La corrupción es plata que siempre sale del bolsillo de los colombianos y el saqueo en la Triple A no es la excepción.
La Triple A, la tercera empresa más im- portante de Colombia en servicios de acue- ducto, alcantarillado y aseo, ha sido saqueada. Se robaron 530 mil millones de pesos –en pe- sos de hoy–, plata que les sacaron en las fac- turas del agua a 2,8 millones de atlanticenses, a un costo por usuario de 189 mil pesos. Es el mayor robo en la historia del servicio público de agua en Colombia. La corrupción es plata que siempre sale del bolsillo de los colombianos y el saqueo en la Triple A no es la excepción.
Ya se supo quiénes han robado a los barranquilleros. El saqueo lo hizo una pandilla de ladrones de España y unos personajes de Barranquilla que hicieron pagar a los usuarios tarifas más altas. En un servicio con ingresos anuales de 540 mil millones de pesos y utilidades de más de setenta mil millones, la corrupción ha impedido que en la empresa se hayan podido hacer las inversiones re- queridas para una mejor atención a la ciudadanía.
Triple A nació de un servicio que era público, pero poco a poco fue asaltada por quienes convirtieron el agua, no en un derecho fundamental y en un servicio bueno en todos sus aspectos, sino en la caja que pagó campos de golf en España y vidas lujosas y mansiones en Europa y Barranquilla, todo con cargo al bolsillo de los usuarios. Sin afectar lo positivo que tenga la Triple A, debemos exigirles al alcalde y a los dirigentes de la ciudad recuperar para Barranquilla los ingresos y las ganancias de la empresa. Solo así podrán bajar las tari- fas y hacer las mejoras que el servicio necesita.