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Palabras del senador Jorge Enrique Robledo en la instalación del IV Congreso del Polo Democrático Alternativo

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Salón Rojo del Hotel Tequendama, 16 de mayo de 2015

Sobre la base de este exitoso IV Congreso, elegiremos a Clara López alcaldesa de Bogotá y derrotaremos a los juanmanueles en las presidenciales del 2018. Seguirá ahondándose la crisis del régimen. El Polo superó airosamente las dificultades y lo clave, haberle hecho oposición a Santos. El Polo estuvo presente en todas las luchas ciudadanas y la ciudadanía premió su consecuencia. Hacia una convergencia jamás imaginada. El Ideario de Unidad responde al interés de la nación y de las inmensas mayorías. No estamos por eliminar la propiedad privada. Sí a un proceso de paz negociado. El proceso de paz será exitoso si esas armas desaparecen y si quienes hoy las empuñan se puedan reintegrar a la vida civil con todas las garantías. Cuenten con que haré lo que sea necesario para eliminar todos los factores que nos pueden crear complicación en este proceso de unidad.

Empiezo por darle un saludo muy especial a Clara López, presidenta del Partido, y a toda la mesa directiva, un saludo a todas las delegaciones internacionales que nos honran con su presencia y, muy en especial, a la representación del pueblo palestino. Los saludo a todos ustedes, compañeros y compañeras, a todos sin excepción, pero especialmente a quienes no votaron por mí ni por mis listas en las elecciones pasadas.

A estas alturas, creo que ya tenemos claro que este va a ser un Congreso de Unidad y que se volvieron a quedar con los crespos hechos quienes, desde distintos ángulos, le apostaron a que el Polo no iba a salir férreamente unificado de este evento. Estoy convencido de que mañana vamos a votar por unanimidad o por mayorías muy largas los documentos fundamentales, que van a enviarle el mensaje al país de que en el Polo ha habido debates, sí, pero que el Polo, realmente, nunca estuvo dividido en el sentido estricto de la palabra y que vamos a salir de este Congreso más unidos. Los documentos confirman y explican nuestra oposición al gobierno de Juan Manuel Santos, nuestras inmensas diferencias con el Centro Democrático y nuestro rechazo al modelo económico hoy vigente para plantear otro radicalmente distinto; hay también un documento sobre el proceso de paz, proceso que valoramos y hemos defendido desde siempre; hay documentos que señalan cómo vamos a hacer las cosas en las elecciones de final del año y en las del 2018. Creo que sobre esos temas vamos a generar consensos o situaciones muy parecidas. Y en un tono cordial y unitario vamos a enviarle a Colombia este mensaje de férrea unidad de nuestro Partido.

Así las cosas, mañana vamos a estar celebrando ante el país el gran éxito de nuestro Partido y reafirmando la unidad, que nos va a permitir ganar muchos espacios en las elecciones de octubre. Una unidad, además, que nos va a permitir generar un impresionante golpe de opinión, porque vamos a elegir a Clara López alcaldesa de Bogotá. Y sobre el éxito de este Congreso y sobre el éxito de las elecciones de final del año, vamos a empezar a crear las condiciones, compañeras y compañeros, para derrotar a los juanmanueles y ganar la Presidencia de la República en el 2018.

Seguirá ahondándose la crisis del régimen

El 2018 puede ser un año decisivo por muchas razones. La primera, la crisis del régimen será profunda, no abriguen ustedes la menor duda. El barco en el que ellos van está haciendo agua por todos los costados. Para esa fecha también se habrá confirmado nuevamente el rotundo fracaso del neoliberalismo y del modelo de libre comercio. Todas nuestras advertencias se habrán cumplido, porque se están cumpliendo desde ya. Y seremos los únicos que tendremos la autoridad moral para proponerle una salida al pueblo colombiano. Además, las luchas sociales habrán crecido como nunca en estos próximos años, y estoy convencido de que en ellas, como lo hemos hecho desde siempre, el Polo Democrático Alternativo estará participando con todo entusiasmo. Ojalá para esa fecha, y esto lo digo con toda sinceridad y convencimiento, el proceso de paz que se adelanta en La Habana, y otros procesos que puedan adelantarse con otros sectores alzados en armas, hayan culminado cabal y positivamente.

Y para el 2018, el Polo habrá sido capaz de constituir, porque es posible, una gran convergencia nacional, una gran unidad incluso superior a todo lo que nos hemos soñado, una gran unidad que sea capaz no sólo de sacar una excelente votación como las que hemos venido sacando, sino que sea capaz también de derrotar cualquier opción que los juanmanueles se atrevan a atravesar en nuestro camino.

El Polo superó airosamente las dificultades

Analicemos algunos hechos que vale la pena comentar. En primer término, hagamos un balance de las decisiones del III Congreso del Polo, celebrado en el 2012. Los hechos, compañeros y compañeras, comprobaron que esas decisiones fueron acertadas. Recordemos que cuando lo hicimos, nadie daba un peso por nosotros. Veníamos de la crisis de los espantosos hechos de Bogotá, habíamos perdido destacamentos importantes que habían sido parte de la creación del Polo e incluso nadie daba un peso en el Senado porque el Polo pasara el umbral. Y por las decisiones adoptadas y por lo que hicimos después del III Congreso, fuimos capaces de superar uno a uno los problemas y salir muy airosamente de la dificultad, que no cualquier partido en Colombia ni en otras latitudes estaba en capacidad de resolver.

Pasamos con largueza el umbral del Senado y de la Cámara de Representantes. Contamos con una bancada si ustedes quieren relativamente pequeña, pero suficiente para hacer sentir nuestra voz en ambas corporaciones. Sacamos una votación sobresaliente a la Presidencia de la República. Aquí vale la pena recordar las cifras. Con Carlos Gaviria habíamos obtenido dos millones seiscientos mil votos y un 22 por ciento de la votación; en las elecciones posteriores, donde nuestro candidato fue Gustavo Petro, tuvimos una baja significativa, antes de la crisis del Polo, pues caímos a 1.300.000 votos y apenas el 9 por ciento de los sufragios. Y con Clara López sacamos un millón novecientos mil votos y el 15 por ciento de la votación. Es un hecho significativo para un partido que era mucho menos en lo organizativo y en la confluencia de fuerzas que representaba de lo que había sido en las votaciones anteriores. Y demos una ñapa. Entre los éxitos del Polo y no obstante las dificultades con las que hicimos la consulta, obtuvimos en ella un resultado sobresaliente, dos veces y media superior a lo que habíamos sacado en las elecciones para el III Congreso.

Lo clave, haberle hecho oposición a Santos

Vale la pena ante estos hechos hacer algunos comentarios, compañeras y compañeros, de cómo se explican los éxitos obtenidos. En primer término, es evidente que lo sucedido tiene que ver con el Comité Ejecutivo Nacional que elegimos en el III Congreso y con la presidencia de Clara López Obregón. Son hechos que están allí y que nadie puede poner en duda. Tiene que ver también con los aciertos de la Alcaldía de Clara en la parte final que le tocó en el proceso de la fallida Alcaldía anterior. Tiene que ver de manera determinante con que nos decidimos a hacerle oposición al gobierno de Juan Manuel Santos, y se la hemos hecho con todo rigor. No nos dejamos embolatar con los cantos de sirena que salían de la Casa de Nariño. Fue el trabajo abnegado de todos los militantes y dirigentes del Polo en todas las regiones y a quienes hoy les hago un reconocimiento. Es que los polistas no somos sólo los congresistas. Los polistas son miles y miles de compatriotas que nunca salen en letras de molde, que no saben lo que ha sido tomarse un tinto por cuenta de la política y que se sacrifican todo los días para construir este Partido. Sacamos también una excelente votación porque Clara hizo una campaña, en sus planteamientos, perfectamente ajustada a los puntos de vista del Polo Democrático Alternativo, que son puntos de vista capaces de ganar el respaldo ciudadano, hizo una excelente campaña. Sin duda Aida Abella también hizo su aporte.

Pero en esta especie de inventario quiero resaltar un hecho sobre el cual vale la pena insistir y es que el Polo estuvo presente en todas las luchas ciudadanas y la ciudadanía premió al Polo con su voto de opinión. Permítanme darles unas cuantas pruebas de tipo matemático sobre lo que estoy afirmando. Cuando se dieron las grandes movilizaciones agrarias, probablemente las mayores de la historia del país, o de las mayores, recordemos que Santos nos agredió brutalmente, nos satanizó de la peor manera, y la respuesta del Polo fue una de las cosas que más me han enorgullecido de este Partido desde siempre. Nuestro Partido salió a respaldar a quienes estábamos siendo víctimas de las mayores agresiones y le dijo a Santos: no, presidente, no son sólo los que están allí mencionados por usted, es todo el Polo el que está respaldando las movilizaciones agrarias. Y le agregó a Santos: sepa, presidente, que no estamos detrás de las protestas sociales, estamos al frente y el Polo se enorgullece de ello.

La ciudadanía premió la consecuencia del Polo

Y cuando uno mira los resultados electorales, hay un fenómeno bastante desconocido. Hubo como dos países en las elecciones nuestras del año pasado. Hubo medio país en el que la votación del Polo retrocedió significativamente. Pero, afortunadamente, en la otra media Colombia el Polo dio un salto hacia adelante, tanto en las elecciones de Congreso como en las elecciones de Presidencia de la República. Cómo fue el asunto. Nos fue muy bien en Bogotá. Hay que destacarlo. Carlos Gaviria había sacado medio millón de votos, Petro había caído a 241 mil y con Clara López volvimos a subir a medio millón de votos. El resultado es comprensible, porque Bogotá es la ciudad más moderna del país y donde ideas como las nuestras pueden florecer de la mejor manera.

Pero la otra parte del fenómeno fue lo que ocurrió en las zonas de las protestas agrarias. Realmente allí el salto fue sorprendente. No tengo tiempo para detallarlo, pero les doy unos cuantos datos. En Boyacá y Antioquia, donde volvió a haber grandes luchas sociales, no sólo agrarias sino también mineras, multiplicamos por cuatro la votación anterior; en Caldas, Risaralda y Huila, la multiplicamos por tres; en Santander, dos veces y en doce departamentos crecimos más del ciento por ciento. Son votaciones superlativas. En Boyacá, es un homenaje que les hago a los boyacenses, la votación del Polo fue la mayor contribución a la votación total de acuerdo con el número de sufragantes, o sea, Boyacá nos votó como ningún departamento de Colombia. Lo estoy subrayando para atarlo al futuro del Polo, porque aquí no estamos sólo hablando del pasado. Sacamos entonces votaciones enormes en departamentos fuertemente tradicionalistas, como votaciones enormes en municipios plenamente liberales o plenamente conservadores, donde nadie había pronunciado hasta ahora la palabra izquierda. Y en ambas votaciones, en las de Congreso y en la de la Presidencia.

Por una convergencia jamás imaginada

Queda demostrado que el Polo Democrático Alternativo, cuando hace las cosas bien, puede crecer por fuera de lo que tradicionalmente hemos catalogado como la izquierda colombiana. Es un asunto de vida o muerte en la tarea de transformar este país. Nuestro futuro, compañeros, depende de comprender fenómenos como éste. Miren ustedes el lío que tenemos. Aquí estamos hablando de ganar las elecciones del 2018. Bueno, hay que sacar más de 8 millones de votos. Los dos millones de votos que sacamos con Clara configuran una excelente cuota inicial, por supuesto que sí, pero nos faltan 6 millones y no hay país vecino de donde traerlos. Hay que conseguirlos aquí. Pero hoy tienen dueño. Los tienen las fuerzas adversarias y hay que quitárselos a ellas, quitárselos a la Unidad Nacional y al Centro Democrático, que van a peleárselos como gato patas arriba.

Nuestro deber es hacer las cosas tan bien hechas que podamos ganar ese respaldo ciudadano. Porque el hecho de que muchos voten por por los juanmanueles, no quiere decir que sean exactamente como ellos. Sus dirigentes sí, pero lo que hay ahí en general es pueblo, clases medias, empresarios no monopolistas, a quienes podemos ganar para nuestra causa.

El Ideario de Unidad responde al interés de la nación

Por qué podemos, compañeros y compañeras, lograr la convergencia de la que estoy hablando, una convergencia, repito, como nunca nadie había soñado en la historia de Colombia, para poder derrotar a los juanmanueles en las elecciones de 2018. ¿Por qué sí podemos? Y me excusan si me extiendo un poco. Primero, porque nuestro Programa, nuestro Ideario de Unidad, que va a ratificar este Congreso, es de tal amplitud, es tanto tan democrático, tan amplio en sus concepciones, que hay que ser demasiado mal colombiano, demasiado vendepatria para no coincidir con lo que allí está planteado. Luego ese programa cubre los intereses y las necesidades de casi toda la nación colombiana.

Nosotros defendemos el trabajo y la idea de que Colombia sólo podrá salir adelante si saca adelante a su pueblo. Quién podría con una mediana actitud democrática oponerse a la idea de defender el empleo, los salarios, la salud, la educación, el medio ambiente. Nosotros defendemos la producción industrial y agropecuaria, o sea, la generación de riqueza y la generación del empleo, porque es que el empleo se crea en la producción, y no hay pobreza peor que la de un pobre sin empleo. Y defendemos la producción de todos, incluida la del empresariado, la de los campesinos, claro, pero también la de los empresarios. Porque me faltaba mencionar un hecho destacado en las grandes luchas agrarias de los últimos años. Uno de los fenómenos demostrables es que en esas luchas estuvieron los campesinos, los indígenas y los obreros agrícolas, pero también fracciones enormes del empresariado colombiano, que se pararon en las carreteras a luchar hombro a hombro junto al pueblo y a frenar la andanada del libre comercio. Y nosotros defendemos la democracia, pero la democracia auténtica, no la espuria que se practica en Colombia, y defendemos la soberanía nacional. Estamos por relacionarnos con todos los países del mundo, pero no como un país vasallo, no como una ficha del imperialismo norteamericano.

Tres asuntos por aclarar

Me pregunto, ¿no cabe en este programa casi toda Colombia? Claro que cabe. El problema es cómo convencer a los colombianos de que ese es nuestro pensamiento. Enfrentamos una dificultad y es que la gente no sabe cómo pensamos. Pero tenemos un lío que puede ser mayor y es que la gente nos adjudica pensamientos distintos a los propios. Las percepciones generan realidades. Ser y parecer es definitivo. Yo puedo ser la persona más honrada del mundo, pero si la gente no me cree o piensa lo contrario, pues no lo soy. En ese sentido, la política se fundamenta en percepciones. Y hay por lo menos tres asuntos por aclarar si queremos que el Polo tenga futuro. El primero, que la transformación que nos proponemos hacer en Colombia va a ser única, en un sus detalles, en sus formas y en sus concepciones, porque no vamos a imitar ningún proceso de ningún país del mundo ni siquiera de los de nuestros vecinos de América Latina, procesos que respetamos y valoramos de muchas maneras. Pero debe quedarles claro a los colombianos que aquí vamos hacer la transformación dependiendo de nuestras realidades y que podrá haber experiencias importantes de estudiar en otras latitudes, todas muy respetables, pero como bien dijeron ayer todos nuestros amigos del exterior que intervinieron, cada pueblo tiene que descubrir la manera de hacer sus cosas.

La segunda cuestión que hay que dejarle claro al país o no podremos avanzar, es que en el Ideario del Polo no se consagra eliminar la propiedad privada. Hay que decirlo con todas las letras, porque nada de lo que decimos nos avergüenza. No estamos por estatizar la economía y hay que decirlo con todas las letras, porque nuestros enemigos envían una idea distinta y hay muchos colombianos que desconocen nuestro verdadero pensamiento. Nosotros defendemos una activa participación del Estado en la economía y el progreso y nos oponemos a las privatizaciones. Pero esa es una cosa y otra muy distinta, que estemos por acabar con la propiedad privada. Clara lo tocó en su intervención y coincido con ella: el Polo necesita mirar cómo gana para esta gran convergencia a todos los sectores del empresariado colombiano que estén por transformar a Colombia y que se unan con nosotros en la idea de cambiar el modelo económico y defender la soberanía nacional. Y esto también hay que decirlo, porque si no decimos lo que pensamos, cómo hacemos para convencer a millones de personas.

Sí a un proceso de paz negociado

Hay un tercer tema sobre el que hay percepciones equivocadas y que también debemos atender con toda la delicadeza y el cuidado si queremos salir adelante. Cuando el Polo se creó, como es obvio, uno de los temas que duramos un año debatiendo, porque duramos un año entero haciendo el Ideario de Unidad, fue el de la violencia, que ya para ese entonces ajustaba casi medio siglo. Y aprobamos por unanimidad dos conclusiones, que todavía hacen parte de nuestro Ideario. La primera, sí a un proceso de paz negociado. Por las propias razones digamos filosóficas y morales de la izquierda democrática, somos amigos de ese tipo de soluciones, las menos traumáticas, para no mencionar que las otras han fracasado. En el punto estamos unidos todos. Cada uno podrá tener sus énfasis o sus maneras de mencionar las cosas, pero en eso estamos unidos.

Pero dijimos otra cosa, compañeros, quedó claro con todas las letras y en muchos documentos se ha repetido: que el Polo no comparte la idea de utilizar la violencia como manera de tramitar las diferencias entre los colombianos. Es del Ideario y va a estar ratificado en los documentos que aprobemos mañana. Es nuestro punto de vista y hay que hacerlo saber. Les voy a contar esta anécdota. Cuando estábamos en el Congreso de constitución del Polo, me tocó de casualidad ese día estar al lado de Carlos Gaviria y ustedes saben que uno ahí medio conversa, y Carlos volteó y me dijo, oye, Jorge Enrique, ¿sabes qué?, si el Polo no logra convencer a los colombianos de que nosotros no somos partidarios ni practicamos la lucha armada, el Polo no podrá triunfar en la lucha por la transformación de Colombia.

¿Entonces aquí la sabiduría cuál es? Sí al proceso de paz, sí a una solución negociada, sí a colaborar en la medida de nuestras posibilidades, pero al mismo tiempo, compañeros, hacer esfuerzos para no aumentar la confusión o para darles papaya a nuestros adversarios, para que nos calumnien y nos presenten como lo que no somos. Se trata de dos ideas perfectamente compatibles. Me preocupa, se lo digo a ustedes con toda franqueza, me preocupa que si nosotros no acertamos en estas sutilezas, y la política es de sutilezas, que no resulte que el éxito del proceso de paz, por el cual yo estoy y por el que haré todo el esfuerzo para que llegue a buen término, que ese éxito del proceso de paz le termine cayendo encima a este proyecto y nos cree dificultades que nos resulten insuperables.

Agrego algo más. El proceso de paz no va a transformar profundamente a Colombia más allá de la propia transformación del proceso. Nada que necesite la firma de Juan Manuel Santos va cambiar a Colombia, porque él se negará a firmarlo, es un hecho. Pero ese proceso de paz sí puede lograr dos hechos que vamos a celebrar con todo entusiasmo cuando ocurran. El primero, que esas armas desaparezcan de una vez por todas del territorio nacional. Y el segundo, que quienes hoy las empuñan puedan reintegrarse a la vida civil con todas las garantías democráticas. Si eso sale así, hoy todavía no lo vemos, pero estamos seguros de que así va a ser, el salto, las posibilidades de la lucha social y política por transformar a Colombia se van a agigantar. Eso sólo nos hace ser fervorosos partidarios de que el proceso de paz con las Farc termine bien y el día de mañana se haga con el ELN uno semejante y se tomen las decisiones que sean necesarias.

La controversia es inevitable

Permítanme terminar con un par de comentarios. Uno relativo a la unidad del Polo. Llevamos un año de tensiones, que hoy por fortuna estamos resolviendo. Sería necio negarlo y no voy a entrar a hacer comentarios sobre las razones que las suscitaron. Sobre el tema habrá tiempo para hablar o la historia o lo que sea. El punto es que entendamos también, porque es parte de la madurez del Partido, que las tensiones son inevitables, que la controversia y el debate son inevitables. Somos organizaciones de seres humanos. No nos dejemos confundir por los ingenuos que viven en la luna o por los avivatos que saben cómo son las cosas pero mienten utilizándolas como martillos contra el Polo. El problema no es que haya controversia. El problema es si somos capaces de aprender a resolverlas o si la vida nos permite irlas resolviendo, porque son procesos que normalmente han de tomar su tiempo, es parte de la vida. Estoy ya convencido a estas alturas de que estamos dando un paso inmenso en todo, que vamos a resolver con mayor claridad las desavenencias o diferencias que hemos tenido. Los documentos que estamos escribiendo nos van a resolver ese problema. Cuenten, compañeras y compañeros, con que pondré de mi parte lo que sea necesario y espero que de la misma manera actúen quienes les den a mis puntos de vista algún grado de respaldo o de confianza. Cuenten con que vamos hacer de verdad los esfuerzos por eliminar todo los factores que nos pueden crear complicación en este proceso de unidad. Desmontar las escopetas, a mordernos la lengua, a enjaular los chistes flojos, todas las cosas que son propias de los seres humanos, porque lo que necesitamos es un Polo unido de verdad para dar los saltos que tenemos que dar en estos próximos meses.

Es el mejor homenaje que le podemos hacer a Carlos Gaviria. Clara lo dijo. El mejor homenaje a Carlos Gaviria es parecernos a Carlos Gaviria, fueron sus palabras. Y entonces resaltó tres cualidades de Carlos Gaviria. La primera, Carlos murió amando este proyecto del Polo Democrático Alternativo. Nunca tuvo la menor vacilación, nunca, en la idea que este era el mejor proyecto político construido en la historia de Colombia y que deberíamos cuidarlo de todas las maneras. La segunda, que siempre estuvo Carlos Gaviria propiciando la Unidad y haciendo los esfuerzos porque los debates y las controversias se trataran de la mejor manera. E insistiendo en una frase que no podemos olvidar, que se puede plantear en un orden o en otro, y que yo quiero plantear en este: sin ambigüedades y sin sectarismos. Debemos hablar con franqueza, planteando las ideas con claridad, pero también sin sectarismos.

Mi invitación, compañeras y compañeros, y nuevamente les pido excusas si me extendí un poco, es a que cojamos todo este acervo de aciertos, todo esto que estamos construyendo hoy, que cojamos las decisiones del día de mañana y las respetemos con todo entusiasmo para que obtengamos una rotunda victoria en las elecciones de octubre. Victoria que empieza, compañeros bogotanos y no bogotanos, por elegir a Clara López alcaldesa de la capital de la República. Y que a partir de ese hecho ganemos las elecciones del 2018.

 

Muchas gracias.