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Carta a Antonio Caballero sobre las elecciones presidenciales

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Bogotá, 15 de agosto de 2017

 

Señor

ANTONIO CABALLERO

Revista Semana

Ciudad

Apreciado Antonio:

Mucho me temo que su último artículo en Semana se le chispotió, como diría el Chavo del Ocho. Porque se basa en apreciaciones no sólo discutibles sino falsas y porque alegra a las cúpulas santistas y uribistas, que otra vez quieren ponernos a escoger entre el peor y el más malo.

Ello sucedería si en el Polo Democrático Alternativo le hacemos caso a su pedido de no tener candidato propio a la presidencia de la república. Aunque parezca mentira, lo que usted nos exige es que no aspiremos a gobernar, que al fin y al cabo es lo que busca toda agrupación política, sino que nos limitemos a criticar en el Congreso a los malos gobiernos. Así se condenaría al país a no cambiar nunca de rumbo y a tener que pedirles a nuestros compatriotas que se acostumbren al atraso económico, al desempleo, al hambre y a la corrupción, entre otras lacras nacionales. Y engañaríamos a nuestros electores porque terminaríamos como los antiguos bufones, inofensivos para las tiranías que embellecieron con sus chistes flojos.

Es verdad que las cosas en Colombia están muy mal, pero que no lo ciegue el pesimismo. Porque este país tiene arreglo y no está condenado a ser gobernado hasta la eternidad por “los mismos con las mismas”, a quienes cada vez les creen menos sus astucias de polarizar de mala leche, acusándose mutuamente de ser el demonio mientras coinciden en casi todo lo principal.

Y menos en esta ocasión. Porque los colombianos estamos “mamados” de los tantos males que aquejan a esta república de presidentes vitalicios y delfines en donde Gaviria, Samper, Pastrana, Uribe y Santos, en medio de sus tejemanejes palaciegos, se arrogan el derecho a seguir mandando. Y porque al revés de lo que usted opina, estamos con Sergio Fajardo, Claudia López y Antonio Navarro –y con nuestras organizaciones– en la tarea de escoger un solo candidato a la presidencia que sea capaz de derrotar a las candidaturas continuistas.

Anímese, Antonio; no le haga caso al sectarismo de sus malos consejeros, que todo indica que pertenecen al curubito del santismo, y ponga su pluma al servicio de derrotar una amenaza real: que Colombia retroceda a los tiempos de la muy dañina hegemonía liberal-conservadora, pero a través del truco de hacerlo con nuevos nombres.

Un cordial saludo,

 

 

 

Jorge Enrique Robledo

Candidato Presidencial

Polo Democrático Alternativo