Muy buenas noches. Es un orgullo estar con ustedes. María E, Germán, Jorge, tocayo Sergio, Álvaro, a toda la familia, Robledo… A todos ustedes, mi gratitud por el cariño, el aprecio. Quiero empezar diciendo que en estos días que hemos estado juntos, desde el 20 de diciembre, cuando empezamos en la Plaza de Bolívar, he tenido la oportunidad de recorrer a Colombia con Jorge Enrique, de conocer a los candidatos del Polo Democrático por todo nuestro territorio y de ver esos rostros orgullosos, con su chaqueta amarilla, con sus banderas amarillas; esas voces de la gente sencilla, como dice Robledo, de los campesinos, de los obreros, de la gente que no tiene voz. Están muy bien representados.
Hace un año era impensable que yo estuviera acá, y aquí estamos. Yo empecé hace 18 años a participar en política, en mi tierra, en Medellín, después de vivir 25 años en Bogotá, donde era profesor titular de matemáticas en la Universidad de los Andes y profesor en la Universidad Nacional, y nos atrevimos a participar en política a la tierna edad de 43 años, eso hace ya 18 años. Y empezamos a participar porque nos atrevimos a enfrentar a los poderes que siempre nos habían manejado, en mi ciudad, en mi tierra, en mi casa, en Medellín, y lo hicimos a pie, y demostramos cómo se puede convocar a toda una sociedad por fuera de las estructuras políticas tradicionales, cómo fuimos capaces de convocar a las organizaciones sociales, a las ONG, a la Academia, a los empresarios, al mundo de la cultura, y construimos un movimiento cívico independiente alternativo, y demostramos que se podían encontrar las voces, que se podían escuchar las voces, nos podíamos atrever a darle sentido a las palabras decencia, transparencia, dignidad, y le apostamos a la transformación de la ciudad. Y por eso estoy yo aquí en representación de todas esas personas que nos atrevimos a participar en política.
Parece que fue ayer, 18 años, y nos atrevimos. Y seguimos caminando. Y me alegra la vida que nos hayamos encontrado en este momento. Y nos estamos encontrando en un momento de nuestro país donde tenemos una Colombia adolorida, indignada, con un malestar muy profundo por todo nuestro territorio. Por toda Colombia hay un gran malestar, en los términos más elementales de todo. Se llenó la taza. Faltaba una gota, que era Odebrecht. Sobre toda esa estructura de polarización de ese desgaste de lo que han sido los anteriores gobiernos, con eso que significó perder el acuerdo de paz, lo que significo no poderle explicar a Colombia por qué es indignante que nosotros no hayamos votado por el sí, porque tendría que haber ganado el sí si hubiéramos hecho la pedagogía para la paz, para que todas y cada una de las personas de nuestro país, de Colombia, entienda qué significa construir la paz y por qué es necesaria para poder avanzar en nuestra transformación.
Sobre todo ese malestar montado, está el malestar de la indignación, por Odebrecht. Jorge Robledo, antes de cruzar nosotros la primera palabra, había hecho desde el Senado los debates mostrando lo que significa la corrupción. Ese malestar está en toda Colombia, y es una mezcla en un país acostumbrado, profesor Germán Navas, a estar siempre arriba en la clasificación de los países más felices. Hoy Colombia no es un país feliz. Colombia es un país que está dolido, indignado, agraviado, amargado en muchas partes. Y el reto político entonces es el que tenemos nosotros en este preciso momento. Es en esta hora, cuando se llena la taza, que cambian las sociedades.
Este es el momento de nosotros y nuestro reto político es cómo vamos a tramitar ese malestar. Colombia va a cambiar. Como dice Robledo, “no vamos a seguir con los mismos con las mismas”, de eso no tengan la menor duda. Pero, cómo va a cambiar Colombia. Y el reto político es precisamente ese, y ese es el sentido de nuestra Coalición y lo que hemos venido construyendo. Hay dos alternativas. Tenemos que cuidar a nuestro país, a Colombia hay que cuidarla. Y qué significa eso, qué quiero decir con eso. En nuestra historia, cuando se ha llenado la taza, ese malestar profundo que llega por todos los territorios, habitualmente se ha convertido en una polarización y se ha convertido en miedo, rabia, odio, deseos de venganza, agresión. Y por ese camino la historia nos ha mostrado a nosotros que siempre, siempre, terminamos en otro capítulo de la violencia.
El reto político que nosotros tenemos hoy, y que es el que enfrenta y asume esta Coalición que hemos venido construyendo, y ya les voy a decir dos palabras acerca de nuestra Coalición, es apostarle a la reconciliación en Colombia. Y la reconciliación no se hace con rabia, la paz no se construye con rabia, la paz no se construye desde otras trincheras, nosotros nos merecemos la oportunidad de darle sentido a la palabra dignidad para transformarnos como sociedad.
Y en esta Coalición nos hemos encontrado, después de un trabajo arduo, con la Alianza Verde, en cabeza de Claudia López, quien ha sido una persona artífice de que podamos a construir esta Coalición, con Jorge Robledo, en cabeza de todos ustedes. En esta Coalición dimos un primer paso muy importante para la transformación de Colombia y para reconciliarnos, algo que es la tarea pendiente de nuestro país, aprender, en primera instancia, a ser diferentes sin ser enemigos, eso es muy simple, es muy fácil de decir y es muy profundo lo que tenemos que hacer nosotros. Para reconciliarnos tenemos que aprender a ser diferentes sin ser enemigos. Y nosotros avanzamos y entendemos que tenemos diferencias, de eso no tengan la menor duda, pero nosotros hemos hecho un esfuerzo adicional, y ese es el sentido de esta Coalición, deponer esas diferencias, entenderlas, respetarlas, que seguirán vigentes, pero hacer un esfuerzo muy grande por construir un terreno donde nos podamos encontrar para construir.
Y eso es lo que significan las bases programáticas que discutimos, trabajamos y que son los cimientos para las propuestas y la forma como vamos a conducir a nuestro país. Ese es un esfuerzo extraordinario que estamos haciendo. Eso nos da a nosotros la autoridad para decir que nos vamos a reconciliar, porque como decimos con Jorge, por todas partes, con todos sus compañeros, por todo el territorio colombiano, nosotros estamos convocando a toda Colombia. No es solamente convocarnos entre nosotros, ahora lo estaban diciendo, los votos acá ya están, sino convocando a toda Colombia, de todos los partidos, de todas las condiciones, para construir nuestro país, esa es la revolución. Ser capaces de encontrarnos nosotros para construir y de romper una cantidad de muros que nos separan, encontrar un terreno conjunto para avanzar, porque a Colombia la tenemos que cuidar. No podemos caer en la trampa de la agresión, del miedo, de la rabia, del odio, porque eso termina en trincheras y siempre son los más humildes los que pagan los costos de las guerras en nuestra sociedad.
Y teniendo estas listas, teniendo nuestras bases programáticas, yo quiero hacer una breve reflexión sobre todo lo que significan esas bases programáticas, empezando por algo que es fundamental entender. Y que yo creo que la persona que mejor lo ha expresado en nuestro país hoy no está con nosotros. Era un amigo común, Carlos Gaviria Díaz. ¿Y por qué cito a Carlos Gaviria? Porque él le dio una dimensión extraordinaria a una palabra que está en la crisis profunda que nosotros vivimos, y se llama la ética. La ética es la forma como nosotros nos comportamos, la ética determina que la política tiene otra dimensión, la ética significa que no es el fin el que justifica los medios, que para nosotros la política, y esto es muy importante para que lo entendamos por el camino que estamos recorriendo y vamos a recorrer durante todo este tiempo, son los medios los que justifican el fin, la manera de cómo accedemos al poder determina cómo somos nosotros. Y lo que estamos construyendo va demostrando qué significa reconciliarnos y qué significa abrir el espacio para que nos podamos encontrar muchas personas. Ahí está la esencia de la transformación de la política. Porque los que pagan para llegar, llegan a robar. Y esa es la corrupción que nosotros padecemos en este país, que Robledo ha denunciado en tantas partes y ha demostrado que esa forma de llegar al poder siempre se ha convertido en corrupción, y la corrupción, como la violencia, siempre la pagan los más humildes con las oportunidades que deberían tener.
Hay una palabra que ustedes han usado recurrentemente, que nosotros usamos permanentemente y se llama dignidad. Y qué significa dignidad, para ponerlo en los términos más sencillos. Dignidad es que nosotros no nos le arrodillamos a nadie. Y qué significa eso. Los violentos nos han arrodillado una y otra vez por el poder de sus armas, porque nos da miedo y nos quitan la dignidad, nos arrodillan y nos someten. Y los corruptos nos han arrodillado una y otra vez, porque se roban los recursos y después quieren convertir esos recursos en limosnas siempre para los más humildes que se tienen que arrodillar para tener una oportunidad. Y nosotros de rodillas nunca. Y nos hemos enfrentado una y otra vez en esta sociedad, que nosotros sabemos y entendemos profundamente desigual, y la desigualdad es un muro que separa a los privilegiados de las personas, la inmensa mayoría, que necesitan las oportunidades, pero hay un muro que dice: por aquí no van a pasar, porque no están las puertas abiertas para que todos y cada uno de nosotros en Colombia tenga la oportunidad de vivir una vida digna. Y nosotros ni de rodillas ni enfrentados contra los muros vamos a transformar esta sociedad. Ese es nuestro propósito, tumbar los muros, pararnos, porque vamos a caminar, y vamos a caminar hacia el sentido de una sociedad justa donde los derechos no sean un simple enunciado, sino que sean un camino para alcanzar la libertad de todos y cada uno de nosotros. Por eso estamos en esta Coalición.
Y quiero empezar por lo que me tiene aquí como persona. Ya les conté de dónde vengo yo, yo escogí ser un profesor, yo nací de la parte de los privilegiados en nuestra sociedad. Yo nací en una familia y por el hecho de nacer en ella ya tenía todas las oportunidades. Y escogí ser un profesor, ser un matemático, ser un científico, y si volviera a nacer volvería a escoger ser un profesor. Y viniendo del mundo del privilegio, repito, estoy yo aquí hoy parado con ustedes en lo que era impensable hace un año, porque no tengo la menor duda de que es la educación la herramienta, la condición esencial para poder nosotros ser libres. Y eso significa y lo digo como maestro, como privilegiado, eso significa que nosotros tenemos que hacer de la educación el motor de la transformación social. En el mundo de la amargura, Sergio, tocayo, que viene del mundo de la educación y que ha representado la educación pública, en el mundo de la amargura la esperanza se construye, y estoy hablando de nuestra experiencia personal de 18 años, de haber sido alcalde de Medellín, la más educada, que era nuestra expresión, para retar a la sociedad, para aspirar a lo mejor, para construirnos una oportunidad, de gobernador de Antioquia, Antioquia la más educada, que era un reto que nos estábamos poniendo para una sociedad, para en lugar de estar mirando a los lados de la destrucción, de la corrupción, para apostarle a la inteligencia de la capacidad de todos nosotros, es la puesta por la educación pública como apuesta para transformar una sociedad, para construir una sociedad culta. Seguro que se puede.
Y nosotros hemos demostrado, porque yo estoy acá en representación de nuestro movimiento Compromiso Ciudadano, de esos que se burlaban de nosotros hace 18 años en la ciudad de Medellín, se burlaban de nosotros porque decían que sin tener plata para comprar votos, repartiendo volantes y caminando puerta por puerta, esquina por esquina, no era posible jamás llegar a derrotar a las maquinarias liberales y conservadoras que dominaban siempre la historia nuestra. Y nosotros fuimos capaces de hacerlo y en esa misma ciudad construimos la esperanza. Y la esperanza se construye cuando las personas, las comunidades, son reconocidas, son respetadas y se llaman a participar en la construcción de su transformación. Eso se llama empoderamiento y es la forma de transformación de esta sociedad, de reconstruir el tejido social, de darle sentido a la palabra dignidad, cuando todos y cada uno de nosotros somos protagonistas de nuestra transformación. Es un punto fundamental.
Lo que nosotros los maestros hacemos todos los días es sacar lo mejor de todas y cada una de las personas. Y los maestros en la política tenemos que sacar lo mejor cada día de nuestras comunidades. Y yo voy a ser el primer maestro presidente de este país, representando a esta Coalición Colombia, hablando de la educación pública y liderando la transformación.
Y lo demostramos, y por un segundo, hablo de qué significa, porque mucho se habla, pero somos unos cuantos los que hemos demostrado que se puede participar en política, se puede transformar, se puede perseverar, demostramos cómo hacemos de la educación pública el eje de la transformación de la ciudad de Medellín y del departamento de Antioquia. Y cómo le apostamos a la Universidad de Antioquia, la mayor riqueza que tiene mi tierra, la mayor riqueza que ha construido en toda su historia, que está asociada con la Universidad de Antioquia, el espacio de la dignidad por donde las personas entran por sus méritos y su capacidad, y la sociedad honra porque pasan por lo mejor que nosotros podemos ofrecerles a las personas, que es esa educación. Y nosotros construimos el programa de presupuesto participativo, y en los presupuestos participativos la educación fue el primer punto de la asignación de recursos libremente por las comunidades. Y construimos los espacios más extraordinarios, los parques bibliotecas, los colegios, los centros de emprendimiento social, los espacios para la cultura, el Parque de la Ciencia. Y todos abiertos para integrar una sociedad que estaba fragmentada, divida en pedazos, y los espacios más bellos para los más humildes, que se llama dignidad, no es cemento, sino dignidad, honrando a todos y cada uno de nuestras maestras y maestros como protagonistas de nuestra sociedad.
Y así lo hicimos con el programa masivo de becas construí desde las riquezas de Empresas Públicas de Medellín, una empresa pública de una sociedad, y construimos el programa masivo del Fondo de Becas EPM, que ya tiene más de 20 mil estudiantes de los estratos uno, dos y tres, para que nunca tuvieran un obstáculo para llegar a la universidad. Igual lo hicimos a través de todo el departamento de Antioquia, con la riqueza del departamento, la convertimos en riqueza social apostándole a la educación en todos los espacios.
Todo eso lo vamos a hacer en Colombia y mucho más. Y para cerrar este capítulo, digo la condición fundamental para hacer de la educación el motor de la transformación de la sociedad y es la dignidad de maestras y maestros. Eso lo voy a resumir en una frase. Colombia está del otro lado, nosotros habremos logrado y tenemos que seguir luchando hasta que esta frase sea cierta, que cada que nosotros digamos en Colombia: maestras o maestro, y esto diciendo maestra y maestro, porque la gran mayoría de las docentes en Colombia son maestras, y esa palabra hay que mencionarla y hay que hacerla explícita porque lo que no se reconoce no se ve, y no podemos seguir invisibilizando a las mujeres, Maria E. La frase es esta: cuando se diga maestra o maestro en Colombia, la expresión que tiene que sentir cada persona es admiración, una sociedad que admira a quienes estamos en el mundo de la educación, que es la mayor riqueza que puede tener esta sociedad.
Y vamos a pasar, vamos a pasar desde el desprecio por las maestras y maestros, así va a ser y se puede, porque lo hemos demostrado. Cuando yo empecé a hacer campaña en Medellín, hace ya 18 años, y la primera encuesta fue cero por ciento allá, que se reían y se burlaban de nosotros, hoy ya no se ríen ni se burlan de nosotros, nos tiene terror, porque saben qué significa llegar a gobernar y ser capaces de conectar y de transformar. Pero allá me decían, saben cómo me decían a mí en Medellín cuando empezamos a recorrer y repartir volantes, me decían el profesor bogotano. Porque yo soy profesor y porque viví 25 años acá. Porque mi hijo que está acá, nació acá. Y entonces me decían el profesor bogotano y se burlaban y me decían, me tenía que enfrentar el profesor contra un gerente, y era un bogotano contra un paisa, y fuera de eso yo soy hincha del Medellín y me contaba contra un hincha del Nacional. El profesor bogotano derrotó, con nuestro Movimiento, al gerente paisa. Y demostramos que la gente entiende todas las cosas, porque todas y cada una de las personas en Colombia tiene opinión. Y ese es el reto de nosotros y llegar a todos los rincones, movilizarnos, multiplicarnos para llevar este mensaje, porque no pagamos un peso por un voto, porque nadie en Colombia tiene precio, porque todos tenemos dignidad. Y a Mockus, en los debates con Santos, en ese entonces, le decía profesor, porque se lo estaba diciendo a la sociedad que nosotros no somos de una categoría inferior.
Por eso digo yo, Colombia cambia y nosotros somos el primer paso en esta dirección, el día que cuando se diga maestra y maestro, todos sintamos admiración y no desprecio, como han tratado de tener la educación en Colombia. Y dentro de toda esa educación y dentro de esa dignidad de maestras y maestros, que es el primer paso para la transformación que nosotros hemos honrado en todos y cada uno de los lugares donde hemos estado, todos los lugares que yo he visitado como gobernante siempre estaba con una maestra o un maestro a un lado, siempre iba al colegio, siempre iba a la Universidad, siempre a todos esos espacios donde se podía hacer visible, tangible lo que significábamos nosotros. Tenemos que pensar en el bienestar, porque la dignidad está asociada con bienestar, y con el bienestar de maestros y maestros.
Y aprovecho la oportunidad, porque una de las peores condiciones que tienen las maestras y los maestros dentro de los acuerdos que se han hecho, que deben respetarse, es la atención médica. Ese es un ejemplo de lo que significa la mayoría de las EPS en Colombia. Que no responden a las necesidades de las personas, empezando por los maestras y maestras, y esa es una conversación que hemos tenido con respecto a cómo vamos revisar ese funcionamiento de esas EPS, cómo vamos a tomar la salud pública para hacerla pública, cómo vamos a incorporar la red de hospitales públicos como el factor fundamental para atención de la salud en tantas personas y en tantos rincones de todo nuestro país.
Y hablando de salud y hablando del régimen de la seguridad social, tenemos que pasar a hablar también de las pensiones. Y entonces voy a empezar con la frase, Jorge: “Nosotros no vamos a subir la edad de las pensiones”. Voy a decir una frase muy breve que se la escuché a Jorge Robledo. Recuerdo que cuando se la escuché, estábamos en Medellín, en el Hotel Trip, cuando él decía: Sergio, es que en Colombia no puede pasar lo que me dice a mí una mujer que me encontré el otro día que me decía, doctor Robledo, fíjese cómo es la vida en nuestro país, yo soy muy joven para jubilarme y muy vieja para trabajar. Y el reto de nosotros tiene que ver con que de esas diez personas que están en edad de jubilación hoy en Colombia, y solamente dos tienen su pensión, que esas ocho personas, ese 80% que nos falta, tengan una pensión. Y eso pasa por algo que ha sido objetivo permanente, motivación permanente de ustedes en la lucha por la formalización, por el trabajo digno, por el trabajo en que se respeten los derechos de los trabajadores, se reconozcan los derechos que nos reclaman los acuerdos que nosotros hemos suscrito con la OIT, y que se pueda hablar de trabajo decente y de trabajo digno por todo nuestro país. Y eso significa entonces cómo vamos a fortalecer ese sistema público de pensiones, Colpensiones, como una base universal para que todas las personas en Colombia tengan un componente relacionado con esta universalidad y con ese derecho público. Y hacer ese esfuerzo extraordinario para que las inmensas mayorías, que no llegan a un salario mínimo, tengan la capacidad, con el apoyo del Estado, para que todas las personas eventualmente tengamos la posibilidad de jubilarnos en nuestro país y que por lo menos el salario mínimo sea un derecho para todos y todas en nuestro país.
Y dentro de ese contexto de la seguridad laboral, de la seguridad social, de la lucha contra la informalidad, de la creación de las condiciones para generar empleos dignos, nosotros tenemos que pasar a mirar el desarrollo productivo de nuestro país. Igualmente, en todos los momentos, en todas las conversaciones y está en las Bases Programáticas de nuestro programa construido por la Coalición, está la obligación de entender qué significan las micro, pequeñas y medianas empresas cuando estamos construyendo y hablando de desarrollo productivo. Y qué significa algo que ustedes han reiterado una y otra vez, que en cabeza de Robledo se escucha por todo nuestro país, qué significa el desarrollo productivo, qué significa el desarrollo industrial, qué significa la industria nacional, qué significa el mercado interno como una condición para ese desarrollo, qué significa dentro de ese mercado interno la posibilidad de trabajar para tantas personas, para atender muchas de nuestras necesidades, porque tenemos la capacidad con la organización de nuestra gente, de nuestras empresas, desde esas micro empresas y pequeñas empresas que son la base de la producción en nuestro país.
Y todo eso siempre está bajo un parámetro, ya señalado, y ahora ya lo señala todo el mundo, cómo vamos a revisar los Tratados de Libre Comercio. Mirando, entendiendo, y esa es una obligación que es parte de lo que debemos hacer en nuestro país, y que yo represento viniendo de los territorios, entendiendo que el desarrollo territorial es una obligación en nuestro país, que el país no es igual, que la riqueza de Colombia es la diversidad, pero tenemos que entender cada espacio de nuestro territorio para poder ver a los pequeños y medianos, a quienes no se escucha, los que no tienen voz, para trabajar con ellos, para construir las posibilidades que nosotros necesitamos, para romper todas esas barreras hacia el camino de la formalización, para ese trabajo decente que todas las personas merecen.
Y todo esto tiene un componente extraordinario. Para la transformación de ese desarrollo productivo, para hablar de productividad, para poder hablar de competitividad, para poder hablar de desarrollo territorial, nosotros tenemos que hacer de la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura el motor de la transformación. Las grandes riquezas que tiene Colombia son la biodiversidad, la riqueza de nuestros recursos naturales y el talento y la capacidad de nuestra gente por todo nuestro territorio. Y si miramos esa gran riqueza, entendemos un tema que nos une y que nos tiene que unir, porque si sabemos que esa riqueza de la biodiversidad, del medio ambiente, es riqueza prioritaria para nosotros, el desarrollo tiene que ser sostenible. Y nos encontramos en la lucha por los derechos de las personas que están en ese territorio, por esos pequeños campesinos, entendiendo qué significa el agua para nuestro desarrollo, entendiendo las zonas que tenemos que proteger, entendiendo, que es algo que conozco muy bien y que ustedes han abanderado, qué significa esa minería, entendiendo dónde está la minería informal que se tiene que formalizar, en fin, cómo construimos un camino para que cada quien pueda disfrutar de un espacio respetando el ambiente, pero sin pisotear sus derechos, por los proyectos de megaminería que están llegando a los espacios donde no tienen que llegar. Nosotros tenemos que respetar las consultas populares para que la gente se pueda expresar.
Si miramos desde esa perspectiva, entonces, sabemos que el desarrollo rural tiene que ser parte fundamental del desarrollo de nuestra sociedad. Tenemos que llevar a ese desarrollo rural y he tenido el gusto de estar con Jorge Robledo, con ustedes, con todos sus compañeros, repito, por todo el territorio, por Boyacá, en Nariño, en Cauca, donde están los pequeños campesinos, donde están los productores lecheros, donde están todos esos campesinos que han visto cómo sus productos han sido desplazados y no se les ha construido una oportunidad para poderse transformar y han sido relegados. Y esa voz es la que representa y la que se ha llamado la Dignidad Agropecuaria, que ustedes han construido. Esa voz la tenemos que oír en Colombia. Y precisamente la capacidad de llegar a los territorios, y estoy hablando de nuestra experiencia en el departamento de Antioquia, que tiene mucha potencia, mucha riqueza en muchos aspectos, pero que tiene todas las caras de las desigualdades sociales en nuestro país.
Y cómo se llega a los territorios y cómo se llega a las veredas y cómo se trabaja con esos pequeños campesinos, cómo se crean las asociaciones, cómo se crean las cooperativas, cómo tenemos que llegar con esa asistencia técnica que ha desaparecido del campo, cómo llegamos con las vías terciarias, cómo los conectamos con los grandes proyectos de infraestructura, cómo llevamos los créditos a esos lugares, cómo asociamos y cómo le apostamos a agregar valor desde allá para garantizarles el paso a los mercados produciendo con plena capacidad e incorporando el conocimiento para que esa gente nuestra, talentosa y con toda la capacidad, se pueda conectar con el mundo, con los mercados, y gozar de una vida digna en ese territorio. Y ser capaces nosotros de hablar, entonces, de seguridad alimentaria, de tener nosotros la capacidad para promover materias primas, para agregar valor y para avanzar en la transformación del desarrollo rural.
Ese es el sentido de la dignidad con el que hemos venido trabajando, es el sentido que representa Robledo en todas partes en nombre de todos ustedes. Y esa es una apuesta que nosotros tenemos que hacer como país, como sociedad, y nos tenemos que obligar a darnos la oportunidad y a darles la voz a los que no han tenido voz. Y que esta sea precisamente la razón por la cual, entre otras cosas, le estamos apostando a la paz. Si nosotros somos capaces de avanzar en esta paz y no retrocedemos con la trampa que nos están tendiendo, nosotros vamos a poder llegar a todo ese territorio. Y todos esos campesinos van a tener una voz y vamos a reconstruir o construir un tejido social en sitios que no existen o que no existían para el Estado colombiano. Y vamos a llegar a esas comunidades que no han tenido voz, que han carecido de oportunidades, donde está la pobreza más absoluta de toda nuestra Colombia, donde está la desigualdad más profunda, donde las personas pobres de los pobres en nuestra de la sociedad son las mujeres campesinas y esa dignidad la vamos a llevar y nosotros tenemos que llegar allá con la educación rural. Y cómo hacemos de la escuela el eje de la transformación, donde se junta la acción comunal, donde llegue la asistencia técnica, donde está la seguridad alimentaria, empezando por los niños y las niñas de las escuelas rurales, y cómo empezamos a construir las oportunidades para una cantidad de jóvenes que se nos han quedado por fuera del sistema, cómo avanzamos nosotros en la seguridad urbana acompañando a nuestros jóvenes, que son vulnerables, que se nos han quedado por fuera del sistema educativo, para avanzar en la transformación.
Nosotros sabemos construir la paz, nosotros queremos construir la paz, tenemos que llegar a todos esos territorios, tenemos que reconocer los rostros y las voces e incorporarlos en la reparación de nuestras víctimas en nuestro país. Nuestro reto es pasar todas las páginas de la destrucción, la destrucción de la guerra y la destrucción de la corrupción, para poder hablar de luchar contra las desigualdades y construir oportunidades en nuestro país. Y eso pasa por ser capaces nosotros de construir la paz en nuestro territorio, transformar nuestros comportamientos, darles sentido de la cultura ciudadana, de la convivencia, a la cultura ciudadana de la legalidad, para enfrentar desde la raíz los efectos perversos de haber vivido durante décadas con una violencia que ha permeado nuestra vida en diferentes formas, los efectos perversos de una corrupción que es la expresión máxima de la ilegalidad en todo nuestro territorio.
Quiero terminar porque debo salir ahora corriendo. Debería estar hoy en mi casa, pero no podía faltar a este evento, y quiero hablar de un señor, quiero hablar de Robledo. Y quiero hablar de Robledo, porque ocurra lo que ocurra en este mundo, yo ya tengo un nuevo amigo. Y ha sido para mí un orgullo pasar de verlo en los debates, de reconocerlo como lo reconoce nuestro país como el mejor senador de Colombia y poder compartir muchas horas en muchos lugares. Nosotros después de toda la gran riqueza que tenemos en ese mundo de la ética, en esa forma de hacer la política, la mayor riqueza que nosotros tenemos se llama: confianza. Eso es lo que nosotros necesitamos construir en nuestro país para poderlo transformar. Nosotros tenemos que ser la expresión de la confianza en Colombia, de que se respetan los principios, de que se respetan las ideas, de que se respetan las personas, de que somos capaces de ser diferentes sin ser enemigos. Pero la confianza no la regalan. Con plata nunca van a poder comprar confianza. A los que tienen precio se los van a encontrar, pero la diferencia la vamos a marcar las personas que tenemos principios, que somos coherentes, que somos consistentes y que con inspiración construimos la mayor riqueza, porque eso es lo que vamos a ganar estas elecciones, y se llama confianza.
Y estoy hablando de confianza en el capítulo final de mi intervención hablando de Robledo. Porque después de compartir todo este tiempo, después de verlo, yo le dije una vez, yo a usted lo había visto en la televisión y lo reconocía, pero tener la oportunidad de estar juntos, de ver a su Polo Democrático, de ver su vocación, su decisión, la energía incansable que tiene en todos y cada uno de los espacios, ese cariño por todos y cada uno de ustedes en todos los rincones de la gente sencilla, como dice él, esa forma de trabajar, esa forma de respetar a cada persona, esa forma de darle dignidad a los sueños que lo han inspirado toda la vida, para mí es una de las grandes riquezas y es un motivo para sentirme orgulloso de ser parte de esta Coalición, de estar con ustedes acá y de estar aquí acompañando a un señor que me ha enseñado a mí muchas cosas, con quien he descubierto muchas cosas, con quienes hemos construido muchas cosas.
Y no tengan la menor duda que votar por Robledo es votar por la dignidad, por la decencia, por el respeto. Votar por Robledo es votar por la política que nosotros necesitamos en nuestro país. Y pase lo que pase, repito, Jorge, a toda la familia, pues yo me siento muy orgulloso de tener un nuevo amigo, que además, con esto termino, tiene un muy buen sentido del humor, aunque no parezca.
Un abrazo muy grande para todos ustedes, muchísimas gracias. Y les pido que repitamos una frase que repetimos en todas las manifestaciones. Vamos a repetir. ¡Se puede! Esa es la frase de nuestra Coalición. ¡Se puede! ¡Se puede!
A ver el Polo que tiene esas banderas. ¡Se puede! ¡Se puede! ¡Se puede! ¡Se puede! ¡Se puede!
Con más fuerza. ¡Se puede! ¡Se puede! ¡Se puede! ¡Se puede!
Con el Polo ¡Se puede!
Con Robledo ¡Se puede!
Con la Coalición Colombia ¡Se puede!
Y con Fajardo ¡Se puede!
Sergio Fajado