre de 2017.

 

Me toca empezar respondiéndole al senador Varón Cotrino con una afirmación que no tenía programada. Él se empeña en decir cosas que no son de este debate. No tengo inconveniente en hacerlo yo también. El día en que el senador Varón Cotrino quiera, adelantamos un debate sobre el pasado de los partidos para ver cómo explica él que Cambio Radical, su partido y el del candidato Germán Vargas Lleras, tiene diecinueve congresistas condenados por parapolítica. Lo saco a relucir solo porque él se empeñó en que empezáramos por ahí. Entonces, cuando quiera doctor Varón, hacemos un debate dedicado únicamente a la historia de los partidos.

 

A este debate invité al doctor Néstor Humberto Martínez, al Fiscal General de la Nación, y veo que, como la vez pasada, no acogió la invitación. Es un debate en el que vamos a hablar de Odebrecht, vamos a hablar además del caso del fiscal Anticorrupción corrupto, el señor Gustavo Moreno, vamos a hablar de las acusaciones a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y vamos a hablar de las hazañas del doctor Néstor Humberto Martínez. Vamos a necesitar entonces tiempo suficiente para poder mostrar cómo lo uno se relaciona con lo otro como una sola cosa. Lo saben los colombianos en la calle cuando comentan que no son hechos distintos, sino un solo fenómeno. Y pondremos el énfasis en las responsabilidades políticas, y no solo en las judiciales –que tendrán que dirimir los jueces–, para ver cómo ha jugado cada partido en estos hechos escandalosos de una de las mayores corrupciones en la historia de Colombia.

 

Las platas a las campañas presidenciales

 

Empiezo señalando, como un punto crucial y ya probado, que Odebrecht financió las campañas presidenciales de 2010 y 2014. La campaña de Santos de 2010, en que estuvieron los que son hoy la Unidad Nacional y el Centro Democrático, incluido el respaldo en ese momento del presidente Uribe, recibió financiación de Odebrecht, como es bien conocido. Financiación que es por demás ilegal, porque los extranjeros no pueden financiar campañas en Colombia. Roberto Prieto, el gerente de esa campaña, reconoció haber recibido 400 mil dólares. Lo aceptó el mismo presidente Santos cuando dijo ante las cámaras: “me acabo de enterar”. Alguien de los que están presos aseguró que el doctor Andrés Felipe Arias tuvo en esos días un sueldo de Odebrecht, una acusación que deberá constatar la Justicia, pero que existe. Y el doctor Gabriel García Morales, siendo en ese momento viceministro de Transporte del gobierno del presidente Álvaro Uribe, ha aceptado que él recibió un soborno de 6,5 millones de dólares, para el primer contrato de la Ruta del Sol II, un hecho también conocido. Queda la duda de si no hubo más plata para las campañas, porque es raro que en un soborno de ese monto, suma que voy también a cuestionar más adelante, no aparezcan para la campaña presidencial sino apenas 400 mil dólares, cuando vamos a ver que los demás sobornos le irrigaron más plata a la campaña del presidente Santos.

 

Sobre la campaña Santos y Vargas Lleras de 2014, hay las siguientes sindicaciones. Otto Bula, hoy en la cárcel, confiesa que para financiarla se transfirió un millón de dólares. Se sabe además que Paddington Sancho BBDO dio otro millón de dólares, según ellos, dizque para financiar una encuesta. Gabriel Dumar, también en la cárcel tras reconocer sus acciones ilegales, dice que, de platas de Odebrecht, se le transfirieron a la campaña de Santos y a la política en general unos 14 mil millones de pesos, después de impuestos. Él habla de 9 mil millones de pesos para Roberto Prieto, compromete también al senador “Ñoño” Elías y a Plinio Olano, menciona al senador Antonio Guerra con 200 millones y a Luis Miguel Pico, échenle ojo a este nombre para más adelante, con 50 millones de pesos. Queda la pregunta: ¿No fueron más? Son los enigmas que tendrían que aclararse.

 

Y está también la otra campaña, la de Zuluaga y Trujillo, del 2014. Un hombre de Odebrecht, Duda Mendoza, admite que a esa campaña le transfirieron 1,6 millones de dólares. Gente que ya ha confesado ante la Justicia añade que en los recursos de Odebrecht participó el doctor Daniel García Arizabaleta, que es o ha sido alto directivo del Centro Democrático y que también trabajó bajo contrato de Odebrecht. También cabe aquí la pregunta: ¿No fueron más los recursos?

 

Parte del problema que enfrentamos es que nadie investiga a fondo estas acusaciones. Apenas empezando el escándalo, la Fiscalía le pasó la pelota al Consejo Nacional Electoral, que a estas alturas no ha dicho ni pío y ya los casos están caducando. En estas semanas debe caducar uno y en las próximas semanas el otro, porque allí la investigación no avanza. Lo único que ha hecho el Consejo Nacional Electoral es sancionar a Armando Novoa, el único consejero que no es ni de la Unidad Nacional ni del Centro Democrático.

 

¿Cuál es el modus operandi de Odebrecht? Se trata de una trasnacional profundamente corrupta, de delincuentes, con una sección, el Departamento de Operaciones Estructuradas, cuyo trabajo era sobornar gobiernos y partidos políticos con el propósito de conseguir contratos corruptos. Ellos han aceptado haber sobornado en doce países por casi 800 millones de dólares, pero hay un abogado de Odebrecht que calcula en por lo menos 2.600 millones de dólares los dineros que se movieron. No eran aportes a las campañas, eran sobornos, una práctica completamente distinta. Eran platas que se entregaban con el propósito de que se las repusieran desde la dirección del Estado mediante contratos corruptos.

 

Cuando el escándalo estalló, la cifra que se dio inicialmente para Colombia era de 11 millones de dólares. Hay que recordar que el escándalo no estalla por Colombia, sino por la justicia internacional, particularmente la de Estados Unidos, porque aquí ni la Fiscalía ni nadie se dieron cuenta de nada. Hoy las cuentas ya van en 40 millones de dólares en sobornos, en los dos contratos de la Ruta del Sol. Y aclaremos, colombianos, parece que fuera la trasnacional la que pagara los sobornos, pero no es así, al final los pagamos nosotros. Cuando alguien paga un peaje en la Ruta del Sol, está pagando el soborno de Odebrecht a altos funcionarios y particulares.

 

Veamos cómo es que llegaron estas platas a la campaña de Juan Manuel Santos. Asevera García Morales, quien fuera viceministro de Transporte: “Martorelli me dijo que el compromiso que ellos adquirieron con la adjudicación de Navelena fue apoyar los candidatos del Partido de la U y asumir deudas de las campañas presidenciales”. Lo anterior no se sabía. Lo que destapamos en el debate pasado sobre Navelena no mencionaba sobornos para el grueso de esas cosas. Añade la denuncia: “Navelena se pagó con campañas”. ¿Campañas de quién? De Juan Manuel Santos.

 

Confiesa el senador “Ñoño” Elías ante la Corte Suprema de Justicia: “Mi interés era ayudarles a los de Odebrecht a que sacaran rápido el otrosí Ocaña-Gamarra, para que ellos entregaran recursos económicos con destino a la campaña presidencial de Juan Manuel Santos periodo 2014-2018, reelección primera y segunda vuelta”. Y lo confiesa un senador hoy tras las rejas por haber participado en estos hechos. Y agrega algo muy importante en el debate: que él recuerda que Juan Sebastián Correa, también implicado por ser la mano derecha del director de la ANI, dijo que Andrade sabía que a él, al “Ñoño” Elías, los de Odebrecht le iban a entregar una plata para la campaña, “pero que a él –a Andrade– no le importaba, porque esa era la orden de arriba, sacar el otrosí Ocaña-Gamarra”. ¡La orden de arriba! Aquí lo que sale a luz es de una gravedad extrema: que había una orden de arriba a Andrade y a los mandos medios para que sacaran adelante el acto de corrupción Ocaña-Gamarra.

 

La pregunta clave en este debate es quiénes son los de arriba, quiénes fueron los funcionarios que decidieron los contratos, quiénes los funcionarios y políticos que recibieron los sobornos y quiénes los privados que los pagaron. Esos son los de arriba, cuyos nombres urge esclarecer. Ahora, el problema es quién lo va a esclarecer, quién busca con linterna a los de arriba. ¿Si hay quién lo aclare en Colombia? ¿Néstor Humberto Martínez lo va a aclarar? Vamos a ver cómo no es posible. Lo mismo hay que decir del caso de Moreno y de Bustos. Porque como vamos a verlo, hay más de uno untado interesado en que las cosas no se destapen. ¿Vamos a conocer la verdad total o apenas pedacitos de verdad, como ha solido ocurrir en la historia de Colombia? Recordemos que si todo se está moviendo es porque la justicia extranjera destapó lo de Odebrecht, lo del Fiscal Moreno y lo de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, no porque aquí nadie hubiera empezado estos procesos.

 

Del debate anterior de Odebrecht al de hoy

 

Entremos de lleno al caso Odebrecht. Señalar, lo primero, que hay una acusación de corrupción en Odebrecht por el caso de Tunjuelo-Canoas que cae sobre la administración de Samuel Moreno. Al respecto, como lo dije la vez pasada, reitero mi posición: que investiguen lo que tengan que investigar y que sancionen, si es del caso. Les recuerdo aquí que nadie de la Justicia, en sus altas esferas, representa al Polo Democrático Alternativo. Que investiguen entonces y sancionen. Pero también es bueno señalar, en el caso del carrusel, que el Polo Democrático Alternativo investigó, sancionó a los responsables y les pidió excusas a los colombianos. Como lo dijo en estos días Ramiro Bejarano, el Polo respondió. Y hemos dado la cara siempre. Les pregunto a los otros partidos si han hecho algo semejante. Y pido de paso que se investigue al entonces gerente de la Empresa de Acueducto, Pizano, que terminó contratado por don Luis Carlos Sarmiento Angulo en la Ruta del Sol.

 

¿Cuál es el balance de mi debate anterior? La Contraloría General de la República me dio la razón en todo lo que afirmé. Señaló, en documento de 74 páginas, que la junta directiva del Banco Agrario no ha debido aprobarles el crédito de los 120 mil millones, que violó las normas y que hubo detrimento patrimonial. Ha anunciado la Contraloría General de la República que va a abrir un juicio de responsabilidad fiscal. Antier se supo que los deudores habían pagado. Bienvenido que nuestras peleas sirvan para que por lo menos no se roben la plata. Pero seguimos haciéndonos unas cuantas preguntas, la principal, ¿pagaron con la plata de quién, con la plata de Navelena-Odebrecht o con la plata del Estado colombiano? Nos lo van a tener que explicar despacito los de Cormagdalena, para saber de dónde salieron los recursos con los que le pagaron al Banco Agrario una plata que estaba perdida.

 

Pero además, la Contraloría estableció que 50 mil millones de esos 120 mil fue una plata que se sacó prestada para pagarle una deuda al Banco de Occidente, o sea, para que el Banco de Occidente cambiara una deuda mala que tenía con Navelena-Odebrecht transfiriéndola al banco público, el Banco Agrario. Es un hecho escandaloso, porque Corficolombiana, del Grupo Aval, era nada menos que la banca de inversión de este contrato. Fue lo que nosotros denunciamos y lo que terminó confirmando la Contraloría General de la República. Y hubo de por medio concepto para ese crédito, ya está probado, un concepto de NMA Abogados, o sea, de la familia del Fiscal Martínez Neira, así él se empeñe en mentir al respecto. Pregunto: por qué la Fiscalía nunca ha acusado ni ha hecho investigación a la junta directiva del Banco Agrario, la que decidió prestar una plata que, según la Contraloría, no se ha debido prestar. Por qué tampoco la Superintendencia Financiera ha abierto investigación por conflicto de intereses (al Grupo Aval), como ha debido hacerlo de oficio. Nada de esto se investiga en Colombia. ¿Y quién responde políticamente? A uno de los ministros responsables, Iragorri, lo premiaron nombrándolo presidente del Partido de la U. ¿Y al otro? ¿Será que van a nombrar a Mauricio Cárdenas presidente del Partido Conservador?

 

Otros aciertos de mi debate anterior. Primero, afirmé aquí, y algunos de ustedes me lo debatieron, que Ocaña-Gamarra era un torcido. Que fue un torcido está probado hasta la saciedad. Segundo, denuncié también que el Conpes 3817, aprobado por todo el gabinete de Juan Manuel Santos, era parte de ese torcido y aquí también me lo intentaron rebatir. Los hechos me volvieron a dar la razón. Tercero, pedí la renuncia de Luis Fernando Andrade y se me echaron encima diciéndome que era una exageración. Bueno, ahí está imputado y tuvo que renunciar a su cargo de director de la ANI. Cuarto, señalé a José Elías Melo, director de Corficolombiana, y también me dijeron que era una exageración. Bueno, ahí está tras las rejas y acusado en un proceso de haber contribuido con el pago de estos sobornos. Quinto, rechacé el acuerdo de los 700 mil millones de pesos que la ANI y el gobierno nacional, con la venia política del doctor Germán Vargas Lleras, les cuadró a Odebrecht y al Grupo Aval para sacarlos limpios del escándalo de la Ruta del Sol. Pues bien, la Contraloría General de la República y el Tribunal de Cundinamarca pararon el negocito, por ser absolutamente inaceptable.

 

Y sexto: digamos que otro de mis aciertos es que al doctor Néstor Humberto Martínez le tocó retirar la denuncia penal que había interpuesto en contra mía, mientras que yo no retiré ni una sola de mis afirmaciones en contra del Fiscal General de la Nación, acusaciones que hoy estoy ratificando.

 

Veamos entonces cómo se han desarrollado estos asuntos. El caso de la Ruta del Sol cuál es. Repitamos brevemente, allí, 63 por ciento del negocio es de Odebrecht y 33 por ciento del Grupo Aval, a través de Corficolombiana y Episol. Pero además el Grupo Aval va en otro negocio, pues ellos tienen puestos ahí créditos por 1,2 billones de pesos. El primer soborno de todo este negocio de la Ruta del Sol se maquinó durante la administración del presidente Álvaro Uribe, con su viceministro Gabriel García Morales. Y se dice que el soborno es 6,5 millones de dólares. Les digo francamente que no me dan las cifras. Porque si ustedes comparan lo que, según las acusaciones, se pagó en el soborno Ocaña-Gamarra, no compensa, no cuadran las cuentas, ahí faltan platas, es demasiado pequeño un soborno de 6.5 millones para un negocio de ese calibre. Si se hace un cálculo sobre el negocio Ocaña-Gamarra, ese soborno ha debido de ser entre 84 y 105 mil millones de pesos, y apenas alcanzó unos 20 mil millones de pesos. Y hay dos cabos sueltos. Si solo fue lo de García Morales, de dónde salen los 400 mil dólares que Prieto y Santos reconocen haber recibido. Y de dónde sale la plata que dicen se le pagó a Andrés Felipe Arias. Y quién investiga. ¿Néstor Humberto Martínez? Tendríamos que verlo.

 

El contrato de la vía Ocaña-Gamarra fue ilegal de principio a fin. Hasta Gabriel García Morales admite que la obra no se encuentra en el corredor vial de la Ruta del Sol. Bueno, recordemos cuál es el caso. Hay una vía norte-sur, Puerto Berrío-San Roque, a la que le adicionan un contrato para una vía oriente-occidente, Ocaña-Gamarra. Y el viceministro del momento admite que no es el mismo corredor vial. Es obvio. El artículo 28 de la Ley 1150 es claro en señalar que no se pueden incluir como del mismo corredor. Es que no hay nada más contrario a una línea vertical que su perpendicular. Cualquiera lo entiende. El gobierno le preguntó al Consejo de Estado y este le conceptuó: “Las obras que no guarden una relación directa y necesaria con el objeto del contrato no pueden acordarse ni ejecutarse válidamente como una adición al respectivo contrato”. En consecuencia, tenían que haber abierto una licitación pública para que otros contratistas participaran.

 

¿Saben quién les dio la línea de cómo violar la ley dando la apariencia de legalidad? Un contrato que firmaron con el abogado Néstor Humberto Martínez que, violando la letra y el espíritu de la Constitución y la Ley, les dijo que sí podían hacer el torcido, como lo terminaron haciendo, y que no se necesitaba licitación pública. Otra vez el doctor Martínez. Siempre nos vamos a tropezar con él en todas las cosas.

 

El torcido de Ocaña-Gamarra no termina ahí. Lo simplifico. ¿Saben cuándo firmó Andrade el otrosí, saltándose la licitación? Lo firmó el 14 de marzo de 2014. Pero para poder finiquitar el torcido se necesitaban un Confis y un Conpes, es decir, que operaran unas instituciones importantes del Estado colombiano. Pero que operaran antes, colombianos, no después del otrosí. Y cómo operaron. Después del otrosí. El Confis es de tres meses después y el Conpes, de siete meses después. Si eso no es un torcido, pregunto, ¿qué es un torcido? Y esos torcidos los aprobó todos el gabinete de Juan Manuel Santos, incluido el actual Fiscal, en esos días secretario de la Presidencia de la República. Tan torcido es, que la Corte Suprema de Justicia ya llamó a todo el gabinete a dar explicaciones. Y la Procuraduría está pidiendo que le pregunten a Germán Vargas Lleras, que también estuvo en ese Conpes, cómo son los detalles y que por favor dé alguna explicación.

 

Por ese Conpes están empapeladas las ministras Gina Parody y Cecilia Álvarez Correa. Gravemente empapeladas. Porque no solo violaron la ley al aprobarlo, sino que ellas tenían además un impedimento particular, porque con ese Conpes estaban favoreciendo a un familiar de ellas, al hermano de Gina Parody y a su familia. Debería estar empapelado además Néstor Humberto Martínez porque él también aprobó ese Conpes en las mismas circunstancias, favoreciendo a Odebrecht y al Grupo Aval, de los que había sido contratista. Y pregunto, ¿quién investiga al señor Fiscal General de la Nación?

 

Pero además acaba de salir esta semana una noticia que realmente me llamó la atención. Descubrieron otro soborno de 4 mil millones de pesos en un contrato de estabilidad jurídica que benefició a la Ruta del Sol. ¿Saben quién fue el abogado contratista para tramitarlo? Néstor Humberto Martínez Neira. Y resulta que la primera decisión del comité de estabilidad jurídica fue negar el contrato de estabilidad, con un argumento obvio, y es que quienes firmaron el contrato querían cambiarlo trasladándole al Estado todo el riesgo tributario. Maroma inaceptable. La historia de siempre, firman un contrato y lo primero que hacen es cambiarlo en detrimento del interés público. Entonces el comité le negó la modificación a la Ruta del Sol y a Martínez Neira. Y qué pasó. Que al entrar como ministra la doctora Cecilia Álvarez, se cambió la decisión y se aprobó el cambio del contrato, que es lo estaban decidiendo, cambio del contrato que por supuesto los favoreció. Y casualmente, apareció un soborno de 4 mil millones de pesos en torno a ese negocio.

 

Aquí hay algo que vale la pena señalar. Colombianos, los de más arriba no son los congresistas, así sean parte de estos asuntos, seguramente que sí, y los responsables deben ser investigados y sancionados. Pero los congresistas no son los que deciden. Aquí urge aclarar quiénes son los que decidieron, porque si no, se terminan tapando las ilegalidades.

 

Entonces los de Odebrecht en el primer soborno de la Ruta del Sol ya reconocieron que ellos pagaron parte de ese soborno y acusaron a Corficolombiana, a su presidente, el doctor José Elías Melo, de haber puesto la parte que le tocaba al Grupo Aval, a Corficolombiana. Melo no ha aceptado esa acusación y el Grupo Aval aduce que ellos tampoco tienen nada que ver. Pero ahí está planteada.

 

Me hago una pregunta, para ese soborno ¿pudo o no haber aporte del Grupo Aval, Corficolombiana o Episol, que es lo mismo para estos efectos? ¿Pudo o no haber? ¿Los de Odebrecht le regalaron la parte del soborno a Corficolombiana? ¿Subsidiaron a Corficolombiana en el negocio? Estamos hablando de 12 millones de dólares. Les he preguntado a empresarios que saben de estas cosas y todos coinciden en que es muy poco creíble que haya sido así.

 

Hay otro asunto importante. José Roberto Acosta, que ha entrado muy en detalle en la investigación, se enteró de que hay una auditoría interna del Grupo Aval, dirigida a Standard & Poors, banqueros norteamericanos. Dice que desaparecieron todos los documentos cruzados entre José Elías Melo y el Grupo Aval entre el 2009 y el 2014. De ser así, estaríamos ante un hecho de una gravedad inaudita. La información no está confirmada, pero yo con toda cordialidad le pido al Grupo Aval mostrarle al país esa auditoría interna realizada por Rafael Neira y así aclaramos si se perdieron o no esas comunicaciones.

 

Nadie menciona un hecho ostensible. Todo son negocios con dólares de por medio. Porque era del exterior de donde Odebrecht traía su parte de la plata. Y yo pregunto: ¿qué banco o bancos colombianos la lavaron? Y ojo, cada vez que dejan volar un corrupto, lavan una plata. Y le pregunto al fiscal Néstor Humberto Martínez: ¿ya abrió usted investigación para saber qué bancos lavaron los dólares de este negocio? No hemos sabido. Como tampoco hemos sabido que la Fiscalía le haya abierto investigación al Grupo Aval. ¿No es obvio investigarlos? ¿No es natural que deban ser investigados siendo socios de una empresa con un soborno de 88 mil millones de pesos? ¿No sería apenas lógico abrirles una investigación?

 

Cómo es lo de las responsabilidades políticas. Ya está señalado, no lo voy a detallar, lo va a hacer Claudia López. Están implicados en ambos casos, en Navelena-Odebrecht y en Odebrecht-Grupo Aval-Ruta del Sol, todos los partidos que han gobernado a Colombia en los últimos años. La corrupción en política, en la que pueden terminar involucrados funcionarios y políticos de distinto orden, tiene entre uno de sus propósitos meterle plata a los bolsillos privados del político que acepte ser sobornado. Pero buena parte de la corrupción en política se propone también financiar la política misma para lograr que gane tal persona la Presidencia, la Gobernación, la Alcaldía, el Congreso. La corrupción se ve entonces como una especie de inversión para ganar las campañas electorales. El propósito principal es perpetuarse en el poder, como lo explica con toda precisión el senador “Ñoño” Elías. Aquí aparece una pregunta clave y que tampoco hemos sabido que se esté investigando: cómo entró en detalle y a través de quiénes la plata de Odebrecht a la campaña de Santos-Vargas Lleras de 2014. Se sabe que entró, lo que está por aclararse es cómo entró.

 

La Silla Vacía, el 13 de marzo de este año, publicó un estudio muy juicioso de 13 páginas con una investigación sobre lo que pasó en la Costa Atlántica en la segunda vuelta. Recordemos que en la primera vuelta había perdido las elecciones Juan Manuel Santos y en la segunda le aparecen un millón de votos más en la Costa Atlántica. Entonces La Silla Vacía investigó, habló con 17 fuentes distintas, ojo al rigor de la investigación, 17 personajes, políticos y gentes de la campaña. De esas 17 fuentes usó 13 y solo publicó las informaciones en las que coincidían varias fuentes. Esta es la conclusión textual a la que llega La Silla Vacía: “Cuando pierden en la primera vuelta, Vargas Lleras se apersona de la campaña en el Caribe. Y Prieto se queda en Bogotá”.

 

Les voy a relatar con algún detalle qué es lo que cuenta La Silla Vacía. Dice que al sexto día después de la derrota, aterriza Vargas Lleras en el aeropuerto de Corozal junto con Sergio Díaz Granados, otro de los jefes de la campaña, y ahí reúne a diez congresistas, liberales, de la U y conservadores, entre otros. Tres asistentes a la reunión le confirman a La Silla Vacía que “los reunieron para ajustarlos”, es el término que utilizan. En qué consiste “ajustarlos”. En decirles, ustedes nos tienen que garantizar los mismos votos que pusieron al Senado. Digan qué necesitan para poder lograr que ese ajuste se dé, o sea, para conseguir el millón de votos que no les habían aparecido en la primera vuelta.

 

Con el mismo criterio Vargas Lleras hizo días después una reunión semejante en Cartagena. Y en el caso de Cartagena, añade La Silla Vacía, Vargas les preguntó a los asistentes, y qué hace falta aquí para que ganemos. Le contestan que se necesita más plata y ponen una cuota de 300 mil votos en Bolívar, a 10 mil pesos voto, para poder entusiasmar a los electores, lo que da 3 mil millones de pesos. El lío, cuenta La Silla Vacía, era que no les aparecían sino 1.500 millones. Entonces con unos contratistas se consiguieron más, con unos alcaldes otros 500 y ahí sí terminó cerrando la cuenta.

 

Parecido se hizo en Córdoba y Sucre, según tres fuentes. Allí también les doblaron la plata que les habían dado en la primera vuelta. Uno de los que recibieron dinero le refirió a La Silla Vacía: “La plata la llevaban en bolsa, en maletines, en lo que fuera, pero la llevaban”. ¿Y saben ustedes quién la llevaba? Lo aclaran cinco de los testigos que estuvieron allí. La llevaba Luis Miguel Pico, después viceministro de Agricultura y hoy investigado por los sobornos de Odebrecht.

 

¿Y saben ustedes quién fue el otro gran recaudador de fondos para la campaña de Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras? ¡Néstor Humberto Martínez Neira! Dicho por La Silla Vacía sin que él lo haya refutado. A él le tocó sablear a los cacaos para que la plata rindiera. Esas son las acusaciones que están aquí sobre el tapete.

 

Es la manera como se logra el triunfo que favoreció a Santos y al vicepresidente. Si Vargas Lleras hubiera perdido, no sería hoy nadie en política. Y el doctor Néstor Humberto Martínez no sería hoy Fiscal General de la Nación. Todas estas son las anomalías que tendrá que esclarecer la Justicia con toda seriedad y con todo rigor. ¿Pero quién las va a esclarecer? Serían ustedes capaces de imaginar que después de este debate, Martínez Neira reúna a sus jefes de Fiscalía para ordenarles de manera tajante, me van a investigar, señores, cómo fue lo de Germán Vargas, me traen los datos, me confirman las investigaciones que hizo La Silla Vacía. ¿Será eso lo que va a suceder? ¿Es lo que va a hacer usted, doctor Néstor Humberto Martínez, apenas termine este debate? Ni se lo imaginen.

 

Sobre el fiscal Moreno, el magistrado Bustos y Martínez Neira

 

Pasemos al caso de Moreno, de Bustos y de Néstor Humberto Martínez. En qué consiste. El doctor Martínez Neira nombra de Fiscal Anticorrupción a un personaje que resultó ser un corrupto redomado, al señor Luis Gustavo Moreno. Una vergüenza mundial que el país tenga un fiscal general que nombre de fiscal anticorrupción a un corrupto redomado. No sucede sino en Colombia. Y que después no pase nada, porque aquí no ha pasado nada, fuera de perseguir a unos cuantos peces de segunda categoría. Este es el primer hecho, y se supo porque la DEA le dio dedo, o si no, tampoco se sabría.

 

Al mismo tiempo hay otro hecho que va paralelo. Es el caso del doctor Leonidas Bustos, también involucrado con Moreno en decisiones amañadas, tramposas, y en las que hay de por medio sobornos y cohechos. Cómo es la relación de Leonidas Bustos y el Fiscal Néstor Humberto Martínez, y enfatizó en Martínez Neira porque es él quien debe investigar, ese es el lío que tenemos. Cuál es la relación de Bustos con el Fiscal Néstor Humberto Martínez. Todo el mundo lo dice, es vox populi, se sabe, está demostrado, que fue Bustos el jefe de la campaña en la Corte Suprema de Justicia para elegir a Néstor Humberto Martínez Neira. Se conoce incluso que Bustos intentó cambiar el quórum para poder elegir a Néstor Humberto Martínez con menos votos, pues le faltaba nombrar a no sé cuántos en la Corte Suprema. Son de un descaro increíble. Después, en un solo día, y con la ayuda de Néstor Humberto Martínez, Bustos logra elegir a los siete magistrados que faltaban. Lo que no habían podido hacer durante meses lo hicieron en un momento para darle gusto a Néstor Humberto Martínez Neira. Noticias Uno ha comentado que parte del arreglo para ese nombramiento fue nombrarle a varios de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia fiscales delegados ante la Corte por cuenta de Néstor Humberto Martínez.

 

Lo otro que hay que señalar es que Moreno, de acuerdo con las investigaciones y los informes que llegan del exterior, tiene una relación corrupta con Leonidas Bustos y con otros magistrados de la Corte Suprema. Cuál es el lío que tenemos. Que la información nos llega porque la DEA la filtra. Y la información que filtra la DEA la filtra a su vez, con retoques, la Fiscalía General de la Nación. Y les llega a los medios, que a su vez filtran el pedacito que quieren filtrar y además titulan como quieren. Eso es a la carta. Le mandé una carta a la Fiscalía norteamericana y les mandé otra a los medios de comunicación en que les pedía que por favor entregaran toda la información para este debate, para poder saber cuál es la verdad completa y no pedacitos de verdad. Bueno, no tuvieron la gentileza ni de responderme. Nada. Parte del lío que tenemos para esclarecer la verdad es que aquí hay grandes poderes que van entregando a cuentagotas solo lo que desean que se sepa. Y uno de esos poderes se llama Néstor Humberto Martínez Neira, además de los otros ya mencionados.

 

En qué consiste el juego corrupto de que sindican a Moreno y a Bustos y a otros magistrados. En absolver en la Corte a importantes dirigentes, muchos de ellos políticos de la vida nacional, gente acusada de parapolítica, por ejemplo, y allí, mediante pagos subrepticios a Moreno y a Bustos, logran que los absuelvan. Y si no pagan y si no actúan de acuerdo con los designios de estos personajes, se van para la cárcel. Son en buena medida trucos de testigos falsos, así los llamó Moreno en un libro. El lío que tenemos es que no se sabe cuándo es falso el testigo, si cuando acusa o cuando se retracta.

 

Y aparecen nombres. Podría mencionar apenas los que han citado los medios de comunicación. Luis Alfredo Ramos, ex senador; Hernán Andrade, senador; Musa Besaile, Zulema Jattin, Álvaro Ashton. Y hago una pregunta. ¿Quién los echó a la guerra? ¿Pinilla, el socio de Moreno? ¿Los medios de comunicación? Y ojo con esto, El Tiempo del domingo dice que Bustos enterró mediante archivo 42 expedientes. También se debería revisar. Le pido formalmente a la Corte Suprema de Justicia que reabra los casos respectivos. No todos, sino aquellos en que se configuren dos situaciones: que tengan que ver con Bustos, Ricaurte, Malo y Moreno, los magistrados involucrados, y que tengan falsos testigos. Porque este es el modus operandi que se reconoce.

 

Hay un acusado distinguidísimo relacionado con las decisiones de Bustos, pero que nadie menciona, ni siquiera El Tiempo del domingo. Los paramilitares amigos de Martín Llanos señalaron que, en las elecciones de 2002, ellos le colaboraron a Germán Vargas en su campaña de ese año. Pues bien, la Corte Suprema de Justicia le abrió investigación a Germán Vargas Lleras el 17 de julio de 2012. ¿Saben ustedes cuándo la archivaron? El 22 de mayo de 2013, diez meses después. Esta sí es la absolución exprés más rápida que haya visto la Corte Suprema de Justicia en la historia. Todos sabemos que ahí nada se demora menos de cinco, diez o más años. Y aquí en apenas diez meses dejan limpio al doctor Vargas. ¿Quién lo deja limpio? Lo eximió de culpa nada menos que el doctor Leonidas Bustos, cuya magistrada auxiliar, Luz Mábel Parra, resultó ser cercana a Cambio Radical y cercana a Néstor Humberto Martínez. Ahí se va juntando todo.

 

Veamos el caso de la doctora Luz Mábel Parra. Ella estuvo en el cargo hasta el año pasado. De ahí salió, con problemas, para el equipo de la Fiscalía General de la Nación. Ella es nombrada por Néstor Humberto Martínez como Fiscal Delegada ante la Corte. Y ella tuvo negocios con Moreno. Luz Mábel Parra se conoce con Moreno, han sido socios en negocios de algún congresista de esta corporación. Y hoy está siendo investigada por la Corte Suprema de Justicia a raíz de estas irregularidades. Y la semana pasada, en septiembre, tuvo que renunciar a la Fiscalía superada por el escándalo que se estaba destapando.

 

¿Cómo llegó el Fiscal Moreno a Fiscal Anticorrupción? Luz Mábel Parra, la compañera de oficina de Bustos, estuvo casada con Gerardo Torres, “Yayo”, socio en procesos con Luis Gustavo Moreno. Y “Yayo” fue asistente del doctor Germán Varón Cotrino, o sea, un hombre de Cambio Radical, pero renunció al cargo por todos estos escándalos. “Yayo” es tan cercano del doctor Germán Vargas Lleras, que uno de los perros del doctor Vargas fue regalo suyo.

 

Gustavo Moreno es también de Cambio Radical. Fue candidato de Cambio Radical a la Personería de Bogotá. Un hermano suyo fue candidato a edil de Cambio Radical en Chapinero y por ahí circula la foto del doctor Germán Varón Cotrino con Peñalosa promoviendo esa campaña. Moreno fue además asistente de Hernando Padauí, congresista de Cambio Radical en la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Y “Yayo”, según los medios, es cercano a Enrique Vargas Lleras. De allá viene entonces el señor Moreno. De nuevo todo ajusta como en un rompecabezas.

 

¿Por qué lo nombra Néstor Humberto Martínez? Martínez Neira no ha dado la cara para esclarecerlo. No ha permitido una sola rueda de prensa en que se le pueda inquirir qué fue lo que pasó. No. Lo suyo son declaraciones a las volandas. Y el único cuento que ha echado es que nombró a Moreno porque era un gran académico. ¡Paja! En mi oficina investigamos lo que no investigó Martínez Neira. No es doctorado, como él lo afirma en un libro que publicó. Intentó varios postgrados y apenas aprobó unos y dejó los demás sin terminar. Hay una manipulación informativa. En el libro que le han cacareado tanto, las dos terceras partes no son de derecho, sino de entrevistas y crónicas con personajes de la vida nacional. Su esposa estuvo en la cárcel por narcotráfico.

 

Nada de esto lo supo Néstor Humberto Martínez. Moreno fue capaz de hacer unos lanzamientos ostentosos en el Hotel Santa Clara, en Cartagena, con gusto de mafioso, para promoverse o promover sus negocios. Y eran vox pópuli sus andanzas, sobre las que tampoco sabía nada Martínez Neira. Si ustedes preguntan por él en los medios de la justicia, les van a decir que este personaje ya era sospechoso entre ellos. Informó Caracol, en junio 28 de 2017, que varios fiscales y el magistrado Barceló le advirtieron a Néstor Humberto Martínez quién era el personaje. Pero además, Moreno había estado en la propia Fiscalía General de la Nación contratado por Montealegre. Revela este: “Terminamos el contrato por mutuo acuerdo, pero por orden mía” y agrega que lo sacó porque llevaba asuntos en la Fiscalía que le creaban “conflicto de intereses”, o sea, estaba procediendo de manera indebida. De esto tampoco supo nada Martínez Neira. Nadie en la propia Fiscalía fue capaz de saber que Moreno había sido sacado de allí por procedimientos indebidos. Pedía Bustos no hace mucho investigar por qué Martínez Neira nombró a Moreno en la Fiscalía General de la Nación.

 

En conclusión, Martínez Neira no tiene sino dos posibilidades. O nombró a Moreno en un acto de clientelismo judicial y político para favorecer a Bustos y a los amigos de Bustos en la Corte Suprema de Justicia y para favorecer a Cambio Radical, un acto de irresponsabilidad inaudita, de negligencia inaceptable, que en cualquier otro país del mundo le habría costado la cabeza. O más grave aún, es parte del negocio y parte del Cartel de las Togas. Es lo que se debería investigar. Aquí no puede haber colombiano al que no se investigue, porque son muchas las relaciones establecidas entre Néstor Humberto Martínez Neira y los personajes aquí involucrados en tantos escándalos.

 

Coger a Néstor Humberto Martínez en una verdad es bien difícil. Aduce él que Moreno nada tuvo que ver con Odebrecht. Pues miente, me toca decirle a usted, doctor Martínez Neira. No es cierto. Lo comprueba un video de Noticias Uno. Aparece en él un Fiscal asistiendo a la audiencia con Otto Bula y el mismo funcionario informa que está allí destacado por el doctor Luis Gustavo Moreno. O sea, el doctor Moreno sí tiene que ver con los asuntos de Odebrecht. En marzo 29, una funcionaria de la Fiscalía le responde una petición a una funcionaria de la Corte Suprema de Justicia sobre Bula y García Morales, y agrega que la petición “fue enviada al señor Luis Gustavo Moreno”. O sea que Moreno sí estaba en las investigaciones a Odebrecht. Y tengo un documento en el que aparece Francisco José Cintura, abogado de Episol, que es el Grupo Aval en el escándalo de Odebrecht. Se trata de una carta dirigida a Luis Gustavo Moreno, director de la Unidad Anticorrupción, en la que le hace cualquier petición. Lo que demuestra que Néstor Humberto Martínez Neira falta a la verdad cuando dice que Moreno nada tenía que ver con el caso de corrupción de Odebrecht. En resumen, acusaremos a Néstor Humberto Martínez Neira por el caso Moreno y por el caso Bustos.

 

¿Quién va a ir hasta el fondo con las investigaciones?

 

¿Quién le va a aclarar a Colombia qué ocurrió, el Consejo Nacional Electoral, que no ha movido un dedo y tiene inmensas limitaciones? ¿Néstor Humberto Martínez, que por donde se mueva se toca, o con el Grupo Aval, o con Odebrecht? En los bolsillos del Fiscal Martínez Neira suena la plata de los contratos de la Ruta del Sol y de los contratos de Navelena. ¿Qué garantía de imparcialidad puede darnos este personaje? Absolutamente ninguna. En otro país ya le habrían abierto investigación por los casos de Moreno y de Bustos. Sus impedimentos son absolutamente notorios. Y por si fuera poco, recaudó fondos para la campaña presidencial de Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras.

 

Martínez Neira era el Fiscal perfecto para atajar el escándalo de Odebrecht. Yo aquí me ratifico en la idea de que lo nombran Fiscal es buscando atender del maretaje de Odebrecht que se cernía sobre la nación colombiana, una oleada que iba tocar inevitablemente a Juan Manuel Santos, a Germán Vargas Lleras y al Grupo Aval, al propio Luis Carlos Sarmiento Angulo. Entonces pusieron ahí al Fiscal perfecto, ninguno más perfecto que este para atender el caso. Y además está en la campaña para elegir a Germán Vargas Lleras. Todos sabemos que es así. Y es vox populi que está en la campaña para elegirse él en el 2022. Ese es el Fiscal que tiene Colombia. Un cuadro de Cambio Radical, un jefe de Cambio Radical. Entonces, ¿quién va por la verdad total, no por los pedacitos de verdad?

 

¿Y por qué sigue de Fiscal? Es probablemente la parte más importante de este debate. En qué país del mundo podría ser Fiscal una persona con este grado de impedimentos y compromisos contrarios a la neutralidad, principal garantía de una buena justicia. Es simple. Porque políticamente hablando lo sostiene Juan Manuel Santos, a quien protege; lo sostiene Germán Vargas Lleras, por razones obvias; lo sostiene Luis Carlos Sarmiento Angulo, y es llamativo que lo sostiene también el senador Álvaro Uribe. Es notorio que el Centro Democrático no le ha hecho una sola crítica a esta Fiscalía, no le ha hecho ningún debate, no lo ha controvertido en nada, es absolutamente obvio, lo están respaldando. Las razones tendrán que darlas ellos, pero que las den, que le expliquen al país por qué están ayudando en acuerdo con el gobierno nacional a sostener políticamente al doctor Néstor Humberto Martínez Neira.

 

Aquí lo que hay es un pacto de impunidad, un pacto para que no se vaya al fondo ni en el caso de Odebrecht ni el caso de Moreno ni el caso de Bustos ni en ninguno de los demás. Es la historia de la corrupción en Colombia. Jamás van al fondo del asunto. Fritan un par de peces de menor cuantía, se los tiran a la galería y con eso terminan resolviendo las cosas.

 

No termino sin mencionar que el doctor Néstor Humberto Martínez Neira está en campaña, es un cuadro de Cambio Radical. Y hay denuncias graves, hechas por la senadora Claudia López, pero menciono un solo caso. Ustedes se acuerdan de que hace unos meses, por orden de la Fiscalía, se capturó al alcalde de Montería. Lo tuvieron que soltar a los dos o tres días porque, según entiendo, no había pruebas suficientes. Bueno, dice La Silla Vacía que ahora la fuerza política de ese alcalde, que no es de Cambio Radical, le está recogiendo firmas a la campaña de Germán Vargas Lleras. Inaceptable. Aquí ante lo que estamos es ante una candidatura que pone a los jefes políticos, muertos de miedo ante el Fiscal –porque aquí la clase política le teme al Fiscal, no lo respeta, le teme–, a escoger entre un proceso penal o el apoyo a un candidato. Son asuntos por completo inaceptables.

 

Por todo lo anterior les digo a los colombianos: si queremos la verdad total, si queremos la justicia total, nosotros con Claudia López hemos tomado la determinación de acusar a Néstor Humberto Martínez Neira por el caso de Moreno-Bustos. La justicia debe investigar, así sea una justicia que no funcione, pero debe investigar las relaciones entre Néstor Humberto Martínez y el caso de Moreno-Bustos.

 

Néstor Humberto Martínez debe salir de la Fiscalía. Que se defienda como un ciudadano, como se deben defender todos en este país.

 

Llamar a Santos, a Uribe, a Vargas y a Luis Carlos Sarmiento Angulo a que no lo sostengan más. Le están haciendo un daño inmenso a este país. Es un vergüenza mundial, es un descrédito para los colombianos, es un descredito para la Justicia. Aquí no hay garantía de nada, el mensaje que le están mandando al pueblo es que la justicia es solo para los de ruana. Es absolutamente inaceptable. No funcionen más con la idea tan repudiable de “ustedes no saben quiénes somos y aquí hacemos lo que se nos dé la gana”. No. Así están destruyendo a este país.

 

Y vamos a pedirle a la Corte Suprema de Justicia que le reabra la investigación al doctor Germán Vargas Lleras a ver qué fue lo que pasó con Bustos y con Luz Mábel Parra. Que se establezca con precisión qué fue lo que ocurrió.

 

Ante el hecho de que no estamos teniendo cumplida justicia en Colombia, hemos tomado la decisión con la senadora Claudia López de irnos con este caso para el Consejo Interamericano de Derechos Humanos, llevarlo a la justicia internacional. Porque si en Colombia no hay justicia, nosotros tenemos el derecho de acudir a una instancia diferente donde se nos den las mínimas garantías de que se va a investigar con el rigor necesario.

 

Colombianos, no al pacto de impunidad que se nos quiere imponer.

 

Este debate no es un lamento mío. Es una lucha. Una lucha contra la corrupción, contra la impunidad, contra una corrupción que está destruyendo a este país. Colombianos, toca luchar, toca movilizarnos, toca derrotar la corrupción.

 

A modo de conclusión

 

Empiezo diciendo que miente descaradamente quién diga o insinúe que yo le hice la campaña al presidente Juan Manuel Santos en el 2014. Miente quien lo diga o lo insinúe, así sea con frasecillas almibaradas.

 

Aquí se ha montado un relato, curiosamente, en las intervenciones de la Unidad Nacional, del Centro Democrático y de Cambio Radical, y es el de que aquí no se dijo nada. El que haya llegado a este debate después de la intervención de la senadora López y de la mía, pensará que aquí no se dijo nada de corrupción, ni nada de Odebrecht, ni nada del Fiscal, ni nada de Bustos y eso no es cierto. Colombianos, no se dejen engañar. Los que llegaron temprano a este debate saben que es una falacia.

 

Aquí denunciamos que a la campaña de Santos de 2014 le había entrado plata de Odebrecht y eso está probado. Y dijimos que la campaña de Oscar Iván Zuluaga había sido acusada de plata de Odebrecht, acusación también probada. Denunció el señor Duda Mendoza ante la justicia brasileña de que entró plata a esa campaña.

 

Y además está probado que un soborno grande de Odebrecht se pagó en el gobierno de Álvaro Uribe. Y otro soborno grande o varios se pagaron en el gobierno de Juan Manuel Santos. Esos son hechos, y los mencionamos. Y mencionamos que hubo actos indebidos y corruptos en Navelena-Odebrecht. Y que hay corrupción en el primer contrato y en el segundo contrato de la Ruta del Sol. Todo eso lo dijimos. Y que hay acusación de soborno, y ahí Melo está en la cárcel por haber pagado como socio de Odebrecht. El proceso está andando, pero ese es un hecho.

 

Y está la acusación de que hubo sobornos por 4 mil millones de pesos en el contrato de estabilidad jurídica. Y también dije hoy que hay una acusación en contra de la alcaldía de Samuel Moreno por el caso de Odebrecht en Canoas.

 

Pero además también dije que en todos estos casos está untado el doctor Néstor Humberto Martínez Neira, Fiscal General de la Nación, contratista de Odebrecht en Navelena, contratista de Odebrecht en la Ruta del Sol, viejo contratista de Luis Carlos Sarmiento Angulo. Entonces no pueden decir que aquí no se dijo nada.

 

Y también dije que La Silla Vacía acusa a Germán Vargas de haber sido quien se encargó de distribuir parte de la plata de la campaña de Santos en la segunda vuelta en el 2014. Y también dije que el señor Leonidas Bustos absolvió en un cargo de parapolítica a Germán Vargas Lleras. Son hechos demostrados. Se podrá discutir la interpretación, pero todo eso se dijo.

 

Y dije que el fiscal anticorrupción corrupto, Luis Gustavo Moreno, era de Cambio Radical. Y dimos una serie de pruebas. Y dijimos que Bustos fue quien se encargó de elegir como Fiscal a Néstor Humberto Martínez. Y sobre el hecho hay bastantes pruebas.

 

Y dije también que Néstor Humberto Martínez no es garantía de investigación y que por eso vamos a llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y que vamos a acusar a Néstor Humberto Martínez de ser del Cartel de las Togas. Y que vamos a pedir que se reabra la investigación de Germán Vargas Lleras.

 

Y también dije que lamento que haya un pacto de impunidad sosteniendo a Néstor Humberto Martínez. Pacto de impunidad en el que están la Unidad Nacional, el Centro Democrático y Luis Carlos Sarmiento Angulo, y Germán Vargas Lleras, si es que ya no es de la Unidad Nacional. Esos lo dijimos. Entonces no nos digan que aquí no se habló del problema de corrupción.

 

Ahora, que no hablamos en los términos que ustedes quieren, lo admito. Pero de eso se trata el debate. De hacer severas acusaciones, con pruebas en la mano sobre todo lo que se dice que aquí no ocurrió.